The Martian
No hace mucho, a raíz de su película ‘The Counselor” (2013), la carrera del director Ridley Scott parecía entrar en una especie de limbo creativo en el que las intenciones ya no comparaban con el producto final. Había que tener ciertas consideraciones con el hombre cuyas primeras tres películas, “The Duellists” (1977), “Alien” (1979) y “Blade Runner” (1982) incluyen dos clásicos (las últimas dos) que son, además, referencias requeridas en el género de ciencia ficción. El filme que le siguió a “Counselor” no fue gran muestra de que las cosas cambiarían. “Exodus: Gods and Kings” estuvo habitada por un elenco absurdamente blanco (me refiero a la raza) en un Egipto que semejaba una imitación de una imitación del plató para “Intolerancia” de D. W. Griffith. Ahora Scott regresa a la ciencia ficción y crea un filme hermoso, emocionante, gracioso y sensacional que lo vuelve a poner al tope de los cineastas mundiales.
Con un guión excelente de Drew Goddard, la cinta narra las vicisitudes de Mark Watney (Matt Damon) un astronauta que en una misión a Marte se pierde en una tormenta y hay que dejarlo atrás para salvar el resto del grupo. (No cuento nada que no se vea en los avances; además la trama no es esencial para disfrutar este filme). NASA y sus colegas lo dan por muerto y el mundo entra en luto por la pérdida. Sin embargo, unas coincidencias han permitido que el astronauta haya sobrevivido y que se reponga de la herida que, irónicamente, le salvó la vida.
Watney comienza a tratar de sobrevivir la inevitable situación en que se encuentra: una misión para rescatarlo tomaría por lo menos tres años y él no tiene suficiente comida. En vez de desesperarse o ponerse a rezar, el astronauta usa sus conocimientos científicos como botánico para desarrollar un cultivo de papas y así sostenerse. Lograr ese fenómeno requiere usar la excreta empaquetada de sus colegas como estiércol y buscar una forma de producir agua. En varias escenas cómicas vemos cómo Watney tantea cómo hacer que hidrógeno y oxígeno se mezclen para producir H2O, esa sustancia de la que dependemos.
Eventualmente, Watney logra rehabilitar sus sistemas de comunicación y en la Tierra se descubre que está vivo. Comienza una búsqueda científica de cómo salvarlo. En todo momento la tensión y el suspenso del filme no ceden. Simultáneamente, la actuación de Matt Damon es tan lograda que nos pone rápidamente de su lado y sufrimos con él cualquier contratiempo que encuentra en su camino. Es inevitable que el contrapunto dramático de la cinta esté en nuestro planeta. Los administradores y sus políticas chocan con las realidades a las que se enfrenta nuestro héroe. ¿Qué es más importante, la próxima misión a Marte o la vida de alguien que tiene pocas probabilidades de supervivencia? ¿Quién ha de hacer el rescate, si es que se puede, y cómo?
Como una sinfonía el filme tiene sus movimientos y va desde Prestissimoa Largo durantelos cuales nos percatamos del talento que se requiere para participar en una misión como esta (en cualquier misión en el espacio). Se requiere, podríamos decir, una orquesta de talento, capacidad analítica e inteligencia. Como esas agrupaciones musicales, el género o el color de la piel de los participantes, no es lo que al fin y al cabo se impone. Aunque se tiende a idolatrar a los astronautas (los solistas), sin que le quitemos el mérito que es evidente que merecen, no podrían hacer sus misiones sin el equipo de ingenieros, programadores, matemáticos, físicos, químicos y otros científicos que apoyan todo lo que les sucede. La importancia de la ciencia está superlativamente demostrado en la película que es pionera en repartir los logros positivos del rescate entre una gama de mujeres y hombre de varias razas y colores.
El filme tiene algunos aspectos ideológicos (políticos y religiosos) que dejo para que los detecten. Mas en ningún momento se empaña con actitudes y tendencias que no viene al caso en la historia. Lo que sí, y lo aplaudo, es que sin sermonear nos muestra la necesidad de dar respaldo a las ciencias sin olvidar que en el mundo hay otros problemas más importantes que resolver. La paz mundial es uno, y el filme toma un giro sorpresivo sobre ese tema que puede que tenga más y mejor efecto diplomático que muchos intentos políticos. En ello hay un mensaje genial que la ciencia no se puede politizar ni se debe polarizar sino que es un lujo común que puede usarse para el bien común.
Se podría argumentar que los costos de las misiones espaciales son un despilfarro de dinero ante la pobreza, los costos de la educación y los de salud en los Estados Unidos. Curiosamente, el presupuesto militar de un año (2011) fue de un trillón de dólares. El de los cincuenta años de NASA (1958 a 2011) fue de $800 billones. De hecho, en 2011 el presupuesto combinado de NASA, el departamento de energía, la Fundación Nacional de las Ciencias y los Institutos Nacionales de Salud fue menos de $90 billones. Obviamente el argumento de derroche sería especioso.
Otro aspecto del filme que me pareció intrigante (aunque tal vez un poco tendencioso y, por eso, criticable) es el mensaje que una catástrofe “mundial” que pone en peligro a una persona puede unir el mundo. Se puede aceptar siempre y cuando recordemos que las catástrofes naturales que afectan nuestro globo a veces también unen al mundo, pero se olvidan demasiado pronto. Sin embargo, ese tema ocupa una fracción del tiempo que dura este extraordinario entretenimiento.
Aunque todos los actores contribuyen a que el filme sea una delicia –Jessica Chastain, Michael Peña, Chiwetel Ejiofor, Jeff Daniels, Sean Bean, se destacan−, es Matt Damon el foco de atención y a quien debemos mucho del disfrute que sentimos. Dolor, pena, alegría, irritación, humor, y valor físico y emocional, son todos parte de lo que Damon nos hace sentir. Aunque ya Damon había sido un habitante de un mundo extraterrestre en “Interstellar” (2014) no tuvo las posibilidades actorales en ese filme que tiene en este, y hay que ir atrás a “The Departed” (2006) para ver una actuación que tenga la fuerza y el encanto que tiene esta. Aunque Damon demostró de lo que es capaz como el chófer gay de Liberace en la película de HBO “Behind the Candelabra”, muchos no vieron ese logro. Con este trabajo Damon se une a una lista impresionante de actuaciones masculinas de este año. No me extrañaría que esté en las listas de actores candidatos a premios a principios del próximo año.