Entre las propuestas de nuestra sociedad civil y las experiencias de las nuevas democracias latinoamericanas encontraremos elementos que nos permitirán construir una verdadera democracia al servicio del pueblo.
Entre las propuestas de nuestra sociedad civil y las experiencias de las nuevas democracias latinoamericanas encontraremos elementos que nos permitirán construir una verdadera democracia al servicio del pueblo.
Los partidos dominantes en Puerto Rico no sólo han contribuido a crear electores con actitud jaiba frente al imperio, sino también con respecto a los procesos internos en Puerto Rico.
Similar al síndrome de la persona maltratada, como país igualmente seguimos perdonando el maltrato con la falsa esperanza de que llegue el día en quienes nos gobiernan enmienden sus conductas.
El pueblo no tiene por qué renunciar a sus derechos básicos a favor de una clase política demagoga e incapaz de proponer soluciones sensatas al problema de la criminalidad.
Resulta escandaloso que la rama judicial no sea capaz de defender su integridad y su espacio en la menguada democracia puertorriqueña y se rinda mansamente a los designios de la clase política.
El problema de los tribunales no es la administración PNP actual, burda y autoritaria. El problema es la estructura misma de nuestro sistema político constitucional.