Cuestionado triunfo del PRI en México
Doce años después de haber perdido la hegemonía que mantuvo por 71 años en la dirección nacional de México, en lo que una vez el escritor peruano Mario Vargas Llosa denominó “la dictadura perfecta”, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se apresta a reasumir la presidencia de México el 1 de diciembre de este año luego de la virtual victoria obtenida el pasado domingo 1 de julio por Enrique Peña Nieto, de 45 años.
Con 79 millones 454 mil 813 mexicanos hábiles para ejercer el sufragio, el candidato del PRI obtuvo, según el Instituto Federal Electoral (IFE), 19,2 millones de votos (38,21 por ciento), lo que representa más de tres millones de sufragios de diferencia sobre su principal rival, Andrés Manuel López Obrador, del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), que obtuvo el 31,59 por ciento de los sufragios, seguido en tercer lugar de Josefina Vázquez Mota, del derechista Partido Acción Nacional (PAN), actualmente en el gobierno, que consiguió el 25,41 por ciento. Un cuarto candidato, el economista y ambientalista Gabriel Quadri, de 57 años y quien encabezó la Nueva Alianza, apenas ha sido tenido en cuenta en la discusión postelectoral, aunque no por ello ha dejado de hacer sus reclamos de un gobierno plural.
A nadie sorprendió la victoria de Peña Nieto, a pesar de la recia campaña en su contra por su estilo de vida aparentemente disoluto, pues las encuestas siempre lo mantuvieron al frente con respecto a López Obrador, de 58 años, y de la oficialista Vázquez Mota, de 51 años, exministra de Educación y de Desarrollo Social. Simultáneamente, al candidato ganador se le atribuir responsabilidad en la enigmática muerte de su anterior esposa.
López Obrador viene de una derrota en 2006 cuando, como ahora, esgrimió la posibilidad de un fraude eleccionario. En ese año su principal rival, el actual presidente Felipe Calderón Hinojosa, del PAN, lo superó por apenas 0,56 por ciento. Esto, obviamente, dejó abiertas muchas interrogantes y a casi seis años del episodio no se han disipado las dudas pues nunca se le concedió el recuento solicitado por casi cuatro años, durante los que recorrió la República reclamando ser el presidente legítimo de México.
En esta oportunidad, las formaciones políticas que integraron la coalición Movimiento Progresista (PRD, Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano) han descalificado la victoria presidencial de Peña Nieto, al que acusan de haber gastado 136 millones de dólares en la campaña, camuflados en pagos hechos por terceros, cuando el tope en este renglón es de unos 25 millones de dólares.
La izquierda considera que el principio de “sufragio efectivo” sigue sin cumplirse en México, razón por la cual se vive en la antidemocracia, al tiempo que ha advertido que no se quedará de brazos cruzados ante lo que miles denunciaron esta pasada semana en la “Marcha contra la imposición” –convocada a través de las redes sociales– por la avenida Paseo de la Reforma del Distrito Federal hasta la emblemática plaza Zócalo, como una victoria producto del “fraude”.
Peña Nieto, abogado de profesión, se insertó en la política en 1984 cuando se afilió al entonces todopoderoso PRI, y en el sexenio 2005-2011 fue gobernador del Estado de México, desde donde se proyectó para convertirse en carta de triunfo del PRI en estas elecciones.
Ni siquiera su presunta relación con la muerte de su anterior esposa, Mónica Pretelini (1993-2007), consiguió minar su candidatura. No obstante, Peña Nieto se ha visto precisado a negar que hubiera matado a su esposa, aunque reconoció su infidelidad y haber procreado dos hijos –uno de los cuales murió– en relaciones extramatrimoniales. En la actualidad, el flamante presidente electo está casado con la actriz Angélica Rivera, de 42 años, conocida por su participación en telenovelas, con quien contrajo matrimonio en 2010 cuando era gobernador del Estado de México.
Peña Nieto ha afirmado en una entrevista con la periodista Katia D’Artigues que “todo estaba estable” al momento de la muerte de Mónica Pretelini. Reconoció que sus lances amorosos le crearon problemas con ella, por lo que su muerte fue un trágico incidente atribuido a la depresión. Lo cierto es que se alega que murió de un infarto cardiaco, aunque no se ha despejado la duda de que haya sido asesinada por el propio Peña Nieto en un presunto ataque de ira al quedar en evidencia una presunta relación íntima con un maestro de nombre Humberto Estrada Negrete, según propia confesión de éste.
Sobre estas especulaciones en torno a la muerte de Mónica Pretelini, el presidente electo dijo en el fragor de la campaña eleccionaria que le parecen “deleznables” y “abominables” las sugerencias de que pudo haber tenido alguna responsabilidad, después que en una entrevista con el periodista de Univisión Jorge Ramos no recordó la causa del deceso.
La muerte de Mónica Pretelini –cualquiera que fuera la razón– sucedió entre el sexto o séptimo año de su enlace de la pareja, etapa en que Peña Nieto reconoció a la periodista que hubo momentos de crisis en los que tuvo otra relación, de la que hubo un hijo.
“Ya como gobernador (del Estado de México) le platiqué el tema, Mónica conoció muy bien el asunto, lo que había ocurrido fuera del matrimonio. Cuando lo planteo, no fue fácil, hizo crisis y luego nos generó, yo creo también, un momento de reencuentro. Por eso puedo decir que al menos estaba estable en el momento en que lamentablemente pierde la vida mi señora” en el año 2007, declaró a Katia D’Artigues.
A pesar de que Peña Nieto no podrá aspirar a la reelección al terminar el sexenio, es muy significativo que su candidatura consiguió atraer a sectores tan dispares como al expresidente derechista Vicente Fox, del PAN, y al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), con el que formó coalición.
Durante estas elecciones, en las que hubo más de 32.000 observadores electorales registrados, de los cuales 696 fueron extranjeros, se eligieron 128 senadores. Miembros de la cámara alta del Congreso de la Unión, tres por cada estado de la federación y por el Distrito Federal, electos de manera directa y 32 por una lista nacional, todos ellos por un periodo de seis años que comenzará el 1 de septiembre de 2012.
A eso hay que sumar 500 Diputados federales. Miembros de la cámara baja del Congreso de la Unión, 300 elegidos por mayoría en cada distrito uninominal y 200 elegidos por un sistema de cinco listas nacionales, una por cada una de las cinco circunscripciones en las que se divide la República; todos para un periodo de tres años que comenzará el 1 de septiembre de 2012, según datos del Instituto Federal Electoral (IFE), institución autónoma encargada constitucionalmente del desarrollo de los procesos electorales federales en México. Estos han sido los comicios más grandes de la historia de México, con 2.127 cargos en pugna. Esta vez se eligieron además gobernadores de seis estados, jefe de gobierno del Distrito Federal, que sigue en manos del PRD, con Miguel Ángel Mancera; 579 diputados estaduales y unos 900 alcaldes.
En este momento existe la posibilidad de que el IFE ordene, sin que esté vinculado al reclamo de la izquierda que amenaza con impugnar los resultados, un recuento de la tercera parte de los votos emitidos en las elecciones presidenciales por motivos diversos establecidas en la ley. Las razones que pueden llevar al recuento de votos incluyen una diferencia igual o menor al 1% entre el ganador y el segundo lugar, errores en las actas o que los votos nulos sean mayores a la diferencia entre el ganador y el segundo lugar.
El consejero del IFE, Alfredo Figueroa, dejó establecido en una rueda de prensa que entre 45.000 y 50.000 paquetes electorales “serían eventualmente abiertos por los consejos distritales”.
“Estamos hablando en términos generales de un tercio de la elección presidencial”, afirmó Figueroa.
De momento, en 19 de los 300 distritos electorales el recuento será total porque la diferencia entre el ganador de la elección presidencial y quien quedó en segundo lugar es igual o menor al 1%, lo que implica cerca de 10.000 mesas de votación. Además, anotó Figueroa, “en otros distritos probablemente habrá un recuento parcial”.
El izquierdista López Obrador, que quedó segundo en el conteo preliminar de las elecciones a 6,51 puntos del ganador, insiste en pedir el recuento total de los votos. “Por el bien de la democracia, por el bien del país, deben recontarse todos los votos”, ha dicho al señalar que su equipo detectó “irregularidades” en más de 113.000 de los 143.000 centros de votación.
Con más de 112 millones de habitantes, México cuenta con 52 millones de pobres contra solo 11 millonarios, que figuran entre los más ricos del mundo, incluido Carlos Slim, dueño entre otras empresas de Claro. El 75 por ciento de la población de México vive en condiciones de pobreza a pesar de la Revolución de 1910 que propuso un cambio en las condiciones económicas y sociales.
Para que el PRI vuelva a revalidar después del sexenio de Peña Nieto, más allá de las dudas en torno a su elección, el gobierno tendrá que trabajar duro en disminuir las desigualdades, que se han agudizado en los últimos 12 años de neoliberalismo rampante que postuló el PAN.