En el fondo de cada gancho de caña queda la fragancia que deja esa puertorriqueñidad desinhibida. Al final lo que queda es una bebida nacional cuya única patria es la Navidad.
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En el fondo de cada gancho de caña queda la fragancia que deja esa puertorriqueñidad desinhibida. Al final lo que queda es una bebida nacional cuya única patria es la Navidad.
Sentí que la imagen de un pitorro prófugo y nacionalista se esfumaba entre nuevas contradicciones. El ron artesanal iba dejando atrás una parte de su existencia fugitiva.