El coloquio se celebrará el viernes 7 y sábado 8 de diciembre en el Cuartel de Ballajá. Para inscripción temprana la fecha límite es el 30 de noviembre.
El coloquio se celebrará el viernes 7 y sábado 8 de diciembre en el Cuartel de Ballajá. Para inscripción temprana la fecha límite es el 30 de noviembre.
El libro de Nilita no se limita a lo que ella escribe, sino también a aquel libro que han escrito en torno a ella todos los que la han convertido en el personaje emblemático de una cultura letrada en Puerto Rico.
Con esta iniciativa «damos a leer» a Nilita Vientós Gastón, por medio de algunas de aquellas columnas de opinión y reseñas que publicó por espacio de décadas en distintos diarios del país. Los textos seleccionados recogen algunos de los temas fundamentales para esta intelectual puertorriqueña a los 25 años de su muerte.
El legado de Mara Negrón es una encomienda sobre cómo ser intelectuales comprometidos y comprometidas con nuestra realidad, con una manera de ser universitarios.
Ahora vas entrando en tu forma invencible, siempre alerta y sonriente, de 52 años permanentes, firme, amiga de la verdad, con esa sonrisa severa y dulce, una Alicia del Caribe correteando traviesa dentro del sueño insondable del rey rojo.
Un grupo de amigas y amigos recordaremos a Mara en una actividad de lectura de sus textos, una selección de algunos de sus pasajes, fragmentos de su escritura que ahora nos hablan desde otro lugar, desde el lugar del duelo.
Estas son las palabras que leyó Hélène Cixous, dedicándole a Mara el homenaje que a su vez Mara había hecho para ella.
¿Qué es este oscurecimiento súbito de la vida, este aguacero abandonado alevosamente en su resaca por el color y la luz?… miro a mi Mará allá en París y escucho lo que de ella ahora me han contando.
Voy corriendo por París detrás de una mujer de piernas flacas pero musculosas y energía inagotable. Conmigo corre Viveca Vázquez. Hace buen tiempo. Mara dice que le trajimos el sol.
Se nos fue demasiado pronto. Me quedé con el deseo de decirle que había leído esos dos libros suyos que tanto disfruté por su rareza, por su atrevimiento, su osadía al asumir escrituras arriesgadas, desbalanceadas.
Si bien no fui su estudiante “oficialmente”, sí lo fui en el sentido más profundo y determinante pensable. Conocí a Mara cuando apenas comenzaba a cursar la secuencia curricular del Programa de Estudios de la Mujer y el Género.
Vuelvo sobre «Cartago», y ahí la encuentro, como si me hablara… “Avanzo hacia la tragedia sin tragedia que es la mía, saberme habitada por una promesa que está constituida por una amenaza”.
Leer, leerte, pasearme por tus palabras, tomar apuntes para recapitular(me) algunas de las cosas que nos dejas dichas en 80grados es lo único que he podido hacer desde esta profunda tristeza.
No me daba cuenta en aquel entonces de lo que me enseñabas, y tú, derridiana al fin, dabas esas clases “como si” las dieras en el porvenir. Enseñabas, como enseñó Derrida.
Desde el verano pasado se encontraba en París cumpliendo con una invitación extendida por la Universidad de esta ciudad, donde impartió dos cursos y realizaba investigaciones.