El hombre invisible
“El hombre invisible” —Pablo Neruda
Osvaldo Budet, pintor puertorriqueño radicado en Alemania, irrumpe con su arte en la historia de la humanidad a través de la alteración irreverente de fotografías documentales importantes. Budet utiliza su autorretrato como elemento interventor. Se pinta a sí mismo fungiendo como observador, coprotagonista o como periodista que cubre el evento histórico. Como un renovado Forrest Gump, lo vemos con sus espejuelos de montura ancha y su cara de asombro participando en la más diversa selección de eventos de la historia local e internacional.
Con su provocadora obra, Osvaldo Budet se une a una legión de artistas contemporáneos que, conciente o inconcientemente, han dado continuidad al “détournement” o “desvío” Situacionista. En el caso de Budet, el artista se ocupa principalmente de la fotografía periodística transformada en espectáculo mediático. Alterando la imagen, el artista distorsiona su significado original e invita a la reflexión crítica sobre el evento histórico, y aun más, sobre el rol del periodismo y el fotoperiodismo en la sociedad de consumo.
Ante su obra pictórica, el espectador puede hacerse muchas preguntas: ¿Qué nos quiere decir Budet con estas pinturas cargadas de humor y de ironía? ¿Se trata tan sólo de un ejercicio de afirmación egoica; o por el contrario, la búsqueda de una identificación con el otro?
Osvaldo Budet se cuela inadvertido por las bambalinas del teatro de la historia y como el hombre invisible del poema de Neruda decide andar junto a sus pares reuniendo en su canto las luchas diarias de la humanidad.