Escribir en breve
Hace ya 8 años ofrezco el Seminario Teoría y Práctica de la Narrativa en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. De mi taller han salido ya grandes escritores que se ganan premios internacionales. Obviamente, no puedo adscribirme el crédito por el éxito continuado de estos nuevos poetas, narradores y editores. Sin embargo, el hecho de que hayan pasado por mis manos y por las de sus compañeros de taller, sus críticas generosas, su apoyo grupal, me llena de orgullo. Yolanda Arroyo, Jorge David Capiello, Xavier Valcárcel, Karen Sevilla, Alejandro Álvarez, Juan Luis Ramos, Samuel Medina y su editorial A/C, Edgardo Rodríguez de Editorial Koiné y muchos otros fueron gestándose en este taller literario, encontrando foro para sus obras y formándose como gestores culturales y como escritores de primer orden.–Tania G. Camacho Monja “Es una pena la muerte por asfixie de nuestro queridísimo padre, que tanto nos amó” concluyó la monja apretando su cinturón de castidad. Ella no volvería a ser tocada. Blanca Nieves en Nueva York Blanca Nieves se levantó una mañana desnuda, mareada y con el cuerpo adolorido en alguna habitación del Barrio Chino. Ahora debe comer manzanas por dinero. El último cuento Scherezada terminó su último cuento y se fue a dormir. Al día siguiente fue la cabeza de la revolución en la Gran Tartaria. –Sara Meléndez Fenollal Monja AsesinaOtra vez y contra viento y marea, la UPR cumple con su misión de crear profesionales de excelencia para su país.
Escribir cuentos es un arte que descansa en dos principios: el de un férreo manejo de estructuras narrativas y el de practicar el arte conceptual de la brevedad. Hay que aprender a decir mucho con poco. Hay que aprender a construir historias complejas en dos o tres trazos. En un campo cultural donde aún se confunde el hablar mucho con la elocuencia y donde se valora más la cantdad de páginas entintadas que lo que ellas dicen, creí conveniente enseñarle a mis estudiantes el difícil arte de la brevedad.
A ver si se me pega…
Ellos ya la practican en sus mundos cotidianos: mediante el mensaje de texto, el twitteo y los comentarios de facebook. Son ya criaturas del siglo XXI y valoran la brevedad brillante por sobre la práctica sostenida de la retórica y la oratoria del siglo XIX.
Además, hemos discutido en clase las posibles razones que informan la reciente publicación de muchos libros que recogen microcuentos, aforismos y entradas de blog. Cierto es que Sofía Cardona y Rafah Acevedo han hecho lo propio, alentando la escritura de estos géneros mediante el certamen de Microcuentos del periódico Claridad. Editoriales como Aventis, de José David Capiello, y «La secta de los perros», de Rafah Acevedo, también han dado paso a un boom del género breve en Puerto Rico, al privilegiarlos en el plan de publicación de sus editoriales. Es interesante destacar que estos planes han recibido acogida e interés internacional. El famoso escritor mexicano Jorge Volpi acaba de publicar las entradas de su blog en el periódico español El País a través de la Editorial Aventis en Puerto Rico.
En el taller ESPA 3209: Teoría y Práctica de la Narrativa, practicamos múltiples ejercicios literarios tales como: composición de fábulas, mitos, descripciones dinámicas y estáticas, construcción de personajes, narración fragmentada en 3 personas narrativas, fluir de conciencia, cambio de foco narrativo y construcción de diálogos etc. De ahí pasamos a componer cuentos, desde cuentos eróticos hasta detectivescos, pasando por el estudio y práctica de los géneros de la fantasía, terror, históricos y psicológicos. Sin embargo y con ánimos de renover mi currículo, este año recurrí a asignarle a mis estudiantes un ejercicio que ya es una tradición entre los conductores de talleres literarios: Blanca Nieves en Nueva York.
El ejercicio consiste en escribir una posible y brevísima historia que narre qué pasaría si ubicamos el reconocido personaje de Blanca Nieves, epítome de la inocencia y la pureza, en la cuidad de Nueva York. Estudié bien las convenciones para la escritura del cuento breve (estructura narrativa básica, casi ninguna introducción, desarrollo brevísimo, punto culminante y desenlaces sorpresivos) y les expliqué a mis alumnos que el cuento breve o microcuento descansa en referentes conocidos de la cultura popular o letrada en Occidente que evitan tener que emplear mucho espacio y tiempo en el desarrollo de personajes. Apliqué variaciones al ejercicio utilizando otros referentes comunes a la cultura occidental: el personaje de las monjas y las leyendas urbanas o «cuentos de terror» que las rodean (esta idea la sacamos de la lectura de algunos cuentos de «Ajuar funerario» del escritor peruano japonés residente en Sevilla, Fernando Iwasaki- maestro del cuento breve en Iberoamérica). Le añadimos también al ejercicio la variación de utilizar el personaje literario de Scherezada en Las mil y una noches.
Los resultados han sido asombrosos.
Agradezco a 80grados la publicación de esta muestra de microcuentos del Taller de Narrativa ESPA 3208: Seminario de Teoría y Práctica del Cuento. Aprovecho para pedir disculpas por la falta de brevedad en esta introducción. (El hecho de que enseñe el difícil arte de la brevedad, no quiere decir que la domino). Sin embargo, no quiero desaprovechar la ocasión de elogiar el tesón y la dedicación de mis estudiantes en la composición de estos microcuentos. Escribir en breve conlleva más trabajo del que mucha gente supone. Hay que entregarse en alma y cuerpo a la ardua tarea de pulirse como re-imaginador de la realidad y de las tradiciones literarias que la alimentan para poder llegar a la luminosa brevedad que los lectores de 80grados encontrarán en algunas de las líneas aquí publicadas.
Convencida de que era el momento adecuado para su confesión, Sor Cristina sin avisar entró al cuarto del sacerdote. Encontró a una mujer de espaldas, que cuando se volteó, al instante su rostro reconoció. Por la boa que colgaba de su cuello, agarró y asfixió hasta la muerte. La monja penas podía tolerar la decepción de que fuese sacerdote, dos ya eran demasiado.
Blanca Nieves en Nueva YorkBlanca Nieves entró al “subway” de Nueva York. Esperando el tren vio a una ratita indefensa atrapada en las vías. Se lanzó a ellas para ayudar a la pobre rata y logró sacar su colita de donde estaba pillada. Al voltearse, contempló como una gran e intensa luz venía hacia ella. Nunca había visto algo tan hermoso y mágico en el lugar lejano de donde provenía, así que emocionada esperó que la luz a ella llegara. De Blanca Nieves poco o nada quedó, y a todos con su sangre salpicó.
SherezadaA las mil y una noches Sherezada sin alguna historia que contar se quedó. Así que esa noche el rey en lugar de un cuento una mamada recibió.
–Karla Montañez Soto Blanca Nieves en el BronxUn salto largo tuvo que dar Blanca Nieves para salir de su cuento de hadas y llegar hasta el “El Barrio”. Se sentía cansada, así que decidió sentarse en una de las escaleras para esperar a su príncipe azul. De pronto, se le acercó un hombre tatuado que salió de la vieja estructura y ella le preguntó:
-¿Eres tú el príncipe que me salvará?A él le gustó la pinta de niña inocente que tenía porque era conveniente para su negocio.
-“Yo soy tu nuevo príncipe, mamita, ven pa’ acá que quiero que repartas dulces a mi enanos”.De inmediato, Blanca Nieves empezó a repartir unos dulces extraños empaquetados en papel “blanco”.
Hábitos colgados“Ser monja de clausura no es tarea fácil”, decía Sor Consuelo y mientras revolvía la sopera con sedante, Sor Angustia le susurraba, “esta vida es una cárcel”.
Ambas sentían que ya era hora de que cada una de las monjas se encontrara con su amado en el lugar celeste al cual fielmente dirigían sus oraciones.
Esa noche triunfaría el amor. Sor Angustias colocó una soga en forma de rosario alrededor de los cuellos dormidos de sus compañeras y les quitó sus hábitos. Luego pasó Sor Consuelo y apretó cada una de las “cuentas” hasta que el Ave María resonó en las paredes del convento.
El último cuentoLas canas inundaban la voluminosa cabellera de la reina Scheherezade, dando indicios de un cansancio peculiar. Pero el sultán amaba tanto a su reina que decidió abandonar su deseo egoísta y le dijo:
-“Amada fiel, has relatado tantas historias que te mereces un descanso”.
-“Gracias por entenderme y como regalo a tu comprensión, te narraré un último cuento”.
– “¿Y cuál será?
Scheherezade sonrió con complicidad y le respondió:-“Te contaré nuestra historia y luego, le pondré punto final”.
–Natalie Martínez Monjas AsesinasPor órdenes de los reyes católicos de España, tuvieron las monjas que asesinar a los moros para poder salvar la patria. No hacia falta las confesiones, ni el mismo Papa sospecharía de ellas.
SherezadaLa siguiente noche Sherezada se cansó de las aventuras así que decidió retirase en el caribe.
Blanca Nieves en NYBlanca nieves con medias hasta las rodillas, falda corta y mostrando la barriga va sentada en el tren hacia Queens. En su falda va su enano durmiendo, entre sus manos una canasta llena de monedas y en su pecho cuelga un letrero que dice “Take a photo for one dolar”.
–José Rafael Colón Laboy Encuentran cadáver desnudo cerca de iglesiaDios bajó a la Tierra (a escondidas del Espíritu Santo) y se le apareció a una joven monja que recién había entrado al convento. Con voz iracunda, le reveló que había venido a reclamar su derecho. No obstante, Dios era poco más que un fantasma y no podía consumar el matrimonio (ver Leyes físicas sobre lo inmaterial de Albert Einstein). La monja no tuvo más remedio que buscarle un cuerpo. Encontró un joven monaguillo (lindo rostro, tremendos abdominales, pelo largo) y lo llevó a la iglesia. Allí, le dio de comer una ostia acompañada de un poco de vino. Dios conoció a la monja. Lamentablemente, debido al corto espacio, sólo pudieron tener microsexo (ardiente).
Noche 853Scheherezade comenzó su relato: “Los 41 ladrones escucharon del gran tesoro que escondía el sultán, el más valioso de todo el califato, y se dispusieron a robarlo. Por mucho tiempo planificaron cuidadosamente cada detalle del plan. Una noche, como ésta, cabalgaron por el desierto hacia el palacio. Escalaron los muros externos. Eliminaron a todos los guardias. Atravesaron los corredores hasta llegar a la cámara real, donde la reina le contaba historias a un embelesado sultán. Los ladrones se acercaron con cautela”. Calló.
Una silenciosa cimitarra puso punto final a la historia del monarca. Scheherezade se levantó en medio de un charco de sangre y señaló una pared al fondo, tras la cual yacían las riquezas del sultán. Cuarenta ladrones la siguieron y cada cual tomó todo lo que pudo de la bóveda. Cuarenta caballos salieron del palacio, capitaneados por una mujer.
Concrete jungle where dreams are made of
La insomne Blanca Nieves comió una cucharada del puré de manzanas de su madrastra y quedó profundamente dormida. Al fin, logró su sueño de visitar Nueva York.
–Felix Cortés La monja asesinaLa monja, satisfecha y con su mano ensangrentada, observó al sacerdote de cara desorbitada. Su hábito se manchó, pero lo había logrado. ¡Al fin había vengado la violación de su hermano! Luego de santiguarse de la iglesia se marchó. Hasta que de momento ella lo recordó. Entonces, recordó un detalle que no podía olvidar. “Tenía un lunar en la cara”, describió suhermano, el violado. Pero este no tenía ni mancha ni rasguño.
“¡Ay, no! ¡Lo confundí!”, se comenzó a lamentar, pero sin dudarlo se dirigió a otra catedral.
–Axel Ortiz Blanca Nieves en Nueva YorkBlanca Nieves pisó la Gran Manzana y se desplomó. Le llaman la muerte dormida.
Scherezada modernaLa primera noche, Scherezada se sentó en la cama del sultán y mientras lo esperaba, prendió el televisor y vio la telenovela de las ocho.
–Andrea Vega Monja malhumorada¡Maldita sea la Hostia!, dijo la Monja.
Entonces pregunta el hombre, ¿De cuando acá una monja maldice la Hostia?
Desde que mato a todo el que pregunta.
Allí se encontraba Carmen, sentada en su balcón. Con su mirada perseguía todos los autos que pasaban frente a su casa. Era el día, y como tantos años, sabia que este no era la excepción, que pronto la persona que esperaba llegaría.
Al otro lado de la ciudad se hallaba Alberto, un hombre humilde de familia numerosa, que trabajaba en una fábrica de metales. Acababa de salir de su trabajo, eran aproximadamente las 3:30 de la tarde. Se dirigía hacia su casa en una vieja camioneta, con las ventanillas abajo a pesar de la asfixiante calor que hacia en aquel lugar del sur, debido a que su aire acondicionado no funcionaba. Se detiene en un luz y ve que un hombre se acerca y pone sus manos en el borde de la ventana.
El desconocido le pregunta cortésmente a Alberto si puede llevarlo a su casa, ya que tuvo un problema con su auto y necesita llegar pronto para ver a su esposa. Alberto al principio dudó en llevarlo, pero parecía una buena persona, fue amable, se veía decente, bien vestido y se encontraba a plena luz del día en una calle bastante transitada, por lo que no le pareció peligroso. Así que accedió. El desconocido se sienta en el lugar del pasajero y le va indicando paso a paso el camino a su hogar. Alberto le pregunta su nombre, éste le contesta con rapidez: “Ah disculpe mis modales, me llamo Jorge.” Y sin pausar, con la voz un poco angustiada dice: “Es que ando un poco despistado porque necesito llegar a mi casa urgentemente, tengo que ver a mi esposa, tengo que decirle algo muy importante.” Alberto le contesta que se tranquilice, que tan pronto como su vieja camioneta se lo permita lo llevará a su casa.
Pasan pocos minutos y la cara de desesperación de Jorge se hace notar. Este comienza a decir: “Disculpa, pero no podrías acelerar un poco más, es que de verdad tengo mucha prisa, necesito llegar a casa y ver a mi esposa, estoy muy tarde.” A Alberto le molesta un poco su insistencia y le contesta que va tan rápido como puede, que no se angustie porque solo faltan unos 10 minutos para llegar. Pero sus palabras no parecían calmar al hombre, que cada vez que se acercaba a más a su destino, parecía más agobiado. Siguió todo el camino con sus insistencia en llegar para decirle a su esposa aquella tan importante que debía hablar con ella. De pronto se calma un poco y dice: “Ok, ahora al doblar en la próxima entrada es la tercera casa, la rosa.” Alberto hace exactamente lo que le dice. Cuando llegan a la casa éste le anuncia: “Aquí estamos.” Pero al mirar hacia el asiento del pasajero no hay nadie, Jorge no esta ahí.
Confundido se baja de su camioneta y observa la casa a donde fue dirigido. Era rosa con columnas blancas, la grama de enfrente estaba quemada debido a las sequías y el calor, y en el balcón se encontraba Carmen, que al verlo se dirige rápidamente hacia él. Ella tranquilamente le dice: “Pasa, te estaba esperando.” Alberto no entendía nada de lo que estaba ocurriendo, así que le cuenta la razón de porqué se encontraba allí. Ella le contesta: “Lo se, no eres el primero. Este día, todos los años siempre llega una persona aproximadamente a esta hora a contarme la misma historia que acabas de contarme tu. Hoy se cumplen 17 años de la muerte de mi esposo, Jorge. Cada aniversario de su muerte es igual, y me siento aquí, en el mi balcón, a esperar.” Carmen hace una ligera pausa y le pregunta: ¿Mi esposo te dijo que es eso tan importante que tenia que hablar conmigo? Alberto atónito por lo que acabó de escuchar mueve su cabeza en señal de negación. Luego de haberse calmado un poco, pudo recobrar las fuerzas para volver a caminar, y se fue de aquel lugar sin decir una palabra.
Así Carmen, aun sigue esperando con fervor todos los años la fecha de la muerte de su esposo, por si algún día éste decide contarle a alguien eso tan importante que necesita decirle a ella.