Un archipiélago de máscaras caribeñas
Bellísimamente ilustrado con fotos mayormente del propio autor, An Archipelago of Caribbean Masks es de formato grande y está impreso en papel brillante de alta calidad con un diseño tipográfico muy innovador por Iván Figueroa Luciano. Su llamativa portada tiene una foto de una joven mujer que interpreta el papel del vejigante en Loíza, Puerto Rico, en 2018. Esta compleja foto ya nos anticipa la persistencia del pasado y la innovación y cambio del presente, tanto en la elaboración de las máscaras en sí (sus colores, forma y dientes protuberantes) como en quién y cómo se usan (por ejemplo, el que la use una mujer). Fiet centra su estudio en Puerto Rico, archipiélago que conecta de manera rizomática con otras localidades del gran Caribe.
El libro está en inglés, pero cualquier lector o lectora podrá apreciar la cuidadosa documentación visual de máscaras, mascareras y mascareros, de las artesanas y los artesanos que las elaboran, como de los performanceros o individuos que las usan en festividades religiosas y carnavales a través de la región. Fruto de un verdadero sentido de aventura y compromiso social, Fiet narra sus viajes por el Caribe, convirtiendo el libro en un catálogo de prácticas culturales, puntualmente de los múltiples significados de las máscaras y de los diferentes materiales que se emplean para su elaboración. A su vez, es un reconocimiento de la persistencia e innovación cultural ante la globalización, de que estas prácticas ancestrales se mantienen vivas, si bien en algunos contextos se están transformando en contacto con los medios de comunicación masivos, la comercialización y la importación de máscaras sintéticas de Estados Unidos y de otros lugares.
El libro está dividido en seis capítulos. En el breve prefacio, el autor clarifica que no se trata de un libro sobre el carnaval, sino sobre la máscara y su uso en el contexto de artes festivas (“festival arts”). Fiet resume sus intenciones de la siguiente manera:
“Exploro lo que las máscaras significan, lo que representa usarlas, su relación a los vestuarios o disfraces de los personajes y al movimiento, por un lado, y las tradiciones celebratorias de las que emergen, por el otro, sus presuntas características metafóricas y discursivas y más importantemente, quién hace las máscaras y cómo: sus materiales y su forma. Como crítico e historiador de teatro y performance, al igual que fabricador de máscaras y performancero, la máscara puertorriqueña del Vejigante (trickster o diablo) asumió un rol principal en mi imaginario visual hace más de cuarenta años” (vi; traducción del autor).
Para Fiet, crear máscaras y usar máscaras en festivales y protestas sirve para recuperar nuestra humanidad y para volver a ser gente. Como dice, “El crear máscaras nos ofrece la oportunidad de reinventar el placer de compartir. El unirse como performeros en festivales o en marchas de protesta recupera nuestra humanidad compartida –volvemos a ser gente, como las personas del Kalahari dirían– devolviéndonos esa humanidad que las fuerzas poderosas a nuestro alrededor nos trata de quitar” (vii; traducción del autor).
El primer capítulo del libro, “An Archipelago of Masks”, sirve de introducción teórica. Fiet propone que las máscaras son un portal a la otredad que llevamos dentro, pues “a través de las máscaras damos forma y presencia a las sombras de otros seres raramente visibles que residen dentro de cada uno de nosotros” (1; traducción del autor). Hacer y usar máscaras permite cuestionar nuestras identidades, lo que sabemos o imaginamos, lo que recordamos o hemos olvidado, nuestras proyecciones y deseos, la complejidad de la existencia misma. En la sección “Approaching a Theory of Masks”, el autor entabla un diálogo con el antropólogo francés Claude Levi-Strauss, particularmente con su texto La vía de las máscaras, reseñando cómo Levi-Strauss ve la persistencia e innovación en la creación y el uso de las máscaras como un recurso de pueblos colonizados que se resisten a la asimilación occidental y que mantienen vivas sus creencias de diversas maneras. Esta intuición es sumamente relevante para el contexto caribeño que Fiet analiza, tanto para las poblaciones indígenas, pero especialmente, para los africanos esclavizados y transportados de manera brutal y violenta a las Américas. Aquí, Fiet identifica tres funciones principales de las máscaras: proteger y esconder la identidad de la persona que las usa; permitir la representación de otra cosa, ya sea espiritual, natural o sobrenatural; y abrir el espacio creativo de la imaginación humana a través de los colores, las formas y las criaturas que vienen de los sueños y de lo inconsciente pero también la expresión puramente visual y plástica (8). La máscara transforma a la persona que la usa a la vez que transforma a todos y a todas que la ven.
Los cuatro capítulos subsiguientes se enfocan en distintos tipos de materiales y zonas geográficas. El segundo, titulado “Coconut-Husk Vejigantes and Other Natural Materials Masks”, versa sobre las máscaras hechas de cáscaras de coco de los Vejigantes de la celebración de Santiago Apóstol en Loíza al igual que de otras máscaras hechas de materiales naturales. El autor aclara la importancia que ha tenido en su propia práctica su participación por más de cuatro décadas en esta fiesta popular. Fiet identifica los complejos elementos multiformes y pluridimensionales que caracterizan a los Vejigantes, entre ellos su colorido y su elemento diabólico o juguetón que también puede ser de payaso o sensual seductor. Como señala,
“La máscara brillantemente colorida y audaz del Vejigante sigue siendo enigmática. Es, a veces, diabólica y amenazante, pero también es, diversamente de payaso y juguetona, provocadora y sensual… Es tanto engañador-diablo (o diablito) como presencia sagrada, tanto payaso tonto como sabio, tanto sensualista como chamán, tanto un rostro antropomórfico mítico y dinámico que asusta a los niños y a las niñas como una fuente de energía, fuerza y valentía” (13; traducción del autor).
El tercer capítulo “Papier-Mâché Masks in Haiti, the Dominican Republic, and Panama” se enfoca en el uso del papel maché en Jacmel, Haití; en los diablos de San Juan de la Maguana y de otros lugares en la República Dominicana, y en los “diablos sucios” de La Villa de los Santos en Panamá. Aquí se resalta la versatilidad del reciclaje de papel para hacer todo tipo de máscaras. También se discuten las experiencias de Fiet y sus estudiantes viajando a Haití y a la República Dominicana y sus percepciones sobre la persistencia de la tradición en tensión con la modernización, ya sea acusaciones sobre la pérdida de autenticidad en Jacmel o el papel del gobierno dominicano en las celebraciones en San Juan de la Maguana, o la producción en masa en algunos de estos contextos.
El cuarto capítulo, “Papier-Mâché Masks in Puerto Rico, Trinidad and Dominica” se enfoca en los Vejigantes del carnaval de Ponce, Puerto Rico, el uso de las máscaras de papel maché en el carnaval de Trinidad y en el carnaval de Dominica. El capítulo propone un modelo o fenómeno alterno al que se describe en el capítulo anterior. Como dice Fiet, “las máscaras de Vejigante de Puerto Rico no han adquirido el carácter de fabricación en masa evidente en las máscaras dominicanas y en algunas de las haitianas. Se mantienen como el producto del artista individual y sólo raras veces se repiten en forma, estilo y color” (47; traducción del autor). A su vez, el quinto capítulo, “Wire Screen, Cardboard, ‘Paint,’ and Synthetic Masks” incluye secciones sobre las máscaras elaboradas con tela metálica, como en el Festival de las Máscaras de Hatillo, Puerto Rico y sobre máscaras hechas de cartón, de pintura (por ejemplo, al pintarse el rostro con maquillaje o betún de zapato, como las “Locas” en la fiesta de Santiago Apóstol en Loíza) y el impacto de las máscaras sintéticas globales, por ejemplo las que asociamos a la celebración de Halloween en Estados Unidos.
El sexto y último capítulo, “Mask-Making in Transcultural Education”, se enfoca en el uso de técnicas de confección artesanal de máscaras como herramienta para la educación transcultural y explica cómo organizar un taller de creación de máscaras y el tipo de resultados que se pueden ver. Este capítulo incluye documentación de los talleres que Lowell Fiet ha organizado. En el breve epílogo el autor nota el impacto de los desastres naturales en el Caribe, marcadamente el terremoto en Haití en 2010 y el Huracán María en Puerto Rico en 2017. El autor señala cómo estas tragedias tienen consecuencias en la posibilidad de mantener estas tradiciones culturales, pero a la vez cómo al irse recuperando la población en estas localidades, las prácticas de carnavales, fiestas religiosas y máscaras, también regresan y evolucionan. El libro termina con una invitación a futuros proyectos y con una bibliografía de fuentes que sirve como recurso para aquellas personas que quieran aprender más sobre estos temas.
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Nota: Esta reseña se publicó por primera vez en la revista Caribbean Studies 47, no. 2 (julio-diciembre 2019): 173–177.