Hiperlocal
Me obsesioné con brownstoner.com. Lo visitaba todos los días. Estaba buscando casa en Nueva York y en www.brownstoner.com hay mil historias del proceso de conseguir un espacio en la ciudad, en Brooklyn específicamente. Habla de los contratiempos de lidiar con el Buildings Department y con la comisión de Landmarks, si es que la casa resulta ser histórica. La gente cuenta las tragedias urbanas de esperar dos años por un permiso de construcción, yeap, años, y no es con ARPE que están bregando. Hasta para cambiar un inodoro hay que pedirle permiso a City Hall.
Brownstoner empezó siendo una página dedicada más a los bienes raíces que a otra cosa. Pero siguió creciendo para tener secciones de restaurantes, servicios y noticias del sector de Park Slope. Yo terminé en El Bronx, bastante distante de Park Slope, en todos los sentidos de la distancia. Pero me quedé enganchada con lo hiperlocal. Incluso ahora, de regreso en la Isla, sigo fascinada con esos nuevos espacios periodísticos donde los vecinos mismos te dicen lo que hay en la comarca: si asaltaron a alguien en la esquina, si van a hacer un edificio nuevo, si el tránsito local va a estar cerrado en tal dirección, son una herramienta de búsqueda rápida casi siempre alimentada por información provista por la comunidad, información que no aparece en los medios grandes porque le compete a un número pequeño de personas.
En Puerto Rico estos proyectos son casi inexistentes. A pesar de que según informes de Estudios Técnicos, el uso de Internet ha ido en aumento -se estima que el 45% de los puertorriqueños tiene conexión y se espera que para el 2015 el 60% de la población esté usando el Internet-. Según ese mismo informe los usuarios chequean sus emails y su Facebook más que nada, pero páginas de información, ya sea endi o youtube les siguen los pasos bien de cerca a los portales sociales y a Google.
Los sitios hiperlocales suelen desarrollarse en ciudades donde la diversidad provee material suficiente. Van desde proyectos como brownstoner, una página de orientación vecinal que no pretende ser una fuente noticiosa, aunque ciertamente lo es, hasta esfuerzos como www.tbd.com en el área de Washington DC que es un periódico en línea.
Lo hiperlocal se ha convertido en una alternativa necesaria que no se limita a lo geográfico. Su especificidad se alimenta también de las características de grupo; www.queenslatino.com es una página dedicada a la comunidad latina de Queens. Su director, Javier Castaño, tuvo a su cargo las mesas de redacción de publicaciones tales como Hoy, The Tribune, y El Diario La Prensa.
En Puerto Rico, además de www.mayaguezsabeamango.com, página en la cual colaboro, no conozco de otros proyectos hiperlocales. Pero el precedente que establecemos con Mayagüez puede ser un modelo que se repita en otros pueblos. La página es el “definitive guide” a Mayagüez con un recorrido extenso y riguroso por la historia y carácter del pueblo y con notas de actualidad que hace un equipo de reporteros, que dirige Millie Gil.
La cobertura de los Centroamericanos fue extensa y aleccionadora sobre el futuro del periodismo versión digital. Los organizadores del acontecimiento deportivo como que no sabían bien dónde ponernos, porque tenemos que grabar, fotografiar y escribir. El proceso es nuevo para nosotros también que venimos de las distintas ramas del periodismo tradicional. El medio impone unas nuevas definiciones, al final nuestros carnets decían: “prensa electrónica”, seguido por un símbolo de acceso total.
Piensa en lo global, actúa desde lo local
Eso de pensar en lo global y actuar en lo local se torna cada vez más real. Quizá Puerto Rico –un lugar donde la gente madruga para entrar a TJ Max- no es el mejor ejemplo, pero hay una tendencia global hacia un regreso a la conciencia de lo local, hacia un entendimiento de lo más básico de la política y a cómo te integras como individuo al pedazo de aldea global que habitas.
Tenemos acceso a información de todas partes con sólo deslizar el dedo por la pantalla del iPhone. Los medios tienen que ubicarse en el contexto de lo local, si es que les interesa tener valor para el lector que tiene la opción de buscar información de primera mano sobre lo que pasa en otras partes del globo. En el New York Times tienen la sección “The Local” especializada en sectores específicos, como el East Village, donde informan de todo: desde las estadísticas del crimen de la zona hasta el mejor brunch del vecindario.
Se vislumbra que el mundo corporativo retome parcialmente el control de las navegaciones en la red porque cada vez más los internautas navegan principalmente desde el celular guiados por los “applications”. En el principio uno llegaba a las páginas de Internet a través de los grandes portales iniciales: Yahoo!, AOL, MSN, después llegó Google y nos liberó de tener que poner en la barra de arriba la dirección exacta de la página que queríamos visitar y ahora con la tendencia al acceso en los celulares apretamos sobre la “aplicación” que queremos y ya. Pero esa aplicación por lo general está vinculada a un gran negocio virtual sea Facebook o The New York Times. Cualquiera puede crear una aplicación para su página, la cosa es cómo los usuarios van a dar con ella si no está vinculada a ningún sitio grande de acceso conocido.
En un artículo reciente de la revista Wired, Chris Anderson lo describe como la muerte de la Web, “The Web is dead, long lives the Internet”. “It is the cycle of capitalism. The story of industrial revolutions, after all, is a story of battles over control. A technology is invented, it spreads, a thousand flowers bloom, and then someone finds a way to own it, locking out others. It happens every time”.
Si las páginas alternativas comienzan a tener arraigo entre los internautas en Puerto Rico, que todavía no lo tienen, si empiezan a ser parte de la navegación diaria de grupos importantes de personas, aunque no sean necesariamente grupos grandes, entonces los cambios de navegación tendrán que contar con ellos. Incluso en el futuro cercano en que los applications logren reemplazar la búsqueda directa del usuario tendrá que buscarse la manera de incluir al periodismo hiperlocal y la blogosfera en general en ese acceso fácil y móvil.