Aunque las protestas que comenzaron el año anterior crearon una concientización de los problemas de Brasil, es imposible saber si habrá cambios profundos. Aún así, son muchas las huellas del Mundial.
Aunque las protestas que comenzaron el año anterior crearon una concientización de los problemas de Brasil, es imposible saber si habrá cambios profundos. Aún así, son muchas las huellas del Mundial.
La avalancha de goles se fue convirtiendo en tristeza y luego en profunda humillación, incluso más, en un vejamen, «vexame», una palabra que es más fuerte que humillación y vergüenza.
Con los altos costos para asistir a un Mundial, desde los boletos aéreos, entradas para partidos, hospedaje y gastos diarios, son muchísimas las personas que lo viven desde los bares.
«Nuestro Palacio de Invierno no está en San Petersburgo, sino en Brasil. Allí, en el mítico Maracaná, derrotamos la monarquía anquilosada de España».
La gente en Salvador es muy hospitalaria y simpática y no hay quien, trabaje o no en el evento, que no lo haga con una sonrisa. Y luego te dicen “beleza”, que es algo como nuestro “chévere”.