La escritora chilena Andrea Maturana (1969) forma parte de la generación que ha dado origen a la llamada “narrativa de hijos e hijas” de las dictaduras en el Cono Sur. Ha publicado relatos en los que la violencia doméstica y el abuso patriarcal se representa por medio de elipsis y silencios. Esas historias privadas, que nunca mencionan a Pinochet ni a la dictadura, funcionan, sin embargo, como espejos de la situación política de su país.