Cuidado con el plan médico de la UPR y el tratamiento de los impedidos

Esta vez, en la clase graduada de agosto del año académico 2015-16 (LITE 6560- Teatro isabelino y del Siglo de Oro Español), en medio de mi salón LPM 135, sentí que se me cerraba el lado izquierdo de mi cabeza. En las próximas semanas mis estudiantes se enfermaron con catarro. Solicité que nos cambiaran del salón. Supe entonces que otra profesora se había enfermado en LPM 135 en agosto de 2015. Mi clase fue colocada en SGG 305.
La condición física de todo el Departamento de Humanidades de la UPRRP necesita rearreglos desde hace tiempo. Desde la segunda mitad de los 80 pusieron aire acondicionado en todas partes y dañaron un sistema con salones abiertos. Estos cambios requieren limpieza mensual y reparaciones para que nada se dañe. Por la ausencia de dinero, la UPRRP tiende a arreglar cuando todo está en pésimas condiciones. Si somos un país pobre, tengamos salones abiertos como teníamos antes de mediados de los 80.
Si siguen con salones cerrados con aire acondicionado, la limpieza de salones debe ser mensual. Es indispensable para los impedidos. Es un derecho que nos saquen de un salón siempre que sepan que otro profesor se ha enfermado y ha solicitado cambio del salón por enfermedad. Los impedidos tenemos derechos civiles que deben ser respetados.
Mi MRI, ejecutado en noviembre de 2016, quince meses después de mi clase en LPM 135 y su intercambio por SGG 305 (que OSHA mandó a arreglar entre febrero y marzo de 2009), salió con cambios en el lado izquierdo de mi cerebro. Mi nuevo médico oncólogo no me dijo nada. Desafortunadamente mi viejo médico de Auxilio Mutuo, el doctor Pavía (primo lejano de los Rabell) ya se había ido de Puerto Rico. No soy doctora pero al leer el resultado del MRI en enero de 2017, supe que algo andaba mal. De hecho, la diferencia entre el MRI de noviembre de 2015, con ningún tumor, y el de noviembre de 2016 es muy fuerte: todo el lado izquierdo del cerebro con tumores que incluso comienzan a moverse hasta comienzos de la derecha.
Estuve por meses intentando encontrar quien volviera a mirar mi MRI de la cabeza; sabía que tenía pequeños problemas con la memoria. En abril de 2017, conseguí al doctor Vigo, de Centro Médico, quien al mirar el MRI (noviembre de 2016), anunció que necesitaba una biopsia de inmediato. El doctor Vigo había hecho mi biopsia en enero del 2008 y luego, a partir del doctor Pavía, de Auxilio Mutuo, el comité decidió enviarme a MD Anderson. Hoy en día esto es imposible. Después de la huelga de la UPR del 2010 nos cambiaron el plan médico. El plan médico no sirve fuera de PR. Solo funciona como reembolso a los precios de Puerto Rico; si gasto $1,000 en USA, aquí pagan $30. Terminaría con una deuda médica entre $150,000 y $300,000. Eso es lo que nos queda como plan médico en la UPR.
Ahora incluso es posible que nos hagan pagar parte de un plan médico que no sirve si tienes que ser tratado médicamente fuera de Puerto Rico. Me parecería bueno que cualquier aumento incluya que sea aceptado en Puerto Rico y fuera de Puerto Rico con pago igual, como era antes, cuando me operaron en el 2008. Que haya varias opciones. Estoy incluso dispuesta a pagar más por un plan médico que sirva fuera de Puerto Rico. Nuestros médicos son excelentes. Sin embargo, muchos médicos se nos están yendo de Puerto Rico. Hay incluso casos que no se pueden tratar todavía en nuestra isla. Vean mi artículo de 80grados, Terapia viral o asesino en serie, donde se discuten nuevos métodos que todavía no tenemos en Puerto Rico.
En febrero de 2008, en MD Anderson, conocí al doctor Almodóvar, entonces estudiante de quien me operó el cerebro: el doctor Prabhu. Allí el doctor Levin, ahora ya retirado, fue mi médico neurólogo. Entonces, el doctor Almodóvar fue a verme 5 veces y nos dijo a mí y a Rose Marie Bernier que él volvería a Puerto Rico a hacer lo que me acababan de hacer en MD Anderson: operar el cerebro como fuera necesario, hasta con el enfermo despierto. Hay médicos que vuelven a nuestro país a sanarnos, pero la situación económica del país está llevando a muchos médicos fuera de Puerto Rico. Toma meses conseguir a los médicos necesarios para sobrevivir.
Esta vez, en mayo de 2017, después de una biopsia que corroboró mi cáncer cerebral, el doctor Vigo me dijo que buscara a un experto en radio-oncología de inmediato. Por medio de mi amiga Rose Marie Bernier conseguí al doctor Roberto Santiago, quien me pidió ir al doctor Almodóvar para saber si podía operárseme previamente. El doctor Almodóvar decidió que es demasiado peligroso operarme; la operación haría más daño que bien. El doctor Roberto Santiago, de Auxilio Mutuo, lleva a cabo mi radioterapia y el doctor Héctor León, referido por el doctor Almodóvar, llevará a cabo mi quimoterapia.
Me han prohibido guiar por usar medicinas que evitan convulsiones. Mis amigos e hijos me están ayudando a moverme de un lugar a otro: desde Laura Robledo y Rose Marie Bernier, hasta Enid Álvarez, mi sobrino Jorge Rabell, Cristina Corrada, Marla Pagán-Mattos, Danilo y Carla Giordano. Mis grandes amigas, Sonia Sepúlveda-Turner, de Texas, Rose Marie Bernier, mi prima María Rabell (Mota) y mi tía María Magdalena Rabell (Tati), están ayudándome a mejorar mi alimentación antes y después de comenzar radio-oncología y quimioterapia.
Nelly Rabell, enfermera graduada de Centro Médico, me ha ayudado en medio del proceso, y mi prima Niaris Rabell y su hermana, Olga, me han ayudado a conseguir el papeleo necesario para el pago de luz durante la quimioterapia. Gracias a Arnaldo Quiles Franco y a mis hermanos, Gamaliel y Jorge Rabell, por estar a cargo de mis padres. Mis amigas, Rose Marie Bernier y Sonia Sepúlveda-Turner, me han ayudado a enseñarle a Danilo Giordano, quien llegó de Israel, a bregar con planes médicos, etc., y Danilo enseñó a Carla Giordano cuando llegó de sus estudios de intercambio en España. Lo están haciendo bien y de ellos dependo todo el tiempo.
Muchas gracias al colega Dorian Lugo y la directora de Literatura Comparada, Mariam Polhill, quienes me han ayudado a moverme dentro de la universidad para tomar tiempo libre para mejorar físicamente. Gracias a mi ayudante Heftzi Vázquez, quien me ha ayudado en la clase de LITE 3011 y a los estudiantes, quienes supieron desde el primer día de clases que tenían que entregar sus trabajos independientemente de que hubiese huelga.
Espero que todo salga bien y volver a escribirles algo más interesante en el futuro.