César Ayala expone la diáspora puertorriqueña como un fenómeno que redefine a la nación. Más del 65% de los boricuas vive en Estados Unidos, en una geografía separada entre Florida, Nueva York y Nueva Jersey, pero también entre desigualdades económicas. Aunque en estados como Maine y Vermont destacan con ingresos superiores, la mayoría tiene que lidiar con cifras por debajo del promedio. Ayala no endulza los hechos, ni con un seis mapeyé ni con reggaetón: la disparidad económica y cultural entre los puertorriqueños de la Isla y la diáspora es una grieta abierta que el tiempo aún no logra cerrar.