Cambio en Clave… salsa para todos
Lo que nació como una iniciativa basada en la clave, hoy es un amplio proyecto que aspira al cambio. Cambio en Clave precisamente busca “cambio social a través de la clave”, refiriéndose al término técnico que se usa para entender la salsa como ritmo y baile.
“No somos una academia de baile”, aclara Rafael Cancel Vázquez, fundador de esta alternativa cultural y educativa, de entretenimiento y socialización. Con una oferta de 10 clases por $48.00, el espacio provisto se llena de estudiantes variados, tanto en edades como estratas sociales.
“Yo vine a saber de salsa cuando aprendí a bailar”, asegura Cancel, quien se crió enajenado de este aspecto cultural debido a la “burbuja metropolitana”. Sin embargo, su carrera académica trajo consigo una serie de oportunidades que lo encaminaron a desarrollarse. El proceso del estudiante de la Escuela de Derecho se inició en el 1998, cuando tomó su primera clase de salsa en el Rebekah Colberg en San Juan.
Fue de intercambio a Cuba y Costa Rica, donde aprendió distintas maneras de bailar salsa. Mientras hacía su maestría en Estados Unidos, también fue entrenado para enseñar y dar clases. Poco después, tuvo sus primeros alumnos, entre ellos chinos, turcos y norteamericanos. “Si le puedes enseñar a bailar a un turco, pa’ un boricua eso es un quita’o”, expresa al abundar sobre esas primeras experiencias como maestro.
En el 2006 todo tomó más formalidad, luego de que el abogado se inquietara por la baja cifra de personas que bailan en espacios sociales. A través de un correo electrónico, se comunicó con 30 “panas”, proponiendo ofrecer clases gratuitas en el Taller Cé. Dentro de los 30 convocados se encontraba Jessabet Vivas Capó, una colega de Derecho Ambiental, quien actualmente estudia la maestría de Gestión y Administración Cultural en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Vivas Capó respondió con un sí, sin saber que un año y medio más tarde se incorporaría formalmente. Las expectativas eran mínimas. “Yo esperaba diez”, comenta Cancel con humildad, al recordar que esa primera noche asistieron 175 alumnos.
Su propósito era esparcir la salsa para bailar por todo Puerto Rico. Tenían música en vivo en cada clase, puesto que la orquesta PVC ensayaba en el mismo local riopedrense. Emmanuel “Kaltrish” Fonseca, baterista de Los Niños Estelares graduado de filosofía, trabajaba allí cuando se unió al equipo de trabajo. Acogieron la sugerencia de cobrar $30.00 por diez clases, aunque con temor de que el grupo se redujera. En cuatro días, 400 personas habían pagado.
Al reubicarse en Punto Fijo en el Centro de Bellas Artes, las clases ya tenían cuatro niveles (básico, básico plus, intermedio 1 e intermedio 2), con un total de 600 estudiantes que se reunían una vez a la semana. Actualmente, el lugar de encuentro es el Coliseo José Miguel Agrelot. Gracias al auspicio de Pepsi, el “Choli” se transforma en una pista de baile para los matriculados, que son un total de 850.
Cabe señalar que el equipo hoy día cuenta con cuatro personajes, que se apodan Rafa, Jessa, Kaltrish y Yami Otero, quien es periodista y masajista, ha representado a Puerto Rico en congresos de salsa locales e internacionales. Con el paso del tiempo, sus objetivos fueron aumentando, aunque se pueden resumir en cinco:
- Socialización- “En las clases de nosotros hay que rotar cada 30 segundos de pareja. En una clase tienes 100 nuevos amigos”, explica Cancel. El testimonio del músico Andrés Ramos, mejor conocido como Velcro, confirma que esto se cumple. “Uno viene a entender la salsa como una plataforma para compartir en grupo, no solamente en pareja”.
- Salsa para todos los bolsillos- El precio de $4.80 por clase tiene como propósito que sea accesible a cualquier persona. Su intención es romper con estereotipos que provocan divisiones de carácter económico. Incluso, reúnen dinero para un tipo de beca, que costea la cuota para algunos casos que no pueden pagar.
- Ejercicio- Cada sesión dura 1 hora y 45 minutos, por lo que han tenido estudiantes que rebajan hasta 30 libras. La invitación es a invertir tiempo bailando en lugar de estar frente a un televisor
- Apoyar economía local- La salida de los miércoles es al Nuyorican Café en el Viejo San Juan, lugar al que entran gratis al mostrar su identificación de CEC. Los jueves visitan Beats en Condado, donde la orquesta Sin Nombre tiene su exposición de música bailable. Al promover este tipo de “jangueo”, ponen en práctica lo aprendido, mientras colaboran con establecimientos locales y músicos boricuas, por lo que todo el mundo sale ganando.
- Educación- Presentan temas actuales de la cotidianidad puertorriqueña; analizan con detenimiento los mensajes de distintas canciones y conversan sobre los roles de género a los que se les baila con ignorancia. Sencillamente: desean provocar un despertar a través de la clave.
Esta organización sin fines de lucro ha podido cumplir eso y mucho más. En diciembre del 2011 culminó la primera sesión de clases ofrecidas en Ponce. Tuvieron 300 estudiantes sureños que fueron a La Guancha todas las semanas por más de dos meses. Al culminar el curso, celebraron una ceremonia de graduación con una orquesta en el Castillo Serrallés, en la que más de 600 bailadores se unieron por el factor común: la salsa. Alquilaron cuatro guaguas que sirvieron de transporte para estudiantes del área metropolitana. Con este evento, muchos tuvieron la oportunidad de visitar la región sur de la Isla por primera vez.
El equipo de Cambio en Clave se ha convertido en una familia para muchos. “De aquí han salido matrimonios… incluso, personas en depresión lo han tomado como terapia”, indica Jessabet. Bárbara Díaz comenzó con ellos en mayo del 2010 y aún sigue aprendiendo. Una noche de noviembre en el Nuyorican, nació la idea de crear una página de Facebook. La nombró ¡Unoooo Coño Unoooo! en honor a la expresión por la que Rafael Cancel se destaca en el proceso de enseñanza. “Barbie” estableció cinco reglas en su página: “1) es requisito ser o haber sido estudiante de CEC; 2) alguien del “corillo” debe conocerte; 3) tienes que “janguiar” una vez al mes; 4) los “tocatetas” no están permitidos; 5) debes decir la palabra “coño” con actitud al menos una vez al mes.” Ya son 203 personas las que se conectan por ese medio para compartir fotos, relatar experiencias y extender invitaciones.
Próximamente, el área oeste será contagiada con esta sabrosa fiebre que ha puesto a personas, desde los once hasta los setenta años, a gozar. Mayagüez será el punto de encuentro para los que quieran pasar un verano a lo “cocolo”, aunque Ponce y San Juan no serán desatendidos. Los planes para visitar Vieques están en gestación, pues la isla recibirá el taller a modo de regalo.
Es evidente que nada detendrá el paso de esta empresa puertorriqueña. Su admirable ímpetu ha logrado llegar al pueblo con ritmo y sentido humano, logrando así la meta inicial. Para tener un mayor acercamiento, puede darle “like” a su página en Facebook, o visitar la página web y disfrutar de entrevistas, artículos, videos y más información.