Cuaderno de niños que quieren sonreír
Nota: Neftalí falleció el pasado domingo. Sus familiares cancelaron la actividad. En homenaje a su vida y su ejemplo mantenemos esta breve reseña de lo que sería su exposición.
La organización de voluntarios Lucero del Mar y el Hogar niños que quieren sonreír presentan la exposición de los trabajos de Neftalí Yadiel Ortiz Febus, un niño de 10 años paciente de cáncer.
La exposición consta de varias de las creaciones artísticas hechas por Neftalí durante su convalecencia en el Hogar niños que quieren sonreír, bajo la tutela del conocido pintor puertorriqueño Carmelo Sobrino.
El Hogar niños que quieren sonreír, ubicado en Santurce, alberga a los pacientes de cáncer y sus familiares mientras los pequeños reciben terapias para su condición. El Hogar recibe a niños y niñas de Puerto Rico y de las islas vecinas del Caribe.
La organización Lucero del Mar, compuesta por un grupo de voluntarios liderados por Yolanda Matías, ofrece apoyo a estas familias en forma de donaciones y servicios.
El pintor puertorriqueño, Carmelo Sobrino, ha estado ofreciendo clases de dibujo a los niños como una forma de terapia que ha develado la vena artística en muchos de los jovencitos. Algunos de estos trabajos estarán en la exhibición.
La exposición será el jueves, 2 de diciembre, en la galería Espacio 304, ubicada en la Calle Eleanor Roosevelt 404 en Hato Rey.
La noche de la exhibición, los cuadros de Neftalí y varios de Carmelo Sobrino estarán a la venta. Los fondos recaudados serán destinados a la familia de Neftalí.
Se puede comunicar a la Galería Espacio 304 en los teléfonos: 787-763-2231 / 787-763-2231 / 787-646-7494
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Neftalí en su línea viajera
por Laura Candelas
Los caminos se entrecruzan a veces. Los de ir, se convierten en vías del regreso y los de regreso nos inician en el camino.
La experiencia del cuerpo transforma el espíritu y viceversa. Y lo que comenzó como una terapia para ayudar a Neftalí a enfrentar su condición de salud, ha servido para sanar a todas y todos los que le han acompañado en esta travesía.
El maestro, Carmelo Sobrino, se convierte en alumno y el pupilo en guía.
La “línea viajera” de la técnica traza el camino transformador y la experiencia de la creación artística libera la expresión creativa.
Las “líneas de colores” como las describe Neftalí, le han servido para meditar mientras dibuja. “Pienso en muchas cosas”.
El Maestro también medita: “Él es mi gurú, tiene una fuerza increíble”.
A juicio de Sobrino, el llegar hasta el borde del camino, ha convertido a Neftalí y los seres iluminados a quienes les ha enseñado la técnica de dibujo de la “línea viajera” en el Hogar Niños que quieren sonreir, en “seres iluminados”.
Sobre los dibujos de Neftalí, Carmelo destaca la red que aparece en el centro de muchos de éstos. Es como un jaque, estar atrapado y la liberación se consigue por medio de la expresión artística. Se comparten temores y esperanzas y el espíritu apoya la mente, la propia y la ajena.
Y la libertad de la creación da fuerza y alegría, consuela.
Diez años de vida y el destino parece claro: cuando sea grande Neftalí quiere ser pintor, es lo que siempre ha querido. Con los dibujos se escapaba de las clases aburridas en la parte posterior del salón de clases en Mayagüez y ahora se escapa de las redes mismas que dibuja.