El Mundial en el país del fútbol
De otra parte, y para alegría de la FIFA y los auspiciadores, sí fue el Mundial más lucrativo de la historia, superando las ganancias de Suráfrica 2010 por más de 50% al generar 4.5 billones de dólares, versus 2.4 billones en Suráfrica. Se estima que Brasil generó unos 35 billones en ganancias, sin contar los 15 billones de gastos, pero queda por ver quién se beneficia de esto, si es la empresa privada, el gobierno o los individuos, ya sea que alquilaron sus casas o los pequeños comerciantes.
Pero, probablemente, recordaremos este Mundial por otros motivos: por el fútbol ofensivo desplegado en la primera ronda reflejado en la gran cantidad de goles anotados en esta fase, por el protagonismo de los porteros con grandes atajadas, por el mordisco de Luis Suárez al defensa italiano Chiellini, por el gran papel de Costa Rica llegando por primera vez a cuartos de finales y superando en el camino a campeones mundiales, por la aplastante derrota de Alemania sobre Brasil de 1-7, por la cantidad masiva de argentinos y su canción dedicada a los anfitriones “Brasil, decime que se siente”, por la hospitalidad de los brasileños y la acogida que tuvo el evento en todas las sedes, por el gran seguimiento que tuvo en las redes sociales, por ser la primera vez que un equipo europeo gana en América. Aquí una reflexión de distintos aspectos del Mundial.
Legado deportivo: “siempre gana Alemania”
Un jugador inglés una vez comentó, luego de su selección haber sido eliminada por Alemania en el 1990 en Italia en semifinales, “el fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once y siempre gana Alemania”. La frase de Gary Lineker, que se ha repetido con algunas variaciones desde entonces, ya parte del argot popular de fútbol, es un reflejo del excelente récord que tiene la escuadra alemana en este deporte. Alemania ganó su cuarta Copa Mundial el pasado domingo 13 de julio al derrotar a Argentina 1 a 0 en el Estadio Maracaná en Rio de Janeiro. Con esta victoria, Alemania se convierte en el segundo país con más campeonatos, siendo superado solo por Brasil que tiene cinco, además de ser el primer país europeo que se corona en América. Pero Alemania culmina un proceso de renovación de su fútbol que lleva más de una década. Muchos señalan su comienzo cuando perdieron la final del Mundial de Corea/Japón contra Brasil en 2002, desde entonces comenzaron a reformar su fútbol, incluyendo las categorías menores, reforzando la Bündesliga, convirtiéndola en una de las más rentables de Europa y trabajando un plan a largo plazo.
El actual dirigente del equipo campeón, Joachim Löw, fue asistente del actual seleccionador de Estados Unidos, el alemán Jürgen Klinsmann, cuando Alemania fue sede el Mundial en 2006, luego pasó a ser dirigente en propiedad y como tal, llegó a la Final de la Eurocopa donde perdió con España. En el Mundial de Suráfrica repitió el tercer lugar obtenido en su casa cuatro años y en la Eurocopa del 2012 también llegó entre los primeros cuatro. Esto indica que la victoria alemana ha sido la culminación de un proceso organizado, que cubre distintas áreas del deporte y que ha sido proyectado a largo plazo y con paciencia, labrado en conjunto con un enfoque en particular de fútbol, que combina la histórica solidez táctica del fútbol alemán, con una apuesta mucho más ofensiva y de posesión del balón, que fue desplegada en Brasil.
No es casualidad que la gran mayoría de los jugadores del equipo campeón de Brasil jueguen en la Liga Alemana, muchos de ellos en el Bayern Münich, la base de este equipo, lo que hace que se conozcan muy bien, desde el portero Manuel Neuer, hasta el capitán y corazón de la defensa, Philipp Lahm, al máximo anotador de goles del conjunto, Thomas Müller. Es interesante que el actual dirigente del Bayern es Pep Guardiola, quien fue dirigente del Barça por cuatro temporadas, y quien se distinguió por fomentar un fútbol de toque y posesión del balón, estilo que ha implementado en el Bayern y que por consiguiente, podría estar también calando en la selección. Es interesante que lo mismo ocurrió con la selección española que ganó corrido la Eurocopa 2008, Mundial 2010 y Eurocopa 2012, cuya base era la del Barça y el estilo de juego del equipo catalán se veía reflejado en la selección.
Por otro lado, Argentina, quien al comienzo del evento salía entre los favoritos más por tradición que porque muchos lo consideraran un contendiente fuerte, llegó a la final mostrando un juego organizado, sobre todo partiendo de una defensa sólida que había sido cuestionada y en gran medida gracias a algo más intangible: entrando a la cancha creyendo que pueden ganar y con mucha confianza en sí mismos. También tuvo el mayor apoyo de fanáticos, solo superado por los aficionados de Brasil, los argentinos siguieron en masa a su selección, haciendo de cada juego de Argentina uno local con sus cánticos durante todo el partido y también ocupando casi en su totalidad las distintas ciudades que jugaron, ya que la gran mayoría iban sin entradas.
Muchos goles y muchas paradas
La primera ronda del Mundial rompió récord en cantidad de goles anotados con 136 goles, lo cual hizo esta fase una muy divertida y que llevó a muchos a considerar el Mundial uno exitoso en términos del fútbol desplegado a este punto del evento. Una de las estrellas que emergieron del evento fue el colombiano James Rodríguez, quien fue el Bota de Oro al ser el goleador del Mundial con seis goles. En esta edición el alemán Miroslav Klose anotó dos goles, lo cual lo convierte en el goleador histórico de los Mundiales, con 16. Curiosamente, el evento paralelamente se caracterizó como uno de muchas paradas espectaculares de los porteros. Keylor Navas, de Costa Rica, Neuer de Alemania, Memo Ochoa de México, Tim Howard de Estados Unidos, entre otros, forman parte de las figuras del Mundial, ya sea porque hicieron atajadas espectaculares como el caso de Navas, o algunas cruciales como Neuer el día del partido de cuartos de finales contra Francia, o el portero estadounidense que hizo un récord de atajadas para un solo partido de Mundial, cuando paró 16 tiros en el juego en el que Bélgica eliminó a Estados Unidos en octavos de final.
El “mata-mata” mata el juego ofensivo
En Brasil le llaman “mata mata” a la fase posterior a la primera ronda, en la cual si pierdes, te eliminas. En este Mundial, luego de haber visto una fase de grupos llena de goles, de juego ofensivo y arriesgado, vimos una segunda fase (octavos, cuartos de final, semifinal y final) con muchos juegos que terminaron sin goles o empate con pocos goles, lo que provocó muchas prórrogas (ocho) e incluso algunas tandas de penales (cuatro).
Es apenas la tercera ocasión que una final se tiene que ir a tiempo suplementario luego de haber terminado empate a cero (pasó cuando Brasil le ganó a Italia en penales en Estados Unidos en 1994 y en Suráfrica 2010 cuando España le ganó a Holanda con un gol de Iniesta en el minuto 116), en esta ocasión, cuando todo parecía indicar que Argentina y Alemania tendrían que ir a penales para determinar el nuevo campeón, Mario Götze anotó un golazo en el minuto 113 que le dio el cuarto campeonato a Alemania. Es evidente que una vez llegan a la fase en que una derrota implica decir adios al torneo, los equipos dejan de arriesgar y comienzan a echarse para atrás a jugar más defensivo y se enfocan más en evitar que el otro anote.
Legado social, económico y de infraestructura
Apenas a unos días de culminado el evento, es difícil determinar cuál sera el efecto a largo plazo en la sociedad y economía brasileñas. Aunque las protestas que comenzaron el año anterior crearon, al menos en un sector de la población brasileña y en el extranjero una concientización de los problemas y necesidades de Brasil, aún es imposible saber si habrán cambios profundos para solucionar estos problemas. La Presidenta Dilma Rousseff había cedido en algunas de las peticiones previas a la Copa, como por ejemplo que había prometido el 10% de los ingresos para la educación, y a medida que se acerquen las elecciones de octubre en las cuales quiere ser reelecta, veremos si continuará accediendo a otros reclamos.
Aparentemente en términos de turismo el evento fue un éxito, sobrepasando las altas expectativas que habían antes, que eran de 600,000, ya que solo para la fase inicial, según datos del gobierno brasileño, habían entrado 692,000 extranjeros de 203 nacionalidades. Se estima que en total entraron un millón de turistas para el evento. Los ingresos por concepto del turismo también habían superado las expectativas iniciales. Tan solo en São Paulo en la primera fase habían gastado los turistas unos 454.5 millones de dólares, y esta no era la ciudad con mas visitantes, sino Rio de Janeiro. El hecho de que Argentina haya llegado a la final, aunque entristeció a la mayoría de brasileños de ver a sus archienemigos jugando su final soñada en el Maracaná, implicó un gran flujo de turistas y dólares hasta el final del torneo, pues los argentinos eran desde el comienzo el grupo mayor de turistas, unos 100,000 en la primera fase, y para el último juego, una cantidad similar cruzó del país vecino, muchos de ellos por la vía terrestre.
En cuanto a la infraestructura, pues lo que se terminó de construir aparentemente funcionó bien y cumplió las expectativas, sobre todo los estadios. Muchos de los grandes proyectos, de carreteras y aeropuertos, parece que quedaron inconclusos. Incluso vimos en Salvador cómo habían algunas carreteras nuevas construidas para la Copa, y de momento, se interrumpía el tramo y nos explicaban que no hubo tiempo para terminar. Igual con el subterráneo de Salvador, que se inauguró para la Copa con solo dos estaciones y casi ni se pudo usar pues no era muy accesible. Ahora quedará por ver cuántas de estas obras inconclusas por falta de tiempo, recurso o problemas de corrupción, se terminarán para beneficio no ya de los turistas o como requisito de la FIFA, pero para el uso de los brasileños.
El otro gran tema era que muchas de estas obras, en el caso de Rio de Janeiro, eran en parte preparación para los Juegos Olímpicos del 2016 que se celebrarán en esta ciudad. En las tomas aéreas del Maracaná se veían algunas obras alrededor del estadio y también en otras áreas de la ciudad, pero según informaba la prensa queda mucho trabajo por hacer, sobre todo en el área de las comunicaciones y transporte.
Finalmente, justo el día después de concluido el Mundial, la presidenta se reunió con su homólogo ruso Vladimir Putin y en una medida sin precedente, crearon una estructura bancaria y fiscal paralela de los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica), estableciendo un equivalente al Banco Mundial para estos países de economías emergentes, incluyendo un fondo de reservas. No es casualidad que Putin presenciara la final en el palco junto a Dilma –curiosamente con Angela Merkel en el otro lado que representa el “establishment” económico de Europa occidental– pues no solo estaba allí para la reunión, sino porque Rusia será la próxima sede del evento. Cabe recordar que una de las metas del evento era solidificar la posición de Brasil en el mapa económico mundial y que la reunión haya sido justo el día después de la final, siendo el foco mediático mundial, no creo que haya sido casualidad.
Legado tecnológico y mediático
Cuando uno piensa que el Mundial era tan global y mediático como podía ser, aprendemos que aún había espacio para crecer, ya sea en términos de audiencia en lugares como Estados Unidos donde evidentemente aún no ha llegado a su límite, o en términos de nuevas audiencias o modos de compartir la información, gracias a las redes sociales y las nuevas tecnologías.
#WorldCup
Este definitivamente fue el Mundial del Twitter y las redes sociales en general. Esta tendencia se puede verificar pues es tangible y se puede medir, por ejemplo, se sabe que el momento deportivo más “twitteado” en la historia fue la derrota 1-7 de Alemania a Brasil, superando por mucho el último Super Bowl. Pero este no fue el único momento, durante todo el mes que duró el evento, estuvo muy presente en las redes sociales, y no solo los fanáticos, sino los propios jugadores subiendo fotos a Instagram o Twitter de ellos celebrando una victoria en el camerino o en la guagua camino a una práctica o mensajes a los aficionados. Esto también implicó que el Mundial pasara a ser un evento social y no uno meramente deportivo, pues muchas de las llamadas “celebridades” se apuntaron a la fiebre mundialista, ya sea exponiendo de cuál seleccionado eran aficionados o estando en el evento apoyando. El caso de la cantante de Barbados, Rihanna, llama la atención pues fue una protagonista de las gradas de la final, incluso retratándose luego en el camerino de los alemanes con los jugadores y la Copa y con Pelé. Es curioso pues no solo no representa a ninguna de las selecciones que participaron, sino porque estuvo todo el evento activa en las redes sociales, animando a diferentes selecciones, piropeando los jugadores o simplemente subiendo fotos de ella en Brasil.
Lo interesante es que una artista de su fama tiene muchos “seguidores” y éstos a su vez, acaban participando de la conversación en línea sobre el Mundial, gracias a alguien que no tiene que ver directamente con el deporte, esto, hace unos años, hubiera sido imposible que sucediera. Los baloncelistas Kobe Bryant y LeBron James también asistieron al evento y estuvieron todo el tiempo conectados a través de las redes sociales. Esto a su vez implica, que los “seguidores” de estas estrellas acaban siguiendo el evento, aunque no necesariamente sean aficionados del fútbol. Así, Facebook registró más de 3,000 millones de mensajes de 88 millones de personas diferentes, con referencia al evento. Y Twitter tuvo 670 mil millones de mensajes durante el evento.
Otro aspecto que es “medible” es la audiencia televisiva, la cual también superó Mundiales previos e incluso las altas expectativas que tenía la FIFA, quien informó que más de mil millones de personas vieron la Copa por televisión. En Estados Unidos, el aumento fue de 39% y la final fue el partido de fútbol más visto en el país, con una audiencia de 26.5 millones, juntando la audiencia de ABC en inglés con la de Univision en español. El partido entre México y Holanda de los octavos de final, es el evento más visto en español en la televisión estadounidense, con una audiencia 10.4 millones de espectadores.
Cuando Brasil salió electo en el 2007 para ser sede del Mundial del 2014, mucha gente se alegró, pues regresaba el máximo evento del fútbol mundial, al país futbolero por excelencia y también regresaba a América del Sur, donde comenzaron las Copas en el 1930 y a donde no había regresado desde el 1978. En ese momento decidí que no me podía perder el Mundial en Brasil. Los días que estuve en Brasil pude vivir y el cliché de lo que es un país que “respira” fútbol y lo vive a todas horas, no solo viendo gente de distintas edades jugando a todas horas y en cualquier lugar (playa, esquina de una calle, acera, estacionamiento), sino también disfrutando la experiencia mundialista en todos los aspectos, siguiendo todos los partidos, siendo hospitalarios con todos los visitantes y facilitando la estadía. Fuera del terreno, el Mundial fue un éxito, a pesar del desastre de la selección brasileña. Creo que los brasileños quedaron contentos con su Mundial y definitivamente los que fueron de afuera, quedaron muy satisfechos y disfrutaron de los momentos de fútbol y también de la música y paisajes de Brasil.
Dentro de los estadios, se vivió buen fútbol, hubo sorpresas y también se afianzaron en su puesto los de siempre. Aunque habrían muchos aspectos que mejorar, sobre todo en lo que tiene que ver con la FIFA y sus auspiciadores y el manejo de la parte administrativa del evento, y lo que el gobierno brasileño decida hacer con las facilidades y las ganancias del evento, en general fue un gran Mundial y qué bueno que regresó a un país futbolero y al sur, que permitió que argentinos, colombianos, chilenos disfrutaran al máximo del evento.
Este será el último artículo de esta serie que comenzó unas semanas antes del Mundial. Ha sido un placer y mientras los escribía me fui adentrando más y más en el evento y en este deporte, y definitivamente ya siento un vacío de fútbol luego de más de un mes muy intenso. Gracias a Manolo por la oportunidad, a Papa, mi editor personal, y a todos los lectores. !Hasta Rusia 2018!