Adueñarnos de nuestra educación: el gran desafío
Con un “No podemos quedarnos en las ideas”, el líder la comunidad Los Filtros en Guaynabo y albañil de oficio, Jorge Oyola, resumió en la última plenaria de la Conferencia Internacional de Educación Democrática el espíritu del cónclave, que tuvo a la ciudad criolla de Caguas como escenario esta semana. IDEC, por sus siglas en inglés, resultó ser un espacio de cinco días lleno de entusiasmo, reflexiones, propuestas de acción y compromisos en torno a una educación que se fundamente en la democracia participativa y los derechos humanos. Aunque podría decirse que el optimismo venció, no faltaron aquí los momentos de desacuerdos y las frustraciones.
Y no podía ser de otra forma, pues la invitación a pensar el futuro de la educación del país tiene enjundia. En los encuentros, foros y deliberaciones sobre la educación democrática participaron más de 800 jóvenes, gestores de política, padres de enseñanza en el hogar, maestros y directores de escuelas, así como integrantes de organizaciones no gubernamentales, sindicatos, cooperativas, agencias de gobierno, empresas privadas, fundaciones, y pensadores de la educación que llegaron desde Alemania, Argentina, Australia, Austria, Bahamas, Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Corea del Sur, Ecuador, España, Estados Unidos, Haití, Holanda, Inglaterra, India, Japón, México, República Dominicana, Suráfrica, Trinidad y Tobago, Turquía y Myanmar.
Que la educación resolvería nuestros problemas es un lugar común, un cliché, como dijo el ex Secretario de Educación Rafael Aragunde en la conferencia titulada ¿Qué supondría la desescolarización de la educación? Una conversación. Y justamente por ello, la frase se convierte en una simplificación facilona de las complejidades sociales que enfrentamos como país. Aragunde lo explicó con cierta elocuencia, según lo contó Mari Mari en el blog de IDEC:
Por qué la responsabilidad tiene que recaer tanto en la escuela, se pregunta el profesor Aragunde, “si ese no es el lugar donde estamos transmitiendo los mensajes culturales más importantes del País”.
Mientras a la escuela pública se le pide que lo resuelva todo, “abandonamos los ámbitos donde realmente los puertorriqueños nos educamos mucho más que en la escuela, que son: la casa, la comunidad y los medios de comunicación. Por eso el país se tiene que desescolarizar, quitarse de encima la obsesión con la escuela para prestarle más atención a la formación de su gente”.
El profesor fue más allá, sugiriendo que podríamos decidir controlar un poco más algunas de esas instancias. Por ejemplo, los medios de comunicación. “En Puerto Rico, los medios giran en torno a la farándula. Ahí se nos va la vida. Pero no nos atrevemos a incidir”.
En esa línea, el también ex Secretario de Educación, César Rey, hablaba en el foro La cultura de la violencia, sobre los datos que nos confrontan con un retrato terrible del país.
Entre los menores de edad, 56% vive bajo niveles de pobreza. Este número es tres veces más alto que en Estados Unidos, puntualizó el sociólogo y profesor. Sólo el 33% de la fuerza trabajadora está activa. Se dice que el desempleo es de 17%. Pero un estimado conservador según una investigación de Estudios Técnicos ha revelado que el número real más bien ronda el 30%. Son 300 mil personas mayormente educadas las que se han ido del país en los últimos diez años y el 43% de los que se quedaron ha pensado irse en los próximos dos años.
La economía informal en Puerto Rico representa un 30%. De ese 30, el ochenta porciento es ilegal. “Una clandestinidad que se limpia en negocios oficiales. La violencia está asociada a la pobreza, a una manera fácil de conseguir dinero, a un consumismo que no corresponde a la realidad,” dijo.
El dato es devastador: Existen en Puerto Rico 1,500 escuelas con un presupuesto de 4 mil millones. Pero también existen cerca de 1,500 puntos de droga que –muy paradójicamente- generan 4 mil millones de dólares también. El País invierte cerca de 4 mil dólares por cada estudiante del sistema público y unos $90,000 por cada recluso de máxima seguridad.
“Cuando, encima de eso, entiendes que los puntos tienen presencia de menores y generan el mismo dinero que el Departamento de Educación, tú dices ‘¿qué bipolaridad es esta que el país no quiere reconocer?’… Treinta años de deterioro social, de incongruencias de política pública y, en esa coyuntura tan dispar, quienes están ganando el terreno son los narcotraficantes”.
En otro de los foros de IDEC, se retomaba, desde la experiencia regional, esta realidad expuesta por Rey. En la plenaria Caguas Ciudad Educadora: la construcción de una Ciudad Educativa en Puerto Rico, que exploraba los proyectos educativos que se implantan en la ciudad criolla y las experiencias y retos que afloran para seguir adelante con los mismos, Scott Nine, director ejecutivo del Instituto para la Educación Democrática de América (IDEA), tuvo una intervención esencialmente provocadora, enfocando en los retos del proyecto educativo municipal. Mencionó una carta reciente enviada al Alcalde por dos niñas de la ciudad: “Estimado Alcalde: por favor haga que paren los tiroteos”. La breve y demoledora anécdota recogió uno de los retos que enfrenta el proyecto educativo. Pero hay más. Nine mencionó, por ejemplo, la dificultad en el financiamiento de proyectos educativos innovadores. “¿Cómo, en un ambiente donde la gente está genuinamente preocupada por la corrupción, logramos que el dinero de la educación pública se use para proyectos innovadores que propicien la organización y autogestión comunitaria? ¿Cómo protegemos el proyecto de la realidad política en Puerto Rico?”, lanzó Nine. Por otra parte, el educador hizo alusión al cansancio y falta de confianza de los maestros, ya que la rutina de recibir con ilusión cada nuevo programa que llega a mejorar su escuela, al poco tiempo se hace sal y agua cuando los fondos desaparecen, y vuelven los maestros a empezar un ciclo de cero, y a buscar entusiasmo de donde ya no hay.
El alcalde de la ciudad, William Miranda Torres, afirmó durante el transcurso del simposio mediante palabras y acciones, su compromiso con la educación democrática. De hecho, expuso en la plenaria los proyectos que realiza su municipio a nivel de innovación en la educación, y su mejor aliado fue el testimonio a lo largo de la jornada de maestros, directores y estudiantes.
Educación democrática = derechos humanos
Como observó el bloguero para IDEC José Juan Nazario, en el panel La educación democrática es sobre derechos humanos, la educadora y activista argentina Alicia Cabezudo hizo una reflexión pertinente durante su intervención: “Nuestro desafío es extraordinario cuando interesamos educar para la democracia y los derechos humanos en sistemas que se presentan ‘democráticos’, que venden la falsa democracia formal a sus ciudadanos y en los medios. Donde prevalece la pobreza, la marginación y la violación de derechos humanos; donde los derechos son subsidiarios –si algo- en los sistemas formales de educación; donde prevalece la ausencia de un enfoque crítico, serio y profundo de la actualidad. Y añadimos, donde prevalece la farsa de nuestra historia escrita y tergiversada por el poder social, político y económico dominante”.
Cabezudo, quien impactó durante la conferencia al contar sus experiencias como maestra durante la dictadura, dijo: “Hay que romper con la falsa democracia. Tenemos que sobrepasar la democracia liberal que nos impone como única expresión ‘válida’ el voto cada cuatro años para condenarnos a ser sumisos el resto del tiempo, como “buenos ciudadanos votantes”.
Acuerdos
Mientras se celebraban las discusiones y foros, otro grupo de ciudadanos, representantes de 46 organizaciones del país, se encontraron durante tres días en el segundo nivel del Centro de Bellas Artes de Caguas para impulsar un pacto social educativo a largo plazo que promueva una visión gestada por los ciudadanos y no exclusivamente desde las esferas de poder.
Con el respaldo del equipo de trabajo de Agenda Ciudadana, lograron darle forma a unos principios y valores que dan pie a un plan para promover los cambios que necesita el sistema de educación pública del país. Puede ver el pronunciamiento aquí.
Desacuerdos
Uno de los asuntos que genera tensiones entre algunos protagonistas de la educación en el país lo es sin lugar a dudas la propuesta de legislación que regularía la educación alternativa en el país. Unos lo ven como una posibilidad de fortalecer y respaldar económicamente los proyectos que por su innovación y buenas prácticas, están haciendo la diferencia en cuanto a los resultados de retención de estudiantes y calidad educativa. Otros, como una amenaza desde la perspectiva gremial, que fomentaría que se siga ignorando la legislación vigente o una ventana para que mercaderes de la educación se enriquezcan, en perjuicio del sistema educativo. Este asunto, aunque no fue eje de discusión abierta, estuvo presente durante la Conferencia, y la objeción más vocal fue hecha por la Asociación de Maestros, que aunque en desacuerdo con este aspecto, participó activamente del cónclave.
Ya en el preámbulo de la Conferencia, Ana Yris Guzmán, sub-directora Nuestra Escuela, había analizado de forma certera las motivaciones del evento de IDEC en Puerto Rico, cuya organización inició hace dos años. “En mí hubo un cambio de paradigma porque descubrí en el camino que Nuestra Escuela, como ONG, ha dedicado los pasados doce años a dar un servicio extraordinario, de excelencia, nos hemos dedicado a cumplir una encomienda, a ser la mejor organización que podamos ser para servir a nuestros estudiantes, de la mejor manera posible. Sin embargo, siento que en nuestro afán de crear esta organización y servir a las más de 300 familias cada semestre, hemos descuidado otras áreas que contribuyen con el deterioro del país. Mi nivel de conciencia ya no me permite solo hacer lo que hacíamos”.
Y luego remató: “El rol de las ONG’s ya no puede continuar siendo convertirse en estas organizaciones exitosas que sólo se ocupan de su misión. Tenemos que comenzar a ver nuestras organizaciones en función del país y comenzar a trabajar en conjunto. Es preciso ver que el tiempo cambió. Necesitamos hacer más. Ya no podemos conformarnos con el cumplimiento de nuestras misiones mientras el país se deteriora”.
En el balance, Nuestra Escuela, que fue la organización gestora de la iniciativa, magnificó su impacto. Los jóvenes fueron verdaderamente participantes en todos los aspectos de la conferencia. Cientos de voluntarios, aliados y colaboradores fortalecieron sus vínculos durante los días de debate continuo sobre el país que, en palabras de Justo Méndez, fundador de Nuestra Escuela, “necesitamos, queremos, podemos y merecemos tener como nación”.
Como el bloguero para IDEC Giovanni Roberto mencionó en su entrada Y antes de empezar: “La lluvia no cesa, pero las cientos de personas que están llegando me hacen recordar la muy cantada consigna de protesta: ‘ni con lluvia ni con bala, esta lucha no se acaba’”. Así terminó IDEC, con lluvia a cántaros.
Sólo faltaron al convite los escépticos. Pero para los que se lo perdieron por agua, trabajo u otra circunstancia, el blog de IDEC recoge la mayor parte de los foros y ponencias en detalle.