¿Una huella latina en el mundo de los vaqueros?

Cuando la expansión norteamericana a mediados del siglo XIX llegó a Texas y a Nuevo México, mezclándose con la cultura mexicana, emergió la figura del arquetípico vaquero. Ese nómada que va a caballo por las sierras y llanos del continente americano en pos de libertad, transportando ganado y ávido de aventuras, ¿cómo es que para algunos ese ‘cowboy’ es producto del mestizaje cultural y para otros es el epítome yanqui?
“El cowboy es la imagen estereotípica de lo estadounidense en el mundo, pero yo digo que el cowboy, como dicen muchos estudios, es una importación de la civilización hispana en Norteamérica”, sostuvo Claudio Iván Remeseira, director del Proyecto Hispano de Nueva York, del Programa de Estudios Americanos de la Universidad de Columbia.
“Que los propios norteamericanos no lo perciban como parte del mestizaje es otro asunto. Porque el contacto entre el hispano y el no hispano es tan antiguo como la nación misma”, explica Remeseira, principal editor de la reciente antología Hispanic New York. A sourcebook. Una compilación que resalta la identidad latina en los Estados Unidos y cuya presentación -el pasado 15 de septiembre- obtuvo una gran acogida en el círculo académico de la ciudad. A través de 23 ensayos de historia, demografía, arte, personajes, música y literatura se exploran las huellas de los latinos. Desde los 23 judíos sefardíes emigrados de Brasil que llegaron a la colonia holandesa de Nueva Amsterdam a principios del periodo colonial, hasta la ola migratoria actual, pasando por la experiencia puertorriqueña.
La publicación es parte de la labor académica investigativa que realiza el programa universitario antes mencionado y cuenta con varios ensayos del claustro, entre ellos Virginia Sánchez Korrol, Milagros Ricourt, Gabriel Haslip Viera, Paul Berman, Ray Suárez, Frances Negrón Muntaner y el propio Remeseira. Éste destaca el ensayo de Walt Withman “El elemento español de nuestra nacionalidad”, escrito en 1883. El aclamado poeta ya defendía entonces la importancia del carácter hispano en el país.
El libro se publica en momentos en que la reforma migratoria parece estancada por parte de la administración del presidente estadounidense Barack Hussein Obama, y en medio de un aumento de crímenes por discriminación racial. También, recientemente –en el mes de julio- se aprobó una dura ley migratoria en el estado Arizona: la Ley SB1070, que pone en evidencia aspectos de racismo, xenofobia y degeneración dentro de la cultura norteamericana.
A partir de esta problemática en Estados Unidos conviene una charla con el académico argentino residente en la llamada capital del mundo, para reflexionar sobre la redefinición del ‘sueño americano’. Algunos piensan que tal sueño nunca existió, que se desvaneció hace varias décadas o que desapareció desde la época de la gran inmigración europea a tierras americanas. Las novelas realistas dan cuenta de ello.
Durante la conversación Remeseira prefirió no penetrar en el particular optando por condensar la cuestión de la quimera americana como “algo muy relativo”. Según Remeseira, es similar la emigración de un cubano a la de un mexicano. “Son grupos de personas que emigran y la nacionalidad es secundaria”, aseveró. Es decir, ¿que ambos parten de la experiencia común de ser inmigrantes y no hay marcadas diferencias en los diversos grupos? Insistí. El también periodista y escritor determinó que cuando la gente emigra, sí va a enclaves de su misma nacionalidad pero que quienes lo hacen son las personas y no las nacionalidades. Tal vez esta perspectiva no toma en cuenta que no es lo mismo ser un cubano negro que un cubano blanco en territorio estadounidense.

Claudio Iván Remeseira, director del Proyecto Hispano de Nueva York, del Programa de Estudios Americanos de la Universidad de Columbia
Dalila Rodríguez Saavedra: En torno a la Ley de Arizona, se dice que refleja que en Estados Unidos falta una visión de identidad que responde a razones históricas, pero también que es un asunto de prejuicios…
Claudio Iván Remeseira: Creo que existe una identidad norteamericana, y que es una identidad muy precisa. Basta por ejemplo comparar a los puertorriqueños nacidos en Nueva York con uno que no haya salido fuera de [Puerto Rico]. Si se compara al hijo de un inmigrante con uno que nunca salió de la Isla hay obvias diferencias. La principal es el lenguaje y eso marca una identidad nacional.
En cuanto a Estados Unidos ¿cómo se define esa nación? No creo que la pueda definir en una oración perfectamente. Es una identidad que, como en todos los países, se adquiere socialmente en la vida común. Que nace a través de la herencia cultural, literaria, artística. El ser como se es es ante todo una cuestión de memorias comunes. Son recuerdos y vivencia en común. Y eso por supuesto también incluye los prejuicios que ha vivido comúnmente este país.
DRS: En la última encuesta que realizó la agencia de noticias AP junto con la cadena Univisión, apoyada por la Universidad de Stanford en Chicago, se reflejó que los latinos están más preocupados por sus empleos y pérdida de trabajo para pagar sus deudas que por la reforma migratoria ¿Considera que esto de alguna manera tiene peso para que el Presidente Obama aún no realice cambios significativos al respecto?
CIR: Esa encuesta lo que marca es que en ese punto los latinos no se diferencian de los no latinos. Las preocupaciones de los latinos son iguales que las del resto de la población norteamericana. Ahora, en una última encuesta [más reciente] aparece el tema de la inmigración como el tema más preocupante para los latinos. Sucede que cuando se habla de latinos hay que diferenciar entre la población latina general. Porque están los que votan y los que no tienen estatus legal, que no votan. Dicho esto, en las encuestas que se hacen a los votantes este asunto se aprecia distinto. Recientemente el tema inmigratorio ha pasado de tercer nivel a primer nivel.
Si eso ha afectado la decisión de Obama, no lo creo. Esa decisión [la concerniente a la reforma migratoria] está afectada por las elecciones de medio término (mid-terms elections) y lo que importa para ello es el voto independiente, y la mayoría de los votantes independientes; los que cuentan, están a favor de medidas como las de Arizona. No pienso que [las encuestas] hayan influido en la estrategia general del gobierno. Lo interesante –como ejemplo- va a ser lo que suceda en el estado de Nevada. Allí el voto latino va a ser muy importante. En las elecciones de Congreso lo que importa no es el total sino lo que sucede en cada estado. El peso de la población de latinos a favor del demócrata Harry Reid será un voto clave. Desde la perspectiva de una ley de inmigración ese voto incidirá. En otros lados, como en Nueva York, el voto latino no se verá afectado porque será demócrata, con latinos o sin ellos. No importa tanto la actitud de los latinos en ámbitos nacionales sino la función de cada estado con la renovación de cámaras y gobernadores.
La mayoría de las encuestas también indica que la gente quiere una frontera más segura, y que la mayoría de los estadounidenses favorece dar a los inmigrantes ilegales en Estados Unidos el derecho a vivir de forma legal si pagan una multa y cumplen con otros requisitos. Asimismo, el predominio de los votantes, al ser indagados sobre cuál debería ser la prioridad del gobierno federal, revela que la seguridad en la frontera es más importante que las reformas migratorias. No obstante, un artículo en el semanario NewYorker expone que desde el año 2000 las cifras de la patrulla fronteriza (Border Patrol) han disminuido considerablemente. Lo que indica que la frontera sur está en mejores formas que en los últimos 35 años. ¿A qué se debe entonces esa noción de inseguridad en territorio de los USA?
Es una pregunta fundamental y no tiene respuesta simple. Lo que ocurre son dos cosas: es una cuestión de desinformación, porque efectivamente se aumentó la inversión en la seguridad, y no sólo eso; aumentó el número de deportaciones y bajó el número de los que ingresaban ilegalmente. Estos son “datos duros” (hard facts) de la Oficina del Censo estadounidense, pero la mayoría de las personas desconocen estos datos.
Otro asunto es que en cada comunidad hay situaciones particulares que provocan ansiedades. Lo que ocurre mayormente en el sur -aunque no es exclusivo de la zona- es que las poblaciones que antes lo habitaban eran predominantemente blancas, europeas. Pero eso se ha visto transformado por un aluvión de población latina. El choque de valores entre una población y otra crea ansiedades y prejuicios. Porque causa ansiedad escuchar que te hablan en otro idioma que tú no comprendes. Esto, agudizado por la crisis económica, hace que la situación se viva tensa.
Si se hace el análisis etario (de las edades), se verá reflejado que las personas de más de 50 años que no hablan otro idioma que el inglés y que ven un país que les va cambiando ante sus ojos; que en diez años la población donde vivían creció de 10 a 30 mil personas, se comprenderá que para esa gente la realidad es chocante.
En resumen hay desconocimiento y desinformación lo que provoca racismo. No obstante el cambio étnico que se está dando es irreversible. Pronto la minoría van a ser los de origen europeo, y los efectos de eso se están viendo ahora.
DRS: ¿Cómo ve a los latinos en cuanto a fuerza política en lo local y lo nacional dentro de los Estados Unidos?
CIR: Más pronto que tarde habrá un presidente latino. Puede ser que en diez, tal vez treinta años… porque todavía la representación política latina es minoritaria. Los lugares políticos de los latinos están muy lejos de ser representados aún. Pero es cuestión de tiempo. Falta que se incorpore la masa, que se refleje en la composición del congreso.
En niveles locales, el avance latino es evidente. Hay alcaldes, asambleístas de la ciudad, representantes al congreso, pero sigue habiendo un déficit representativo.
Existe una responsabilidad latina de desarrollar el voto, de instar a la inscripción para votar. No basta ser ciudadano, hay que inscribirse. Es un rol que tienen que cumplir las organizaciones comunitarias.
Para más información, noticias, actividades culturales y proyectos en progreso sobre latinos en la ciudad de Nueva York visita el Hispanic New York Project.