El Presidente Theodore Roosevelt, para quien la frontera era sagrada, un recinto para la comunión con Dios, recurrió al mito de la frontera para así suministrarle a sus políticas ambientales aires morales.
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El Presidente Theodore Roosevelt, para quien la frontera era sagrada, un recinto para la comunión con Dios, recurrió al mito de la frontera para así suministrarle a sus políticas ambientales aires morales.