‘Basket Comunitario’ en favor de la paz
A Guillermo Mateo, de 12 años, le encantan los juegos del ‘Basket Comunitario’ que están celebrando en varias canchas los vecinos del Caño Martín Peña. “Me gusta que tenemos que usar la cabeza”, cuenta Mateo, orgulloso de su uniforme azul de la comunidad de Barrio Obrero. Y es que en el torneo se llevan a cabo talleres antes de cada partido, para que niños y niñas de entre 8 y 16 años aprendan a manejar los conflictos y compitan demostrando que “están por encima” en la prevención de la violencia.
Uno de estos talleres, auspiciados por el grupo de líderes del G-8 y el Proyecto ENLACE del Caño Martín Peña, se llevó a cabo el jueves 26 de mayo pasado, antes de un partido entre los equipos de la categoría de 11 a 13 años de Barrio Obrero e Israel-Bitumul. Los miembros de equipos contrarios se mezclaron entre sí, como buenos hermanos, y se sentaron en el suelo para expresar en una pancarta lo que se siente durante una derrota. “Tristeza”, “ganas de llorar” y “con ganas de darle a algo o a alguien” fueron algunas de las respuestas. Después de que todos reflexionaron sobre sus emociones, interpretaron el papel de un jugador que se para frente al equipo que los derrotó por 30 puntos, ¡ouch!, en un juego en el que los ánimos estuvieron bastante caldeados.
¿Qué hacer si alguno de los jugadores frustrados quiere irse a los puños? “Si se ponen a pelear, los separo”, dijo Skarla Leonardo, una de las jugadoras que participan en este torneo donde juegan niños y niñas en equipos mixtos. “Les digo que en lugar de estar peleando lo que tienen que hacer es disfrutar”, sentenció con firmeza. Anthony Ríos, de Israel-Bitumul, quien pronto se iba a medir contra el equipo de Skarla, le hizo coro: “hay que saber controlarse. En el juego y en la calle hay que llevar el saco de ganar y el de perder para seguir adelante”
El Basket Comunitario, que celebrará un total de 44 talleres para 220 niños, se vale de herramientas como música, arte, juegos y adivinanzas para provocar la reflexión y el diálogo. Con el fin de captar la atención de los participantes, una de las talleristas, por ejemplo, comienza a inflar una bomba y, antes de que estalle, los jóvenes tienen que responder a la pregunta de qué hacer cuando un miembro del equipo contrario se ha molestado y quiere irse a las manos. “Lo importante es que nosotros, al momento de estar en la cancha o en la calle, en lugar de usar los puños usemos las palabras”, añade Mateo, quien ha participado en las cinco ediciones anteriores del torneo. “Si no podemos resolver el problema hablando, entonces pedimos ayuda a un adulto o a un amigo, y así tratamos de resolver las cosas”.
La sexta edición del Basket Comunitario se inauguró el domingo 22 de mayo pasado, con un desfile que partió desde la Iglesia María Auxiliadora en la Península de Cantera y terminó en Barrio Obrero. Los 22 equipos de las ocho comunidades aledañas al Caño Martín Peña desfilaron junto al liderato comunitario del G-8 y al Secretario del Departamento de Recreación y Deportes, Henry Neumann, mientras les acompañaban las bandas musicales de Quebradillas, Toa Baja y Cayey, así como las batuteras de Guaynabo. Habrá un total de 60 juegos en las canchas de las ocho comunidades, hasta junio próximo, cuando se reconocerán a los equipos campeones de las tres categorías (8 a 10, 11 a 13 y 14 a 16 años).
Niños con pensamiento crítico
Los organizadores tuvieron muy claro, desde el segundo año de celebrar el torneo, que debían incluir los talleres de forma sistemática y organizada antes de cada partido, luego de que surgieran pequeños encontronazos entre chamaquitos. Desde ese momento, estudiantes de la Universidad del Sagrado Corazón entrenaron a los voluntarios del grupo Líderes Jóvenes en Acción para que dieran los talleres. “El deporte por sí solo no lleva a la prevención si no está atado al pensamiento crítico, a la participación de la comunidad y la participación de las instituciones educativas”, explicó Alejandro Cotté, trabajador social comunitario del Proyecto ENLACE del Caño Martín Peña y co-organizador del Basket Comunitario. “Lo que estamos proponiendo es cambiar el enfoque de trabajar a nivel de resultados inmediatos con soluciones simples. La criminalidad es un problema complejo que requiere soluciones bien pensadas. Hay que trabajar a largo plazo y comenzar a educar los niños a tiempo”.
Para lograr ese cometido, en la planificación del Basket Comunitario han participado los líderes del G-8 y los dirigentes de los equipos, que se encargaron de hacer un reglamento a la medida del torneo. Todos los niños, por ejemplo, tienen que jugar al menos un ‘quarter’, y ninguno puede jugar todo el partido. La idea es que todos puedan sentirse aceptados, miembros de una comunidad y capaces de aportar. La iniciativa es un gancho para atraer a los jóvenes a participar en uno de los proyectos de prevención de violencia más importantes de la capital. En la medida en que se juega en las canchas de las comunidades, se rescata los espacios públicos de la violencia. Ahora, algunas canchas que estaban vacías se ven más frecuentadas por los niños que practican con más entusiasmo para ganar el campeonato. Y ahora se ven las gradas llenas de una fanaticada que apoya a sus familiares y vecinos.
“Estamos compitiendo contra los problemas de violencia de todo el país mientras les enseñamos a que trabajen en equipo, a que no peleen, a que no se insulten. El reto es grande”, contó Imirse Orrusti, trabajadora social comunitaria del Proyecto ENLACE del Caño Martín Peña. “Si están jugando y hay un problema en la cancha, a veces alguien le grita desde el banco que le dé, pero los jugadores están aprendiendo, y a veces hasta los ves ayudando a alguien de otro equipo a levantarse del piso cuando se cae. Las transformaciones de comportamiento son a largo plazo pero se están viendo”.
Y esta iniciativa no sólo acapara la atención de la comunidad, sino que llamar la atención de aliados y colaboradores, como el bufete Fiddler, González y Rodríguez, que ha sido un auspiciador consistente durante los torneos, y el Departamento de Recreación y Deportes, que auspicia los árbitros de cada partido.
Cabe destacar además la participación del Departamento de Comunicación de la Universidad de Sagrado Corazón. Los estudiantes del curso de producción digital de cine han preparado un documental sobre este torneo, que estará próximamente disponible en internet, resaltando la estrategia de ENLACE y del G-8 para crear una cultura de paz en las comunidades en riesgo en medio de la capital del País. Y por eso es el Basket Comunitario es importante para Puerto Rico.
Sobre el Proyecto ENLACE
El Proyecto ENLACE une esfuerzos de la comunidad, el sector privado y el gobierno para mejorar la calidad de vida de 27,000 habitantes de las comunidades aledañas al Caño, y rehabilitar este cuerpo de agua. El Distrito de Planificación Especial del Caño Martín Peña colinda con la avenida Ponce de León, al oeste; Borinquen, al norte; Quisqueya, al sur; y la avenida Barbosa y la quebrada Juan Méndez, al este. Incluye las comunidades de Israel-Bitumul, Parada 27, Las Monjas, Barrio Obrero, Barrio Obrero Marina, Buena Vista Santurce y Buena Vista Hato Rey. ENLACE recibió el premio Paul Davidoff para Cambios Sociales y Diversidad de 2008, otorgado por la Asociación Americana de Planificación, y el Premio Nacional de Logros en Justicia Ambiental de 2010, otorgado también al G-8 y al Fideicomiso de la Tierra por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, entre otros reconocimientos.
Sobre el G-8, Inc
El G-8, Inc. es una organización sin fines de lucro que reúne al liderato de las doce organizaciones de base comunitaria que representan a los residentes de las ocho comunidades aledañas al Caño Martín Peña. Estas son Israel-Bitumul, Parada 27, Las Monjas, Barrio Obrero San Ciprián y Oeste, Barrio Obrero Marina, Península de Cantera, Buena Vista Santurce y Buena Vista Hato Rey.
*El autor es periodista y da servicios de comunicación al Proyecto ENLACE del Caño Martín Peña.