«Crisis definitiva» en Escuela de Comunicación
En octubre pasado, ante la cancelación abrupta del programa «Hoy en las Noticias» se suscitaron innumerables reclamos por su reapertura. Una resolución de la Facultad aprobada poco más tarde mandató al Director a rendir un informe explicativo sobre el asunto. Luego de varias vacilaciones el informe se rindió, con muchas deficiencias, y ahora la dirección de la Escuela de Comunicación se niega a hacerlo accesible.
Dr. Eliseo Colón
Director de la Escuela de Comunicación
Recinto de Río Piedras, Universidad de Puerto Rico
Estimado Eliseo:
He visto con pesar que has ignorado por completo la petición que he hecho de que pongas a disposición de la Facultad y del público interesado tu informe sobre la cancelación del Programa de Noticias de Radio Universidad. La impresión que tengo, vinculado a esta escuela por más de 25 años, es que arribamos a un punto de confrontación de no retorno.
Llevo demasiados años en una lucha por defender los derechos de los periodistas y de la ciudadanía a estar informada debidamente. He fundado periódicos y blogs especializados con ese propósito, entre otros. He realizado investigaciones y hasta promoví un caso ante el Tribunal Supremo que hoy forma parte de la jurisprudencia fundamental sobre estos temas.
Podría decir más, pero me ahorro otras explicaciones para cuando el informe que rendiste el pasado viernes 23 de marzo pueda ser examinado con cuidado y esmero por la gente que sí le interesa el futuro de Radio Universidad, de su programa de Noticias y el de la Escuela misma y sus estudiantes, que es lo que está en juego.
No me sorprende que algunos de mis colegas tomen a la ligera el principio fundamental del derecho a la Información. Llevas quince años dirigiendo la Escuela sin resistencia. Esos colegas parten de tu buena fe, y yo respeto esa opinión.
No obstante, te recuerdo algo mucho más trascendental que la opinión de esos colegas o la mía: el derecho a la Información es la norma, no la excepción. Un Director de una Escuela de Comunicación debería saber eso.
La jurisprudencia aplicable nos recuerda:
“Cuando el Estado injustificadamente impide al ciudadano inspeccionar un récord público, lesiona su derecho fundamental a estar informado. Derecho a su vez inherente y necesario para el ejercicio efectivo de los derechos constitucionales de libertad de expresión, asociación y de pedir al gobierno reparación de agravios”.
Y concluye:
“Hoy día la secretividad en los asuntos públicos es excepción y no la norma”
Dicho esto, te advierto que cada minuto que pasa no hace sino aumentar las sospechas de que aquí hay gato encerrado.
Tuviste la oportunidad de distribuir con anticipación el informe, un documento redactado en computadora. No cumpliste con esa responsabilidad. Ya antes no habías cumplido con el mandato de hacer un informe no más tarde del 18 de enero de 2012. Y con tu alocución del viernes 23 de marzo, nos enteramos que tampoco cumpliste con entrevistar a la gente afectada o cotejar los documentos y las expresiones de colegas e instituciones que se pronunciaron vigorosamente contra la cancelación del Programa de Noticias. Tampoco reuniste nunca a los profesores de Periodismo, que reclamaron todos, con excepción de una abstención, la reanudación del programa y que se les consulte para estos asuntos en el futuro.
En fin, ¿hasta dónde puede llegar la «buena fe»?
El derecho a la información es sagrado, Eliseo. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 19, estipula:
«Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión».
Casi me lo sé de memoria. Ha estado en el centro de mi vida desde los años de mis estudios universitarios en Nueva York cuando conocí la trayectoria de Eleonor Roosevelt y Martin Luther King, Malcom X y Richard Wright. La historia de los derechos civiles en Estados Unidos influyó amorosamente mi pensamiento político. Ya nunca me he permitido ser dogmático; se lo debo a gente como Cornel West.
En fin, la forma en que se canceló el programa de Noticias (y en parte, sus antecedentes) y la manera arbitraria en la que conduces los asuntos de la Escuela, han creado una crisis institucional definitiva.
Yo no voy a mirar para otro lado. Yo voy dar todo lo que esté a mi alcance por los mejores intereses de mis alumnos y de la educación en periodismo y comunicación.
Gracias por tu atención,
Luis Fernando Coss PhD
Catedrático Auxiliar