Un bestseller de verano
He estado tres días atrapada en una historia embelequera. Encontré el libro por casualidad, el mismo día que entregué los últimos informes del semestre. Me merezco un descanso, pensé, leamos esta novelita. Se trataba de uno de esos libros de aeropuerto, bestsellers apoyados en bestsellers anteriores, pensados de antemano para películas con repartos estelares. En el momento, como se trataba de una edición electrónica, no me fijé en la extensión del relato… más de cien capitulitos y, posiblemente, seiscientas páginas que, a pesar de todo, se leían rápido y ayudaban a olvidar cosas tremendas, como que volamos a tres mil pies de altura, por ejemplo. Está claro lo que busca un libro de aeropuerto: distraer del terror de caer al vacío, de explotar como un ciquitraque en el aire, de llegar a un lugar extraño. El bestseller ofrece la seguridad de lo conocido: el clásico thriller, el chisme espeluznante, la huida con final feliz.
La historia está protagonizada por un individuo simpaticón, sin más presente ni perfil que los datos necesarios, y con un supuesto sex-appeal que le creemos por fe, pues casi no da pruebas de ello, pero me imagino que será el valor añadido por el actor de reparto. A pesar de todo, quedé atrapada como cuando abrimos una caja de donas frescas. Sabemos el daño que nos hace, pero no podemos evitar sucumbir a la tentación. Es difícil huir del placer. Me hundí, pues, en su lectura, con la imagen seductora y peliculera del supuesto protagonista y la perspectiva de un divertido corricorre; seamos indulgentes, estamos de vacaciones, afuera llueve torrencialmente. Dejémonos llevar…
Leer uno de estos bestsellers globales es, sobre todo, recrear mentalmente la futura película que harán con ellos. Podemos imaginar el estelar reparto, los gestos, las tomas; estamos podridos de cine. Pum, pum, la cosa empieza in medias res: el hombre se despierta herido y amenazado de muerte en una ciudad pintoresca junto a una hermosa chica y un simpático native que caerá fulminado de un balazo en los primeros tres minutos del filme… ¡y a correr! Hay de todo: brincos, tiros, extraños artefactos, atléticas motociclistas, damas siniestras, miradas tiernas y apasionadas, imbricados misterios, mensajes en clave, amigos que se convierten en enemigos y viceversa. Nada que no hayamos visto antes. ¿Cómo es posible que sigamos leyendo?
La escenografía no hay más que sugerirla, pues hemos estado allí mil veces, en nuestra imaginación. Frente a ese telón de fondo se han desarrollado historias de variada naturaleza, conocemos la lejana ciudad de postalita, sus costumbres, sus recovecos posibles, el aspecto de sus azoteas, callejones oscuros y avenidas. Cada capítulo, breve y conciso, disuelve un misterio y crea uno nuevo. Cuando ya creíamos que teníamos todo resuelto – “¡ah, era eso!” – nos cambian los muñequitos y vuelta a empezar. Después del tercer cambio, como después de la tercera dona, sospechamos que nos están tomando el pelo y todas esas grasas saturadas nos pueden hacer mal, pero ya el final está cerca. Seguimos leyendo.
Algunos críticos y periodistas culturales se burlan del autor que, seguramente, no pasará a la gran historia de la literatura, pero hoy, ahora, es un hit de mercado. Sus novelas son éxitos de venta, las películas derivadas de sus ficciones también. El escritor, que estudiaba en una de las universidades del Pioneer Valley a la misma vez que David Foster Wallace, está nadando en dinero, con un ingreso anual de ochenta millones de dólares, mientras el malogrado David se pasea por el Hades. Hay que decir que también algunos periodistas se burlan de los críticos que se burlan, podridos de envidia, del escritor.
El exitoso autor en cuestión, como sabemos, no es el único ejemplo. Los catálogos editoriales están repleto de casos como éste y, sus colosales fortunas sirven de inspiración a muchos individuos sedientos de fortuna y repentina gloria. Esto es posible en países con grandes empresas editoriales y vigorosas industrias de cine, pero son muchos quienes ensayan el mismo género en nuestros pequeños países, a ver qué pasa. No se trata de hacer gran literatura, sino de captar a un gran público. Aprietan, pues, todos los botones, y le dan al público lo que ellos creen que el público busca en un libro.
Hace poco leí uno de esos intentos, tan malo y tan malo que me dejó hundida en una terrible tristeza. Lo escribía un autor cuyos escritos periodísticos me habían provocado gran admiración. Cuando me enteré de que había escrito una ficción pensé, entusiasmada, que resultaría un estupendo fabulador, como tantos otros casos parecidos: Leonardo Padura, Manuel Vázquez Montalbán, Mayra Montero, por ejemplo. Error. No sé qué le pasó, en qué estaba pensando el hombre cuando se embarcó en aquella disparatada fantasía. La obra era, sobre todo, tremendamente cursi y predecible, plagada de lugares comunes, con varios episodios de burda pornografía que causaban más risa que inquietud, y un final feliz decepcionante. Pero bueno, por pedir, nadie se arranca. Al menos, lo intentó, que es más de lo que se puede decir de otros envidiosos.
Es un misterio esto, lo de los libros flojos. Hay libros malos-flojos y libros malos que, de tan “encantadores”, los leemos con avidez, por el disfrute que a pesar de su necedad, nos provocan. ¿Cuál es el truco? ¿Exceso de azúcar y manteca? ¿Espontánea entrega al feliz lugar común?
No identificaré ninguno de estos libros “fáciles” o lights a los que me refiero, ni el bestseller exitoso, ni el experimento flojo. Posiblemente, quienes, como yo, hayan caído en la trampa de leerlos, los reconozcan. O tal vez los confundan con algún otro. Después de todo, una dona es una dona es una dona…
Colofón bibliográfico:
Para leer más sobre el fenómeno del best-seller, les recomiendo un libro que leeré este verano: El enigma best-seller. Fenómenos extraños en el campo literario (Barcelona, 2009) de David Viñas Piquer, catedrático de literatura comparada. También parece interesante el estudio de Sergio Vila-Sanjuán, desde la perspectiva histórica, Código Bestseller. Las lecturas apasionantes que han marcado nuestra vida. (Madrid: Temas de hoy, 2011). Disfruten la tertulia entre estos dos investigadores e Ignacio Vidal-Foch para RTVE.es sobre sus respectivos acercamientos a este tema en: http://www.rtve.es/alacarta/videos/nostromo/nostromo-libro-global-elena-medel/1133500/