Truth
Siguiéndole los pasos a la gran “Spotlight” nos llega esta buena película sobre el periodismo televisivo. Basada también en hechos reales trata de un momento antes de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos en que George W. Bush se enfrentaba a John Kerry durante el cual una pieza investigativa de “60 Minutes” fue motivo de gran controversia.
Una pista sobre cómo el presidente número 43 había evadido el servicio militar para no tener que servir en Vietnam destapa una serie de inconsistencias sobre el ya inconsistente comandante en jefe y augura lo que habría de saberse más adelante sobre su carácter y su veracidad. Los llamados documentos Killian, un teniente coronel que era el comandante del escuadrón de Bush, fueron la pólvora para el disparo que inició una debacle periodística nacional. Como se supo entonces, aunque fue velado y enmarañado por los fanáticos del presidente, Bush logró entrar en la guardia nacional de Texas para poder evadir junto a otros jóvenes de cuchara de plata el verdadero servicio militar. La película recuenta otros detalles que es mejor que descubran viéndola.
Sin embargo, eso no es en realidad de lo que trata el filme. Más bien se concentra en las tribulaciones del grupo investigativo del noticiario de CBS en general y el de “60 Minutes” en particular para conseguir los datos y confirmarlos antes de ir al aire con los resultados. Encabezados por la periodista y productora en CBS, Mary Mapes (Cate Blanchett), quien estaba asignada a Dan Rather (Robert Redford). El equipo consiste de Lucy Scott (Elizabeth Moss), experta en historia; el excoronel Roger Charles (Dennis Quaid), para asesorar sobre los procedimientos de las fuerzas armadas en los años sesenta y principios de los setenta; y Mike Smith (Topher Grace), un periodista que conoce las campañas del presidente desde antes de aspirar a la presidencia. Hacen sus llamadas, entrevistan a los testigos, buscan y rebuscan tratando de llegar a conocer el corazón de la historia. Es importante saber que Mapes y “60 Minutes” fueron los que destaparon el escándalo de la cárcel en Abu Ghraib y las torturas infligidas sobre los prisioneros iraquíes por sus carceleros norteamericanos, por lo que ganaron un premio Peabody por excelencia en el servicio publico. Ese informe, como podrán descifrar cuando vean la cinta, pienso que tuvo que ver con lo que sucedió con los documentos Killian.
La “verdad” esa palabra de significado elusivo que cada vez se vuelve más difícil de usar con atino porque la contorsionan y la manchan los medios noticiosos y el público, se le escupe y se maltrata continuamente. Determinados a conseguir por lo menos parte de lo cierto el grupo investigativo trata de hacerlo examinando documentos y hablando con personas que estuvieron en contacto con los protagonistas de lo que fue un abuso de poder y una venta de influencias. En su camino se topan con la irracionalidad de un público que incluía blogueros de extrema derecha y testigos amedrentados. La opinión pública estaba al garete en un país polarizado políticamente a niveles exagerados engendrados en parte por la elección de Bill Clinton y el ataque a las torres gemelas.
Si recuerdan, el as del noticiario CBS entonces era Dan Rather. Desafortunadamente, a pesar de la buena actuación de Robert Redford lo que principalmente descubrimos del periodista es que le gustaba el whisky y profesaba admiración y cariño por Mapes. No nos enteramos de mucho más, sí de que fue un ícono y un gran periodista y que estimuló a muchos a seguir esa carrera, pero eso ya lo sabíamos antes de ver la película. Redford usa con buen juicio algo de la entonación y la pronunciación característica de Rather, en particular la pronunciación de las eses y cierto dejo al hablar a los que el comentarista, siempre pensé, recurría tratando de ocultar el acento de sus orígenes tejanos.
La película tiene dos cosas impresionantes. Es la primera del director y guionista James Vanderbilt. Descendiente de los Vanderbilt de Nueva York (sí, esos que entre otras cosas, construyeron el hotel Condado), escribió el excepcional guión de “Zodiac” (2007), y con esta se convierte en alguien de cuya obra como director estaremos pendientes. Lo otro es la maravillosa interpretación de Cate Blanchett. Mapes es un personaje complejo y controvertible, duro y suave (cuando lo necesita) a la vez y guarda un secreto que explica gran parte de lo que la impulsa a seguir adelante y que puede ser una de sus debilidades. La intensidad de la convicción del personaje la sentimos continuamente y vemos cómo un periodista de verdad tiene que tener temple, imparcialidad e inteligencia. Es sin duda una de las mejores actuaciones del año.
La película no alcanza la cúspide porque el tema es uno que ya no tiene el impacto que aún tiene y rodea el de “Spotlight”. Bush ganó unas elecciones porque lo decidió la corte suprema y otra porque mintió sobre Iraq y sus consecuencias. Esas verdades tuvieron millones de testigos; sin embargo, aún muchos las niegan a pesar de las consecuencias que han tenido para el mundo entero. La veracidad de los documentos Killian, como se señala en el filme son inmateriales para convencernos de que la familia Bush, como muchas otras ricas han hecho a través de la historia, usaron el poder y sus influencias para que W. pudiera conseguir cosas que otros no pueden ni soñar.
Queda lo que más me gustó de la cinta: la muestra de la influencia velada y la manipulación por parte de las corporaciones sobre las noticias y los periodistas. Estas influencias están presentadas frontal pero sutilmente en el filme. La mejor evidencia de que lo presentado está bastante cerca de “la verdad” es que los ejecutivos de CBS y de Viacom, el dueño corporativo de la entidad, han declarado sobre las “distorsiones” e “inconsistencias” que presenta la película. Por ejemplo, han negado que parte de lo que aconteció como resultado del programa de Dan Rather denunciando las acciones del joven Bush hayan estado influenciadas porque este revalidó como presidente. No, qué va… Ni tampoco por haber denunciado los horrores de Abu Ghraib. Sí, Pepe.
El mensaje más importante sale de boca de la protagonista Mapes cuando en un momento explica lo que es ser liberal. A los de derecha extrema no les ha de gustar. A los liberales puede que les confirme por qué lo son. Para el espectador que no sabe si es de uno o de otro (casi todos somos mezclas con cantidades variables de una de las dos cosas) tal vez lo ponga a pensar. Pero todos deben entender que sin una prensa libre de influencias e intervenciones indebidas la democracia como la percibimos y la queremos es imposible.