Avanzar en la política
Lo real es complejo, difícil de aprehender con una perspectiva individualista, que rechaza el carácter social, colectivo, del conocimiento. Para comprender de forma profunda cualquier relación social o natural se requieren múltiples experiencias y reflexión, desde las más variadas perspectivas. Para entender lo que plantean los demás, en particular los que difieren, hay que sobre todo aprender a escuchar.
Lo real se percibe a través de las experiencias e intereses. Para entender a los demás hay que tratar de localizarse dentro de su perspectiva y sus límites sociales. No percibe igual los límites sociales el que depende de los cheques de alimentos, la pensión militar, el seguro social, el trabajador con un bajo salario, el desempleado, el dueño del capital y sus representantes. La crianza en diversos entornos sociales tiene una gran influencia sobre las ideas.
Los sectores dominantes han sido muy efectivos en dirigir a los diversos grupos sociales hacia la culpa de los otros, los que son distintos, como supuesta explicación de los graves problemas sociales. Entre los profesionales abunda ese conjunto ideológico. Entre muchos que se llaman líderes populares de los más diversos ámbitos sociales, también abunda la culpa ajena.
La queja, el desahogo, los ataques personalistas públicos o privados, que no se dan acompañados de la organización y la lucha colectiva son la orden del día. El chisme personalista es otra cara de la misma moneda. Estas prácticas de impotencia individual y colectiva conducen al cinismo, la inacción y a la permanencia de las relaciones sociales actuales. Se hacen invisibles los límites sociales –económicos, políticos, culturales— que ayudarían a explicar lo que existe y a aspirar a transformarlo.
Entre los que erigen sus ideas en principios abunda el deber ser. Se echa de menos la táctica, la estrategia, para llegar a través de la lucha de donde estamos a donde queremos llegar. Para transformar lo real se requieren alianzas de diversos sectores sociales, con una clara perspectiva que sólo emana de las prácticas colectivas y la reflexión. Esa perspectiva surge del choque de ideas en un ambiente en el que predomina la participación, no la imposición.
La existencia de dos nuevos partidos electorales es un indicio de la búsqueda de opciones políticas, económicas, en fin, sociales, para salir del tranque en que nos encontramos. En éstos y el partido surgido en las elecciones pasadas se da el intento de establecer alianzas de diversos sectores populares. Esas alianzas embrionarias tendrán que ser desarrolladas con gran flexibilidad para tratar de lograr un frente amplio entre esos partidos y otros sectores sociales.
El rompimiento con el aislamiento en pequeños partidos es una necesidad, si queremos avanzar. Es urgente el desarrollo de nuevas formas en el quehacer político.