30 años de la Organización de la Mujer Trabajadora
Un repaso a 30 años de la Organización Puertorriqueña de la Mujer Trabajadora
Hablar con dos mujeres como Jossie Pantojas y Marta Elsa Fernández es un reto, en muchos niveles. Ambas han sido testigos y protagonistas de procesos históricos y políticos fundamentales para el país como la batalla contra la Marina estadounidense en Vieques, la justicia por la educación especial, la organización comunitaria o la solidaridad con Haití. Pero sobre todo, han estado en el centro de la reivindicación de los derechos de la mujer. De las mujeres, debo decir.
Sus resumés pueden intimidar a cualquiera que no las conozca. Por eso cuando quise entrevistarlas en la antesala del 30 aniversario de la Organización Puertorriqueña de la Mujer Trabajadora (OPMT), me costó ponerme una coraza, no para fingir ser objetiva, sino para formular preguntas que estuvieran a la altura de la circunstancia. Treinta años de una organización feminista no son cosa fácil.
Jossie y Marta Elsa son fundadoras de la OPMT, que se inició en 1982 con el propósito de desarrollar un trabajo organizado orientado a la defensa de los derechos de las trabajadoras puertorriqueñas y de las mujeres en general, en una búsqueda por vivir en mejores condiciones, sin discrimen ni violencia. Se definieron como una organización feminista y autónoma, con una estructura colectiva y democrática.
LA OPMT surge en el contexto de la Segunda y Tercera Conferencia de la Mujer Trabajadora, organizadas en 1981 y 1982. Pueden comentar un poco del contexto social y político del país, y del ámbito específico de la lucha por los derechos de las mujeres.
Jossie: El ámbito político tenía males similares a los que todavía vivimos. Malos gobiernos, un alto grado de partidismo en las instancias gubernamentales, los issues que desata el asunto no resuelto del estatus político. Sin embargo, creo que había entonces mayor efervescencia sindical y social.
En lo relacionado con las mujeres, había muchas activistas, pero no una organización de mujeres fuerte con reconocimiento de la comunidad puertorriqueña. Anteriormente muchas habían estado en el movimiento feminista MIA (Mujer Intégrate Ahora) y la FMT (Federación de Mujeres Puertorriqueñas), organizaciones pioneras en el país. Pero se había caído un poco el trabajo feminista. Algunas de esas compañeras se habían insertado en organizaciones políticas y otras estaban estudiando, con familia, o se habían ido del país, etcétera. Habían cambiado de escenario. Se planteó entonces la necesidad de explorar si había condiciones en Puerto Rico para crear una organización feminista fuerte. Y en vez de hacerlo de entrada se convocó a las mujeres a la Segunda Conferencia de la Mujer Trabajadora.
Estaban Tati Fernós, Celina Romany, Ana Irma Rivera Lassen… En la Conferencia se hicieron talleres sobre la violencia por género, el hostigamiento sexual en el empleo, la doble jornada, la educación sexista, la imagen distorsionada de la mujer en los medios de comunicación, la inequidad salarial. Las organizaciones sindicales fueron las que más se involucraron. Yo por ejemplo había comenzado en la unión de Servicios Legales de Puerto Rico, y me enviaron de delegada, y así me involucré. No me identificaba como tal, como feminista, y apenas estaba empezando en la lucha sindical, pero me activé y me enviaron de delegada.
Las discusiones sobre la necesidad y posibilidades de crear la organización culminaron en 1982. La respuesta fue positiva. Ahí vino la discusión de qué tipo de organización. Y hubo debate en cuanto al nombre de la organización porque algunas pensaban que el apellido de trabajadora era excluyente. El nombre estaba directamente relacionado con el enfoque y la misión que tendría la organización. Era una cuestión de énfasis. No todas se quedaron.
Marta Elsa: El auge que había en términos del movimiento sindical en esos años marcó un hito al promover la participación de las mujeres. Muchas mujeres venían a las conferencias motivadas por su trabajo sindical. Y ese fue un momento importante. En mi caso, al interior del Partido Socialista Puertorriqueño, donde yo estaba, una de las preocupaciones era precisamente cuánto espacio teníamos las mujeres dentro de la organización para impulsar asuntos de género. Yo salgo del partido precisamente para ir a otro espacio donde yo entendía que podía impulsar una agenda en ese sentido. Cinco años antes de la fundación de la OPMT había ocurrido la Conferencia Internacional de la Mujeres de la ONU, y ese debate internacional influenció también acá.
¿Quiénes la fundaron?
Jossie: Éramos un grupo de cuarenta o cincuenta mujeres inicialmente. Algunas de pueblos fuera del área metropolitana pero algunas no perduraron, por la distancia. La estructura de capítulos que se propuso por región en términos prácticos no se dio. Era muy difícil reunirse, no había fondos, etcétera. En ese grupo fundador, de las que recuerdo, estaban Marta Elsa, Doris Pizarro, Tati Fernós, Francés Díaz Medina, Gladys López Báez, Alice Colón Warren, Margarita Mergal, Lureida Torres, yo, entre otras.
Existía entonces, y ahora, una diversidad de visiones sobre el feminismo. Si pueden explicarme de manera general, ¿en qué radican las diferencias fundamentales y a cuál se adscribe o cuál propone la OPMT?
Jossie: No creo que las visiones sobre feminismos fueran tan diversas entonces. Ni ahora tampoco. Sí hay matices. Las que constituimos la OPMT pensábamos que los issues de género tenían que tener un vínculo con el movimiento del pueblo trabajador, y por eso insistíamos en el nombre. Aunque siempre incluíamos no solamente las asalariadas, sino las amas de casa, las desempleadas, estudiantes, etcétera. Otras pensaban que debía ser feminista sin apellido.
Sin embargo, el tiempo nos ha acercado mucho en términos de las visiones. Compartimos el deseo de que el movimiento de mujeres fuera autónomo y que participaran con libertad. Muchas de las diferencias que nos separaron en un principio fueron desapareciendo, porque luego nos afiliamos muchas a Coordinadora Paz para la Mujer, y en años recientes muchas estamos también en el Movimiento Amplio de Mujeres de Puerto Rico.
Sí recuerdo que algunas no teníamos la conciencia de lo importante que era abordar el tema lgbt en el trabajo feminista como una bandera de equidad. Creo que no teníamos todavía la conciencia de la importancia de incorporar a esas compañeras, de forma que se visibilizara, para no enajenar. Esa era una visión equivocada que modificamos totalmente. Tratábamos como de esquivarlo. Y eso fue un error histórico. Pero pronto nos fuimos moviendo en otra dirección.
¿Cómo es su estructura organizativa y quiénes la integran hoy día?
Jossie: Es totalmente colectiva, sin jerarquía. Aunque no tenemos ya un local como tuvimos en algún momento, nos reunimos cada dos semanas a darle seguimiento a la agenda de trabajo, a trabajar la línea editorial del boletín, elaborar algún comunicado, a darle forma a la participación en las coaliciones y organismos en los que estamos. La OPMT pertenece a dos coaliciones feministas y de servicios a la mujer que existen en Puerto Rico: la Coordinadora Paz para la Mujer y Movimiento Amplio de Mujeres. A nivel internacional, pertenecemos a la Federación Democrática Internacional de Mujeres, que tiene estatus consultivo en la Organización de las Naciones Unidas.
Es importante ese vínculo internacional y eso se traduce concretamente en que nos permite mantenernos al habla con las compañeras de otros países, y nos permite llevar issues de Puerto Rico a esos foros. No tenemos un rol pasivo, sino que hemos ocupado roles de portavocía y liderato en estas coaliciones.
Hemos estado bastante golpeadas desde el punto de vista económico y hemos ido recortando cosas. Nos hemos mantenido con el boletín. No recibimos fondos de ninguna entidad. Vendemos sangría, hacemos sorteos, y pagamos una cuota. Con eso cubrimos los gastos de la organización.
Es difícil, casi imposible, conseguir donaciones para organizaciones que se dedican solo al activismo, por medio de propuestas gubernamentales y privadas. Por eso dependemos de las aportaciones individuales.
¿Qué pertinencia tiene hoy la OPMT, 30 años después?
Jossie: Pienso que tenemos una experiencia acumulada que nos deja aportar a la lucha por la equidad. Con nuestras acciones nos hemos ganado un respeto en la opinión publica y eso nos ayuda a adelantar los derechos de las mujeres. Nos mantenemos en contacto con muchas mujeres jóvenes de las cuales aprendemos mucho, mediante la Coordinadora Paz y el Movimiento Amplio. El valor de esas redes organizativas tiene un saldo bien positivo para el país y para lograr que se nos haga justicia como personas.
Marta Elsa: Hemos ayudado a muchas mujeres. Tener esa oportunidad de ayudar a mujeres a manejar situaciones de violencia, ha sido bien importante. Por varios años tuvimos grupos de apoyo con mujeres sobrevivientes, y hemos podido hacer una aportación también en ese sentido. Hoy, esa experiencia organizativa, aunque las mujeres ahora nos organicemos de otras formas, creo que es un legado, esta ahí como un punto de referencia, no para que se haga lo mismo, sino para promover otras formas de organización y abrir nuevos espacios de trabajo.
También me parece que la aportación que pudimos hacer en el proceso legislativo, ha sido bien contundente. Creo que hoy se ha perdido un poco; no estamos incidiendo como lo hicimos en las pasadas décadas en relación a asuntos de legislación.
Con el tiempo, nuevas formas de violencia se van definiendo, como por ejemplo la violencia institucional. Definitivamente hay nuevas formas de violencia que se van visibilizando y siguen presentando nuevos retos. Por eso es importante este trabajo.
¿En qué se diferencian sus objetivos de, por ejemplo, el Movimiento Amplio de Mujeres?
Jossie: No se diferencian, compartimos totalmente los postulados del Movimiento y estamos participando como organización. A lo mejor tenemos a veces diferencias en el modo de hacer algunas actividades, pero respaldamos plenamente los principios. Pero a la vez nos gusta mantener nuestro propio espacio, y como eso se respeta en las coaliciones, pues participamos.
¿Hay un trabajo político en la OPMT? No me refiero al feminista propiamente. En el libro Documentos del Feminismo en Puerto Rico, Ana Irma Rivera Lassen comenta que en sus inicios la OPMT dio la impresión de que sería de línea feminista socialista, pero que con el paso del tiempo, su línea parecería ser más independentista. ¿Es correcta su interpretación?
Jossie: Es correcta esa apreciación. La mayor parte de nosotras somos independentistas, aunque como organización promovemos el derecho del pueblo puertorriqueño a su libre determinación, respecto a su destino.
Muchas de nosotras estábamos en organizaciones políticas independentistas. Pero siempre hemos creído en el espacio para la diversidad. Estamos en contra de la guerra, a favor de la excarcelación de los presos, a favor de que termine el bloqueo a Cuba. Nos hemos pronunciado sobre eso como organización. Estuvimos bien activas en la huelga del pueblo y en otros asuntos nacionales, comunitarios, sindicales y ambientales. Recientemente respaldamos la liberación de los cinco presos políticos cubanos. No somos socialistas o comunistas, en eso hay matices, unas pueden serlo, otras no.
En una entrevista hace quince años, Jossie comentaba que algunas de las premisas y estrategias de la OPMT habían cambiado durante esos primeros años. Dabas como ejemplo el manejo del discurso, y que en los años de fundación, el grupo creía que la independencia era absolutamente necesaria para que mejoraran las condiciones de vida de la mujer puertorriqueña. ¿Ahora, quince años después, cómo lo ven? ¿Es un debate que se da al interior de la organización todavía?
Jossie: Es un asunto resuelto. Creemos que era un error pensar que había que adelantar la independencia para que eso nos llevara a los derechos de las mujeres. No podía esperarse por eso para lograrlo. Estuvimos dándonos contra el cristal en la frente. Más aún, cuando las organizaciones independentistas han sido bien patriarcales. Muchas tuvimos que ir aún en contra de las organizaciones políticas. De hecho, casi ninguna de nosotras estamos ya en esas organizaciones políticas. Hubo confrontación y optamos por el trabajo con las mujeres. En carácter individual, cada integrante puede afiliarse a la organización con la que tenga más afinidad.
Marta Elsa: Claro, el hecho de que no nos aliniemos a una forma política en particular no quiere decir que no estemos manejando los asuntos políticos. Aunque nuestras acciones no estén enmarcadas en una forma política en particular, sin lugar a dudas, son políticas. De hecho, creo que manejamos la cosa política desde una perspectiva más amplia que los partidos.
La OPMT fue esencial en el proceso de desarrollo de la Ley 54 contra la violencia doméstica y su aprobación en 1989. ¿Cómo se dio ese proceso? ¿Cómo ven ahora las propuestas de enmendar esa Ley 54?
Jossie: La mayor parte del tiempo hemos sido una organización de activismo feminista, de luchas en la calle, de marchas, de cabildeo en la legislatura, no de servicio. Como parte del activismo, acompañamos mujeres que tenían demandas por casos de hostigamiento u otros casos laborales a los tribunales. Hubo un tiempo en que dimos servicio por medio de una propuesta, para atender casos de violencia doméstica en el tribunal. Tuvimos una etapa de servicio, aunque la experiencia fue mala, no por el tipo de trabajo, sino porque la propuesta conllevaba incurrir en muchos gastos administrativos que no se cubrían. A la vez, nos restaba mucho del trabajo de activismo y en la legislatura.
Nos impactaba mucho la cantidad de casos que salían en la prensa, los titulares y portadas sangrientas que no dejaban nada a la imaginación y comenzamos a participar de discusiones que promovían entidades como el Instituto de Derechos Civiles y la Comisión de Asuntos de la Mujer, que luego se convirtió en la Oficina de la Procuradora de las Mujeres.
Por eso nos lanzamos de cabeza en la elaboración y cabildeo del estatuto. Fue un proceso de fortalecernos y teníamos que hacer una alianza fuerte. De ahí sale la Coordinadora Paz para la Mujer. Fue casi una década de trabajo. Lo logramos primero que otros países, incluso primero que Estados Unidos. De esa manera, con coaliciones y alianzas es que lo gramos adelantar.
Cuando nos constituimos no era prioridad la estrategia de trabajar en alianza con otras organizaciones, y conmemorábamos juntas algunas fechas solamente, pero se puede lograr mucho más si se colabora, y de eso nos dimos cuenta.
Marta Elsa: Siempre ha habido un planteamiento de enmendar la ley. Nosotras hemos insistido en velar por el cumplimiento y asegurar que la ley funciona y se implementa correctamente.
Inclusive está atado a esto la misma discusión hoy sobre el término «violencia doméstica». Cuando se elaboró la ley, queríamos visibilizar la violencia en la pareja, por eso usamos el término y era un avance en ese momento. Uno de los logros era nombrarla, visibilizarla.
En este momento histórico, abrir ese debate de enmiendas creo que no es adecuado. Sobre todo cuando sabemos que hay tanta gente esperando que se abra ese proceso para eliminarla, porque siempre ha entendido que no debe existir.
La OPMT ha gestionado la publicación regular de un boletín. Háblanos de eso. ¿Quiénes lo reciben?
Jossie: El boletín Mujeres en Marcha, que cumple 29 años, ha tenido una influencia importante. Los llevamos a las uniones, a comunidades, a nuestros trabajos y organizaciones, y en actividades se lo damos a la gente. Para las elecciones, sacamos un número especial donde analizamos las plataformas y alertamos sobre por quién no se debe votar, según sus ejecutorias. Es una tirada limitada. Tenemos un mailing limitado. Pero ahora estamos haciendo un blog ahora para distribuir virtualmente.
También publicamos un libro, en la celebración de los 20 años, que escribieron Margarita Mergal e Idsa Alegría, mirando la trayectoria la organización y de nuestro boletín. Se hizo también un documental por la cineasta Sonia Fritz.
Marta Elsa: Hemos tratado de que Mujeres en Marcha tenga información educativa, para que la gente esté enterada de los asuntos, pero también hemos promovido una reflexión distinta sobre asuntos de los cuales todo el mundo comenta. Esa es la aportación, que es desde la mirada distinta, de las mujeres. La violencia ha sido un tema central, el tema laboral, también, por supuesto.
Ahora con el proceso de hacer el blog y las redes sociales, estamos en ese camino de llegar a más gente, y la verdad nos da un poco trabajo, pero estamos actualizándonos.
Lanzan una convocatoria en el contexto del 30 aniversario, que invita a “compartir experiencias, reflexionar sobre lo aprendido y lo desaprendido, revisar las agendas completadas, las que se han quedado pendientes y las que nos esperan”. Hay un reconocimiento a la necesidad de apertura.
Jossie: Tengo que reconocer que nuestro grupo es uno reducido. Aunque tenemos mucha gente solidaria que se involucra en momentos particulares, las que nos reunimos cada dos semanas somos un grupo pequeño. Mucha gente se ha inactivado en los últimos diez o doce años. Y en otras organizaciones pasa lo mismo. En el Movimiento Amplio de Mujeres sin embargo hay muchas compañeras jóvenes. Sí creemos y queremos incorporar otras compañeras jóvenes, pero no lo hemos logrado. No hay un relevo generacional. No hemos logrado abrir esa puerta. Nos preocupa mucho, pero no lo hemos podido resolver. Quizá los diálogos que estamos convocando nos den las respuestas y las alternativas.
Nos encantaría lograr esa apertura. Pero yo pienso que hay una renuencia a reuniones. A nosotras, por ejemplo, nos gusta hacerlo cada dos semanas, nos gusta hablarnos mirándonos, comer juntas, hablar de las cosas personales, y hay una corriente de que la gente prefiere otro tipo de trabajo no presencial.
Para las actividades de conmemoración de los 30 años, hemos enviado invitaciones a sindicatos, estudiantes, mujeres de grupos comunitarios y tenemos confirmadas un buen grupo de mujeres.
Los conversatorios que conmemoran el 30 aniversario de la OPMT denominados Mujeres Solidarias ante los Nuevos Desafíos para la Equidad serán el sábado 21 de abril, en la Superintendencia de Escuelas Católicas en el Municipio de Caguas, Calle Muñoz Rivera final, y el sábado 5 de mayo, en la Escuela Superior Juana Colón, en el Municipio de Comerío, comenzando a las 9:30 A.M.. El sábado 29 de septiembre tendrán un encuentro para presentar a un grupo más amplio los resultados de las reflexiones.