Cantera: hacia la autonomía con desarrollo
Casi 18 años han transcurrido desde que se firmó la Ley 20 del 1992 que creó la Corporación Pública para el Desarrollo Integral de la Península de Cantera con el objetivo de transformar social, física y económicamente a la comunidad y a sus residentes. Hoy, a dos años para que se cumpla el plazo de 20 años hábiles de funcionamiento de la Corporación, el liderato se haya muy adelantado en el proceso de preparación para asumir de forma autónoma la responsabilidad por el cambio de su espacio y de su gente.
El sector capitalino de la Península de Cantera ha sido un modelo de desarrollo para muchas comunidades del país. Líderes comunitarios llegan de todas partes de la isla para buscar allí aprendizajes e inspiración para fortalecer su propia comunidad. Delimitado al oeste por la avenida Barbosa y el residencial Las Casas, tal como se desprende de su apelativo es un territorio rodeado por agua casi en su totalidad; marcan sus fronteras en el este la Laguna San José, en el norte la laguna Los Corozos y en el sur el Caño Martín Peña. Y aunque tienen importantes recursos naturales a su alrededor, desde su asentamiento Cantera ha sido una comunidad habitada por personas del sector socio económico más desventajado. Sin embargo, contrario a otras comunidades hermanas de la periferia que igualmente iniciaron como arrabales[1] y que desaparecieron con el desarrollo urbano, Cantera ha logrado no sólo su permanencia sino también el crecimiento y mejoramiento de su calidad de vida colectiva e individual.
En el modelo de Cantera conviven en la comunidad la Corporación- que es un ente cuasi público, que emplea mayormente a gente de la misma comunidad, aunque tiene una junta de directores multisectorial- el Consejo Vecinal, que tiene representantes de todos los sectores, y las organizaciones que coexisten allí, entre las cuales hay algunas de jóvenes, otras religiosas y culturales.
El proceso de desarrollo ha sido dilatado y arduo pero para Mabel Román, directora del área de programas de la Corporación y residente de Cantera, ha rendido frutos. En la comunidad se han levantado nuevos proyectos de vivienda, se coordinó un plan de realojo para los propios residentes, mejoras a calles y alumbrado, sistema de alcantarillado sanitario y campañas de concienciación y conservación ambiental. Pero estos logros estarían incompletos de no ser por la capacitación y trabajo que se hace con la base comunitaria y con las nuevas y existentes organizaciones de diversos tipos que laboran por el bien de la comunidad. Un avance significativo ha sido la disminución en la criminalidad en la comunidad, pues según las estadísticas de la policía, en las últimas dos décadas, la incidencia de Delitos Tipo I bajó a menos de una cuarta parte.
«Estamos en un proceso de desarrollo para pasar de una etapa a otra mayor. Que la corporación cumpla su tiempo no significa que la comunidad quedará fuera del tiempo y el espacio. Estamos trabajando con la base, dándoles atención y acompañamiento porque queremos dejar esto lo más fortalecido posible», dijo Román.
Para Gertrudis Calderón, presidenta del Consejo Vecinal de Cantera, la organización representativa de todos los sectores, y residente por casi 46 años, el cambio en la comunidad se percibe en la gente y en la labor voluntaria que realizan, signo que la hace confiar en las aptitudes de sus vecinos para, como ella bien dice «tomar la batuta». «Nos hemos capacitado en liderazgo, manejo de los medios de comunicación, preparación de propuestas, planes de mercadeo y otros. No ha sido fácil pero en los próximos años estaremos totalmente preparados», señaló.
Y es que al parecer las aspiraciones de la comunidad son muy altas pues además de todos los proyectos mencionados también contemplan la construcción de un centro para ancianos y discapacitados así como amenidades o espacios comunes para cada uno de los sectores. Pero, al momento gran parte de los esfuerzos de trabajo en Cantera se están concentrando en atender los proyectos más urgentes para la comunidad que son aquellos que atienden al mismo tiempo el aspecto económico y social, según dijo María Lourdes Rivera directora ejecutiva de la Corporación. Iniciativas como el paseo lineal, la entrada a la comunidad, proyectos de arte urbano, brigadas de reforestación, proyectos ecoturísticos y otros mantienen ocupados a todos allí.
De no poder cumplir con todo lo ambicionado en el lapso que les queda, en el 2012 la Corporación puede requerir un plazo de cinco años adicionales que serían concedidos mediante orden ejecutiva. Algunos trámites necesarios para llevar a buen término proyectos como el traspaso de terrenos por parte de agencias de gobierno no han concluido, pues entre la política pública de estas dependencias gubernamentales no está la donación de terrenos, aunque el Gobernador ha solicitado a las mismas que se aceleren dichas gestiones. Sin este trámite, la comunidad tiene gran dificultad para buscar fondos. Otra dificultad que enfrenta la comunidad es en cuanto al poder que ejercen los municipios autónomos, en este caso el de San Juan, que mantiene varios permisos estancados. En ese sentido, Rivera dijo que los residentes de Cantera tendrán que realizar un mayor esfuerzo de cabildeo a la par con nuevas estrategias de trabajo.
Pero nada amilana el espíritu de estos sanjuaneros. Para cuando la Corporación sea liquidada, la comunidad ya tiene en miras desarrollar un documento de trabajo por sector, con la colaboración del arquitecto Edwin Quiles, que sirva como guía para atender y dar continuidad a otras labores de infraestructura. Además, ya desarrollan múltiples proyectos para atraer visitantes, contactos y recursos a su comunidad. Actividades como el Festival de la Guachinanga celebrado todos los años, la colaboración con una cadena de farmacias que promueve cada año una producción musical navideña con artistas reconocidos son sólo la motivación para realizar otros proyectos que tienen en mente y con proyecciones nacionales para dar a conocer a Cantera y a su modelo. Un modelo que ha basado su éxito en la reinversión comunitaria y en que sus habitantes son «gente especial, luchadores, gente educada y profesional, gente humilde y respetuosa que queremos y luchamos por esta tierra», concluyó Calderón.
[1] Referencia del libro «Cangrejos-Santurce: historia ilustrada de su desarrollo urbano (1519- 1950)» de Aníbal Sepúlveda y Jorge Carbonell, (1988).
[Este texto se publica gracias a la alianza entre 80grados y Prensa Comunitaria.]