La democracia bestial: Trump contra Trump y el fin de los medios

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“I will go crazy with twelve years more!” (respuesta de Trump al coro de “four years more” en el discurso de Inauguración de la Convención Nacional Republicana)
De la Democracia a la democracia bestial
“Con la libertad llegaba la primera guillotina al Nuevo Mundo…y cayó la cuchilla en medio de un clamor de expectación”, Alejo Carpentier, El siglo de las luces.
La democracia casi nunca –en el sentido estricto de la palabra– ha sido democrática[1]. Ni en sus orígenes, ni en la historia moderna de otras democracias. Ha sido –eso sí– un sistema en función del principio de la igualdad, aunque en rigor, para igualar a nobles y ricos rodaron cabezas.
La Revolución francesa (1789) fue la respuesta política contra la monarquía absoluta y contra la rancia aristocracia, que se propagó como una llamarada por toda América. De esa lucha surgieron las nuevas Repúblicas basadas en sistemas democráticos fundados en el ideario francés de “libertad, igualdad, y fraternidad”[2]. Pero, el ideal democrático advino en doctrina revolucionaria y con ella, la implacable presencia de la guillotina en las plazas de Francia y sus colonias.
En el s.XIX las luchas ideológicas galvanizaron el ambiente social con la creación de gremios, uniones y sindicatos. Con la consolidación de los partidos políticos florece la partidocracia. Se generalizó la compra y venta de votos. Los partidos se convirtieron en negocios y la política en una carrera arriesgada y lucrativa. La democracia representativa –y sus variantes– se consolidó como modelo a seguir.
En el s. XX se impone el modelo de una democracia representativa como garante de los derechos de todos los ciudadanos y en pro de la riqueza de las naciones. Atado a este modelo, como condición sine qua non, está el principio de la libre expresión y mercado.
A mediados de siglo, las caras de luz y sombra de la democracia se manifiestan. África y Asia, saqueadas por los países occidentales democráticos, iniciaron un proceso de descolonización que incluyó el sufragio universal para las mujeres y los pobres (aunque sujetos por el patriarcado, el racismo y la pobreza); el nuevo movimiento de los Derechos Civiles condescendió (bajo la autoridad de intereses partidistas y económicos); la caída de las dictaduras latinoamericanas (dictaduras que las mismas democracias occidentales, en especial Estados Unidos, crearon y mantuvieron durante décadas para enriquecerse “democráticamente”). En definitiva, son las cleptocracias financieras incubadoras de las llamadas democracias. De la matriz de esas cracias, advinieron las partidocracias.
En el s. XXI ese vientre fecundo de las cracias está pariendo un regreso a las autocracias con mascarillas. De ese kratos sale la democracia bestial, legitimada por un sistema electoral, respaldado por un sofisticado armazón ideológico que cuenta con extraordinarias cantidades de dólares para enviar propaganda en las redes y medios de comunicación. Arma implacable con capacidad de manipular la percepción de millones de votantes.
Surge, pues, una partidocracia de tecnócratas especializados en utilizar técnicas subliminales para demonizar o glorificar al líder y al partido. Creando el efecto ilusorio de la relación (especular) del sujeto con la autoridad –ya sea el partido, la iglesia, la organización, el reverendo, el líder. El votante (en este caso) habita esa estructura simbólica que le ordena inconscientemente a entrar en un alineamiento que aparentemente, responde, a sus intereses personales: deseos, afectos y desafectos, de lo que quiere, pero que no tiene y cree poder tener.[3] Esa promesa compartida de fe en el futuro es representada mediante la ideología. Por eso quizá –visto desde afuera– nos sorprende personas educadas, inteligentes y sensibles que, por dar un ejemplo, niegan a ultranza ser racistas, pero apoyan un partido evidentemente racista y xenofóbico[4]. Se trata, pues, de un nivel de ideologización que provee vínculos ilusorios que, sin embargo, hacen sentido de acuerdo a sus creencias. Sus acciones se articulan conforme a las prácticas ideológicas del partido. La fascinación al líder legitima la estructura de un sometimiento consensual.
Desde la antigua Ática, han pasado 2,600 años de democracia pero, es en los dos últimos siglos que se viene consolidando lo que llamo, la democracia bestial. Las elecciones de la nueva democracia bestial del siglo 21 serán cada vez más virulenta; el que tenga el poder tecnológico para influir el mayor número de personas a través de las redes sociales gana la carrera. Mark Zuckerberg, controla los recursos tecnológicos de Facebook que tiene capacidad de llegar a millones de personas que podrían decidir el desenlace de una elección. La evidencia está comprobada: en las elecciones de medio término de 2010 en EEUU, Facebook realizó una campaña para aumentar la votación. Llevada (ésta) por investigadores, incluyeron a 61 millón de usuarios con un resultado extraordinario: 340 mil personas votaron el día de las elecciones por el mensaje de Facebook. En 2014 hubo otro experimento masivo de 699,000 usuarios de Facebook que mostró que estados emocionales pueden transmitirse haciendo que experimentaran dicha emoción sin tener conciencia de ello. En las elecciones del 2016 la campaña de Trump hizo un uso intensivo en Facebook en los estados claves y funcionó.[5]
La vulnerabilidad de este modelo está a merced del control digital de empresas high techs dedicadas a la manipulación de información[6]. La vetusta democracia sigue pues asentada en la lógica cuantitativa. Su fundamento descansa en el dictum de la mayoría –una especie de “dictadura de la mayoría”– tan legítima, como engañosa. La corrupción electoral se propaga en las democracias bestiales de los autócratas del siglo 21[7].
Trump contra Trump
“I can shoot somebody on Fifth Avenue, I can grab them by you–know–what, and get away with it” Donald Trump
Estamos viviendo a todo color la democracia bestial de un presidente llamado Donald Trump. Un impredecible –coherente– provocador y peligroso animal político (con sangre en sus manos) y adiestrado para actuar sin escrúpulos. Quien puede derrotar a Trump es Trump. Veamos el portrait impresionista de este agente naranja sin precedente, que odia, insulta, agravia a la gente y sus seguidores le temen. Pero, quién es realmente Trump y porqué no se va a ir a las buenas de la Casa Blanca.
Una de las paradojas electorales de la democracia bestial, en el sistema de los Estados Unidos, es el poder cuasi autoritario del ejecutivo. El Artículo 2 de la Constitución le da amplísimos poderes, al punto que la autoridad del presidente no debe ser cuestionada. Trump embriagado de esa autoridad llegó al extremo de exigir inmunidad ante la ley.[8]
Un perfil sicológico de su personalidad, basado en evidencia observada en sus ejecutorias públicas[9] y en referencias a libros muy recientes –en especial: Too Much and Never Enough: How My Family Created the Worlds Most Dangerous Man publicado por la Doctora Mary Trump, psicóloga y sobrina de Trump. Según la doctora, Trump en su vida nunca demostró haber seguido un sistema de honor. Es tramposo, mentiroso, cruel y falso, con una incapacidad de sentir empatía y arrepentimiento. Escucha lo que le conviene, falta de lealtad a otros y exigencia de lealtad servil a su persona. Goza del fracaso de los otros.
Expertos de la conducta le han diagnosticado problemas de personalidad. El más evidente es el síndrome de “desorden narcisista”, en el que el sujeto procesa cada experiencia a través de un “yo–primero” incapaz de sentir empatía y solidaridad[10]. Su carácter corrosivo y falta de principios en sus ejecutorias, refleja su menosprecio a las normas. Exhibe un patrón fantasioso de grandiosidad que revela necesidad excesiva de ser admirado constantemente. Frente a la oposición, reacciona con agresividad y odio. Abusa de su autoridad para controlar sus relaciones interpersonales. Muestra envidia de los exitosos y desprecia a los “perdedores” al extremo, por ejemplo, de llamarles “suckers” y “losers” a soldados caídos o apresados en Vietnam y Afganistán[11].
Según Michael Cohen, su ex abogado personal, es racista, machista, xenófobo y asaltador sexual. Políticamente polarizante. Engreído de sí, presume de una masculinidad heroica. Su arrogancia lo lleva al extremo de desacreditar las propias instituciones que se supone defienda: lo hizo con el FBI[12], con los generales del Pentágono[13], desmanteló el Sistema Postal, la Comisión Electoral[14], el sistema de votación por correo, el CDC, la OMS, la OTAN y la ONU entre otras instituciones. Sus tajantes alocuciones hiperbólicas y ofensivas en Twitter contra todo aquel que se atreva a disentir son a diario. Estamos ante un presidente, presumiblemente, mentalmente inestable, con un oscuro sentimiento mesiánico.
La Presidencia norteamericana está basada en un sistema de honor, razón por la cual quizá no hay muchas leyes que limiten al presidente. Por eso se aprovecha. Hace con el sistema de honor lo que nadie por decoro haría. Abusa de sus prerrogativas para su beneficio, aún si suponen conflictos de interés personal. Mezcla el gobierno con sus negocios, con el partido, con su familia. Es como si se dijera: Yo sé que no puedo hacer eso y sé que nadie lo ha hecho, pero si lo puedo hacer, ¿por qué no lo voy a hacer?
Cohen, en su reciente libro Disloyal: A Memoirs: The Story of the Former Personal Attorney To Presidente Donald F. Trump,[15] lo retrata como una persona de mente criminal y amoral. En el mismo libro incluye alegaciones documentadas de confabulación (colluding) con Rusia en las elecciones de 2016. Y revela sus vínculos con clubes sexuales y otras actividades ilegales. Según él, “Trump es capaz de cualquier cosa con tal de retener el poder”.
John Bolton, Asesor Internacional de Seguridad, republicano militante de línea dura, publicó en mayo sus memorias The Room Where It Happened: a White House Memoirs [16]. Bolton era parte del círculo íntimo de Donald Trump. En su libro destapa información “confidencial” que compromete la integridad moral y patriótica del presidente. Bolton lo llama farsante, mentiroso, intrigante e incompetente en asuntos de política internacional. Pero, el escándalo mediático más reciente es el libro titulado Rage de Robert Woodward, –premio Pullitzer, veterano analista político y reconocido investigador periodístico– basado en varias entrevistas a Trump sobre sus decisiones políticas. En el caso de la pandemia, según Woodward, el presidente hizo confesiones escandalosamente temerarias e inexplicables, que demuestran su desprecio a la vida del pueblo. Mintió a sabiendas de la amenaza real de la pandemia, para no afectar su reelección. Woodward concluye que Trump tiene un serio problema para distinguir la realidad de lo irreal.
Para Trump, parecería que no hay “verdad” más robusta que una mentira repetida una y mil veces. Y es que para él la mentira nunca ha tenido consecuencias. Hace declaraciones falsas con toda arbitrariedad y desparpajo. Sus seguidores oyen y creen lo que Trump quiere que crean. Lo siguen ciegamente. No solo los fanáticos del partido, sino el media conservador de la derecha extrema que también participa de la campaña de desinformación. Ya no se sabe bien, quién y qué se le informa al país, si el Gobierno o Fox News[17].
Le hemos echado una mirada a las “entrañas del monstruo” y lo que vemos es un Midas que todo lo que toca se vuelve escándalo. Nos sorprende –quizá con cierta ingenuidad– que un personaje de esa calaña haya ganado la presidencia y esté por revalidar. No obstante, sus triquiñuelas, lo pueden llevar a cometer un error garrafal que vuelque el tablero en su contra[18]. La base del GOP es la que lo mantiene dominante. Es una base radicalizada de un 45% del partido que se ha mantenido firme en su apoyo no matter what. De esos, el 25% estarían dispuestos –si es necesario– a saltarse la Constitución con la bendición de Trump.
Su gestión gubernamental ha sido bizarra y contenciosa por diseño, lo que lo hace ver anti–sistema. Abre frentes de guerra en todos lados, a nivel nacional e internacional. Los escándalos políticos diarios de sus ejecutorias se van apilando día a día. La prensa liberal y moderada no lo quiere, excepto Fox News y medios locales de extrema derecha. Los medios de comunicación noticiosos más poderosos en Estados Unidos lo aguijonan diariamente. Se ha convertido en víctima de la prensa y parece ser inmune a los ataques que lo acechan. Mientras más lo critican, más lo quiere su base política.
Muestra la perversa transparencia de quien anda conspirando para controlar el mundo. Se burla de la prensa[19]. Se pasea orondo y mayestático por los pasillos de la Casa Blanca a la que ha convertido en sede del Partido Republicano: el gobierno es el partido y el partido es Trump y Trump un tercer partido dentro del partido[20].
Es un fenómeno de la política bestial norteamericana del siglo 21. Una especie de Ubu Rey, personaje tragicómico, patético y caricaturesco de Alfred Jarry que no reconoce límites legales, ni institucionales, ni territoriales. Hace lo que le viene en gana. Mata, miente, viola, roba y tima. Lo odian y le temen y siempre se sale con la suya, aunque en el fondo lo desprecian. Entonces, ¿por qué Trump contra Trump?, ¿por qué su ambición de poder es su debilidad? Es la consecuencia del pecado de la hybris en la tragedia griega. Su propia arrogancia de megalómano lo ciega, lo lleva a engañarse. Se enreda en su propia maraña de mentiras. Ese es su sino trágico. Su fatum. Tarde o temprano cae por la hamartía, el paso de la fortuna a la desgracia por ignorancia. Pero, lo que no sabemos es cuándo.
Por ejemplo, la pandemia: el manejo incompetente e insensible del COVID–19, hizo ver a un amplio sector de la población sus true colors, sus verdaderas intenciones, preocupado solo por su ganancia personal a expensas de la enfermedad del pueblo. Durante los meses de abril a julio su aceptación pública bajó significativamente en todas las encuestas. Pero, en agosto y hasta el día de hoy ha ido recuperando el favor de las encuestas, pues a pesar de ese error (horror) ha logrado alejar la atención negativa de su manejo de la pandemia, con los linchamientos de afroamericanos.
Otro ejemplo es el caso del asesinato de George Floyd: se le vio su racismo y talante de dictador. Usó a los militares como “props” partidista para montar un teatro absurdo con generales y tomarse una foto de él con biblia en mano, frente a una iglesia Episcopal en Lafayette Square. El montaje le salió electoralmente caro en las encuestas pues se le vio el chantaje. Esa intimidación fascista de irrumpir con generales y tropas de asalto contra ciudadanos y, para colmo amenazar con invocar el Acta de Insurrección, le restó credibilidad a nivel nacional e internacional. Mientras las protestas pacíficas dominaron los medios Biden subió 6 puntos a nivel nacional con doble dígito en junio. El issue racial se tornó mayoritario con un alto apoyo al movimiento Black Lives Matter. Si las elecciones hubiesen sido en junio, Biden hubiese ganado cómodamente.
La ventaja de Biden comenzó a bajar en agosto, a pesar de que la pandemia se ha disparado fuera de control. Y, a pesar de haber superado la barrera escalofriante de los 200,000 muertos, tuvo el descaro de decir, como el que no quiere la cosa, que eso no nos afecta, porque virtualmente es casi nadie: “It affects virtually nobody”.[21] ¡Esto en cualquier país civilizado lo descalificaría como mandatario!
Por otro lado, los linchamientos de hombres y mujeres afro descendientes también se han desatado en los pasados meses. Han asesinado brutalmente a Daniel Prude, Sandra Bland, Wiiliam Green, Pamela Turner, Michael Brown, Trayvon Martin, Ahmaud Arbery, Breona Taylor, George Floyd y a Jacob Blake lo dejaron en coma. Crímenes de odio documentados que resultan impunes en las cortes estatales. No obstante, la importancia de las luchas raciales también bajó a nivel nacional de la lista de importancia. La percepción hacia las protestas, que se han volcado hacia la violencia, ha bajado 9 puntos; de 62% a favor en junio a 53% de aprobación en agosto. Y, la percepción de los que creen que los que protestan, están actuando contra la ley subió de 28% a 38%.
Sin embargo, Trump, ante el giro de violencia de las protestas, usó hábilmente el lema de Ley y Orden y redujo el rechazo de la opinión pública contra la brutalidad policíaca. Oportunidad de oro para distraer la atención de la pandemia y de la misma brutalidad policíaca, reenfocando la atención en la violencia. Demonizó a los demócratas con el mote de anarquistas, convirtiendo las protestas violentas en un asunto de seguridad nacional. Y para colmo, proclamó que las ciudades en las que hay protestas (bajo el lema de Black Lives Matter) se declaren “ciudades anárquicas”, para justificar el envío de refuerzos policíacos y reducirle fondos federales.
El caso de Jacob Blake en Kenosha, Wiscosin es aún más escandaloso. Jacob Blake fue agredido con siete disparos a quemarropa en pleno día, frente a sus tres hijos menores. Fue un acto insólito de barbarie racista. Sin embargo, redujo la aprobación del Black Lives Matter de 33% en junio a 10% en agosto. La aprobación neta de las protestas violentas cayó de un +27% a un –1%. Trump logró que las protestas se vieran como un asunto criminal, lo cual le beneficia. De ahí que su campaña de Ley y Orden se ha convertido en su caballo de pelea con resultados muy favorables. No cabe duda que Trump veladamente está incitando a situaciones caóticas para justificar más violencia policíaca. Y no debe extrañarnos que antes y poco después de las elecciones, tengamos más asesinatos en la comunidad negra[22].
El caso de Kyle Ritterhouse es revelador de lo que está pasando con la democracia norteamericana. Kyle un joven blanco de 17 años, identificado como Vigilante, viaja a Kenosha con un rifle de asalto y el lema Blue Lives Matter, para unirse a los policías y proteger los negocios de las protestas violentas[23]. Se mete en la protesta, mata a dos jóvenes y hiere de gravedad a un tercero.
Sin embargo, las acciones de Kyle coincidieron curiosamente, con la “canonización” de Trump en la Convención Republicana, en la que enfocó su discurso de ley y orden para supuestamente frenar el caos y la violencia. En esa convención Trump defendió a Rittenhouse, dijo que “estaba tratando de huir de ellos (que) ellos los estaban atacando…si Rittenhouse no hubiese disparado, a él probablemente lo hubieran matado”. Su defensa de un asesinato público excede el desprecio a la verdad. La concurrencia fanática y temeraria de la Convención aplaudió febrilmente. En esa Convención Trump no presentó Programa de Gobierno alguno, dejando a su voluntad la política pública del gobierno y las decisiones del Partido. La Convención del RNC se convirtió en la típica ceremonia servil de reinstalación de un dictador.
Tucker Carlson anfitrión de Fox News Tonight, –futuro cuadro político de reemplazo a Trump– reverendo evangélico con un público de 60 millones, todo un celebrity mediático, millonario, mega donante y trumpista militante, no solo justificó en su programa lo que hizo Rittenhouse, sino que indirectamente incitó a las gangas armadas de los Vigilantes. Dijo: “se entiende dado la violencia y el caos de la ciudad…la anarquía es porque las autoridades abandonaron a su pueblo…fue en defensa propia…él decidió mantener el orden cuando más nadie pudo”. Resulta que Rittenhouse que ejecutó un doble asesinato de primer grado –documentado en vídeos– es ahora un héroe salvador de la ciudad. En esta democracia bestial, la verdad puede ser cualquier cosa que puedas hacer por cualquier medio, para que la gente lo crea[24].
En este convulso escenario electoral, la multibillonaria propaganda de la repetición ha comenzado de a poco a mover la aguja a favor de Trump. Su deseo de más eventos violentos lo seguirán beneficiando. La polarización se está agudizando agresivamente. Viola abiertamente la política de Integridad Cívica. Su obtuso negacionismo científico llega al extremo de restarle importancia al calentamiento global, a la pandemia y al racismo. Enardece la base racista de supremacistas blancos del Partido. Promueve resentimientos contra las organizaciones que defienden los derechos humanos, al tiempo que esos odios le rinden réditos favorables en las encuestas.
Trump ha sacado al partido del closet del racismo. Le ha dado voz, visibilidad y legitimidad a los supremacistas blancos, conspiradores del odio, militantes violentos y evangélicos fanáticos de la sociedad americana. Y es que todavía hay más blancos que no blancos y Trump lo sabe muy bien. No tiene problemas con las milicias armadas, ni con los Vigilantes, ni con las organizaciones de teorías de conspiración[25]. Ha consolidado el racismo sistémico a escala nacional. Pero, los demócratas tienen su buena cuota de culpa por esas promesas de igualdad y justicia incumplidas. La administración Obama-Biden-Clinton hizo posible sin quererlo, el triunfo en 2016 del GOP por su mojigatería de no hacer los cambios que el pueblo esperaba. Se repite la promesa rota de una verdadera ciudadanía para los afroamericanos[26].
Las Milicias Civiles
Estos grupos armados legalmente –del que no sabemos mucho–[27] juegan un papel instrumental para el trumpismo. Las Milicias son pequeños grupos de ciudadanos fuertemente armados, anti-gobierno, que defienden a sus comunidades. Vienen de las luchas urbanas anti-monárquicas de la época colonial, llamados Minutemen (listos para pelear en el momento). En la década del 30 y comenzando la del 40 el mundo desarrollado se lanzaba, sin aún saberlo, a otra guerra mundial. Los odios raciales e ideológicos estaban hirviendo en la olla política: antisemitismo, anticomunismo, nacionalismo, xenofobia, aislamiento, racismo y pro-nazismo. Estados Unidos colaboró públicamente a propagar algunos de esos prejuicios y resentimientos que llevaron a la II Guerra Mundial. Durante los años de las revueltas de los 60 y 70 hubo grupos de izquierda como los Young Lords y los Black Panthers que peleaban en contra de la desigualdad, la injusticia social y la guerra de Vietnam. A finales de los 80 y principio de los 90 surgen los libertarians. Se organizaron bajo el nombre de “Ciudadanos Soberanos”. Los casos de Wako, Texas y Riby Ridge, Ohio fueron de esa camada[28].
Son fluidas, multifacéticas y difíciles de categorizar. Comparten el odio al gobierno federal, creen en los derechos incondicionales del individuo. La mayoría se identifica ideológicamente con los supremacistas blancos. Trump desde su candidatura en 2016 interpeló a estos grupos y los puso a su favor con su retórica anti-inmigrante y su ominosa promesa de construir un descabellado Muro para repatriarlos a todos. El apoyo a las disparatadas teorías conspirativas de QAnon y de los extremistas del movimiento Breibart, retumbaron, sin embargo, en los oídos de estas milicias que ahora en plena campaña electoral, resuenan los redobles de tambor, en un claro llamado a las armas, a una posible guerrilla racial.
Alimentó estas huestes con premeditación y alevosía, prometiéndoles que para “Make América Great Again” y salvarla de la anarquía del caos comunista de los demócratas, hay que tomar el país. Ha logrado (paradójicamente) el apoyo entre los anti-gobierno siendo él la cabeza del gobierno. El enemigo es ahora la izquierda demócrata.
Trump no es una aberración, es una criatura envilecida, producto de las luchas racistas y de clase entre Norte-Sur que vienen desde una Guerra Civil irresuelta. En este entramado tóxico de la política republicana del presente, entra a escena uno de los personajes más impredecibles para mantener alimentada la democracia bestial. Se llama Milicia Civil. Un brazo letal fuertemente armado. Y su comandante en jefe es Ubú Rey Padre.
Paradójicamente la pandemia y las protestas contra el racismo, fortaleció el Movimiento y atrajo más gente a las milicias. Aparecieron nuevos grupos en internet y Facebook. La pandemia, el desempleo, la ansiedad y la precariedad económica han sido caldo de cultivo para un radicalismo de derecha.
El fin de los medios: sucesos predecibles
“El Presidente no va a aceptar los resultados de las elecciones a menos que no lo hayan declarado ganador”. Kayleigh McEnamy, Secretaria de Prensa y Portavoz de la Casa Blanca.
To President Trump: “I urge you to declare the martial law if we lose the elections in November” Roger Stone (ex asesor de Trump, convicto por mentirle al Congreso y sobornar testigos durante la elección de 2016. Indultado en junio por Trump).
“The only way they can take this election away from us is if this is a rigged election.” Donald Trump, discurso principal de la Convención Nacional Republicana, Charlotte, N.C.
Karl Popper (filósofo de la ciencia) en su libro El universo abierto[29]reconoce, en su crítica al determinismo científico que, sin embargo “…hay datos que nos permiten deducir un suceso si las condiciones iniciales son suficientemente precisas, es lo que llamo el principio de poder dar razón… la conexión entre motivos y acciones… del carácter a la conducta… aunque hay causas enterradas en el imaginario inconsciente”. (Popper, 1956)
A base del retrato político que hicimos basado en el carácter y en las acciones de Trump, podemos con “esos datos” aplicar el “principio de poder dar razón”. Partimos de las siguientes premisas posibles: 1. Ve que está perdiendo las elecciones y se proclama ganador para crear confusión y detener el conteo. 2. No acepta los votos por correo por fraudulentos y exige eliminarlos. 3. Designa los electores que votarán en el Colegio Electoral, en contubernio con las legislaturas republicanas estatales, para que voten por él. 4. Supresión, recusación e impugnación masivas de votos a grupos minoritarios. 5. (La preferida) Crear una crisis constitucional para que la Corte Suprema, de mayoría republicana, resuelva a su favor[30].
Es decir, si se la puede robar, se la va a robar. Lo podemos anticipar, lo vemos venir, aunque casi seguro, no lo podemos evitar. Esto será la crónica de un robo electoral anunciado –por el propio ladrón y el ladrón es… ¡el Presidente de los Estados Unidos! Y todo es legal.
Lo primero en tener en cuenta aquí es la vieja estrategia fascista de crear caos para justificar el estado de emergencia, el lockdown y lanzar la policía de choque a las calles y de ser necesarias las fuerzas paramilitares del gobierno. Y esto en el medio de una elección es crítico para el que no ostenta el poder. Entonces, la pregunta inquietante es ¿por qué Trump está siendo tan cínico, temerario y descarado de admitir sus planes de no aceptar los resultados a menos que no lo declaren ganador. “The only reason that we could lose this election is because is rigged and fraud with the mail in vote.”[31] Estamos hablando de más de 80 millones de votos por correo, posibles de ser recusados impugnados y no contados, que pueden cambiar los resultados[32].
El estado de situación
Hace unos meses que Trump comenzó inexplicablemente a deslegitimar el sistema electoral. Nos podría parecer una contradicción injustificable por el hecho inédito de que un Presidente en el cargo, desacredite públicamente el mismo sistema electoral con el que ganó la presidencia y el mismo sistema en el que –según él– va a ganar. En realidad, la contradicción es aparente. Trump estaba creando las condiciones objetivas, materiales, ideológicas y mediáticas para robarse “legalmente” las elecciones[33].
Los datos disponibles nos informan que habrá una caterva de 50 mil funcionarios de colegios y militantes línea dura del Partido que van a intentar por diferentes vías trucar las elecciones. El GOP le entregó el control absoluto a Trump. La derecha conservadora del partido es cada vez más radical y evangélica. No hay término medio para los moderados si quieren permanecer relevantes[34].
Los medios para ese fin son sencillos: Trump controla el aparato estatal, el partido, el senado, su policía privada y agentes incondicionales, suficientes para crear inestabilidad política –en especial en los seis o siete swings y battlegrounds states que deciden la contienda[35]. Si hay violencia y problemas de administración electoral, limitará a millones de ciudadanos a ejercer el voto. Por eso advirtió, con la desfachatez que le caracteriza, que “es de esperarse que los resultados se peleen por medios legales, como por medios extralegales”. Pero esto es solo el comienzo.
La puesta en marcha
Todo comenzó con un intento de mover la fecha de las elecciones. Luego vino la campaña para desacreditar el voto por correo. Amenazó que no iba a dejar el cargo. Dijo que el voto por correo será el escándalo más grande de toda la historia política. Acusó a los demócratas de falsificar miles de papeletas. Y que la única forma que Biden y los Demócratas le gane es engañando.
Luego vino otra andanada agresiva para desacreditar, no solo el voto por correo, sino el sistema electoral para impedir que la gente salga a votar. Dañaron miles de buzones y eliminaron más de 1,700 máquinas de clasificación y de contar. Tomó “legalmente” por asalto el Sistema Postal convirtiéndolo en instrumento del partido. Advirtió que iba a desmantelar financieramente el servicio postal y lo trató. Nombró a Robert Duncan presidente de la Junta de Gobierno del Servicio Postal, que nombró a Louis DeJoy, como CEO del Sistema Postal. Ambos millonarios y mega donors incondicionales de Trump. Tiene alineado al execrable William Barr, Secretario del Departamento de Justicia[36]. Anunció repetidamente el envío de un ejército de sheriffs, policías y fiscales con supuestas funciones de ley y orden, aunque sabemos que es para crear una atmósfera tóxica de bullying electoral y de intimidación[37].
Poco antes de las elecciones lanzará una campaña de desinformación dirigida a los sectores pobres, negros y de minoría, alertando que habrá violencia, alto riesgo a contagios en las filas de espera y posibles ataques de los anarquistas demócratas de Antifa que andan por ahí armados[38]. Y no olvidemos que para Trump todo se puede si le beneficia, por lo que no podemos subestimar la intervención de Rusia otra vez.
Días antes y el de las elecciones, la estrategia de desinformación –para crear el espejismo de la victoria– estará dirigida al voto presencial. ¡El mismo Trump tuvo el descaro de alentar a sus huestes a votar dos veces, una por correo y otra en persona, lo que crearía una paralización de horas que desalentaría a otros a votar. Habrá escaramuzas en algunos colegios claves para crear la escena noticiosa de caos o violencia en las urnas y alejar a los votantes indecisos y más vulnerables que no han llegado. Es probable que uno que otro piromaníaco trumpista (que hay unos cuantos) queme bolsos de papeletas o de alguna oficina de condado de demócratas. La supresión de votos y de votantes será bien significativa, tanto como para nivelar la contienda en los battlegrounds states.
Tengamos en cuenta que las advertencias de las cosas que pueden pasar, es lo que posiblemente pase por los mismos que hacen la advertencia. Precisamente como coartada de que ´se lo advirtieron´ y no hicieron caso. La estrategia podría convertir el escenario electoral en una pesadilla surrealista[39].
El acto final
Declarar nula las elecciones por fraude y/o obstrucción, acompañada con una artillería de demandas legales estatales y federales respaldadas por el Departamento de Justicia[40]. De no haber ganado el Presidente tiene la prerrogativa de invocar la 12va Enmienda de la Constitución que ordena a una elección especial en la que cada estado tiene un voto y gana por mayoría simple, como hay más estados republicanos que demócratas, Trump sería reelecto constitucionalmente[41].
A modo de conclusión
Las encuestas se han mantenido favoreciendo a Biden pero, si la ventaja en los estados claves no es de por lo menos un (+ 8-9%), Trump tratará de robársela sin contemplación. La percepción del Presidente ha mejorado en las encuestas de septiembre, por lo que podría ganar en buena lid pero, si la tendencia va en su contra “there would be blood”. Se avecina un “golpe de estado institucional” con consecuencias impredecibles. De ser así, el resultado será un clarísimo asalto al sistema democrático de los Estados Unidos[42]. El retrato que dibujamos de Trump habla por sí solo. La falta de principios y el menosprecio a las leyes lo delata y la impunidad del sistema lo encubre. Pero no es solo Trump el canalla en este drama, la mayoría del Senado y la mitad de su Partido han perdido el sentido de justicia, honestidad y decoro[43]. Esta es una situación sin precedentes. Tarde o temprano, su arrogancia y sus decisiones temerarias lo llevarán al paso de la fortuna a la desgracia. Él será su propia némesis.
Como dije, puede ganar con todas las de la ley, en ese caso estaremos condenados a soportar por cuatro años más la democracia bestial de un autócrata perverso[44]. Ojalá pierda, lo acepte sin mucha bronca y no ocurra lo que parece asomarse inevitablemente en el horizonte. Para que Biden gane, toda la oposición a Trump debe salir a votar. Es la única forma de alcanzar los 270 votos electorales. La mayoría del pueblo norteamericano, en realidad, no aprueba la gestión de Trump. Por eso en las elecciones norteamericanas no se gana con el voto mayoritario del pueblo. Esa es su excéntrica democracia.
Los progresistas y los activistas anti–trumpistas tenemos que defender –en diferentes frentes– lo que va quedando de la democracia. Trump es una amenaza a todo lo que significa justicia, igualdad y humanidad. Y una amenaza al futuro del planeta y de la posibilidad de fundar un nuevo orden mundial que necesitamos construir urgentemente.
REFERENCIAS
- John Naughton, Biden´s path to the White House could hit a dead end on Facebook, The Guardian, Julio 26, 2020
- Ray Suarez, Just How Much Legal Trouble is Trump in?, Slate, sept. 3, 2020.
- José Muratti Toro, Trump y el complejo militar–industrial y el Acta de Insurrección, Punto de Vista, GFR Media, sept. 2020
- Chris Riotta, Trump Rank Criminality and Steep Illegality to be Exposed in Bomb Shell Book, Scaramucci says, Independent, agosto 25, 2020
- Lachlan Markay & Asawin Swebsaeng, Trump isn´t Building a Case Against Biden. Hes Running a Convention to Troll the Press, Daily Beast, agosto, 26, 2020.
- Lolita C. Baldor, Top General Says No Role for military in Presidential Vote, Associate Press, agosto 28, 2020.
- Harry Enten, Why Democrats Are Worried About Kenescha, CNN Politics, agosto, 29, 2020.
- Jaweed, Teen charged in Kenosha, Kyle Rittenhouse, has a history of praising police, Los Angeles Times, agosto 26, 2020
- Cydney Henderson, Tucker Carlson defends Vigilante shooter, says he “had to maintain order when no one else would”, USA Today, agosto, 27, 2020
- Rachel Bucchino, Could Donald Trump´s so called “silent minority” mean a November victory?, The National Interest, julio, 2020
- Ben Collins & Brandy Zadroszny, QAnon Hit by Facebook Crackdown, NBC, Tech News, agosto, 19, 2020.
- Amelia Thompson– De Vaux & Maggie Koerth, How Trump and Covid 19 have reshaped the Modern Militia Movement, Five ThristyEight, sept. 9, 2020;
- Betsy Woodruf Swan, DHS Draft Documents: White Supremacists are Greater Terror Threat, Politico, sept.9, 2020;
- Robert Reich, Voters Can Replace a Party that Knows How to Fight With One that Knows to Goverrn, The Guardian, agosto 29, 2020.
- Chauncey De Vega, investigative reporter Greg Palast: Trump´s plans to steal the election go well beyond the mail, Salon, agosto, 3, 2020;
- Justine Coleman, Trump says he will send law enforcement, US attorneys to in November to prevent fraud, The Hill, agosto 24, 2020;
- Rep. Ted Lieu Just One Sentence To Insult Bill Barr´s Legal Skills, CNN Politics, agosto 25, 2020;
- Molly Redden, Trump´s Handpick Postal Service Chair Has a Long History of Voter Suppression, Huffpost, agosto 17, 2020;
- Pete Williams, Trump´s off base about what happens if there´s no clear winner. Here´s is the deal, NBC News, agosto 24, 2020;
- Inaec Om, Trump makes official: he´s sabotaging the Post Office to rig the election, Mother Jones, agosto 13, 2020;
- Soman Sheth, Twitter flags Trump´s Tweets encouraging people to vote twice. For “violating our Civic Integrity Policy”, sep. 3, 2020.
- Election night will be a mirage: analysts warm Trump could appear to have won on election night, only for him to lose days later, Independent, sept 16, 2020.
- US Attorney General Barr Says Antifa Flying Around to Incite Violence, Politics,Yahoo News, sept 3, 2020;
- William Dowell y Donkey Hotey, An Attempted Coup In Slow Motion, Who, What, Why, org. agosto 23, 2020
- Andrew Romano, Only 22% of Americans think the 2020 presidential election will be free and fair, Yahoo News/ You Gov, sept 28, 2020.
- Jesus Del Toro, El escenario de pesadilla que temen en EEUU: los planes de contingencia de Trump si pierde las elecciones, Yahoo Politics, sept 23, 2020
- Tom Porter, Calls for Trump to declare ´martial law´ if he loses the election, and order the arrest of Mark Zuckerberg, Tim Cook and the Clintons, Business Insider, sept, 13, 2020
- Serge Halini, Sobre la democracia en Estados Unidos, Le Monde Diplomatic, octubre, 2018
- Burn it to the ground, Daily Kos, agosto, 24, 2020
- US Attorney General Barr Says Antifa Flying Around to Incite Violence, Yahoo News, sept 3, 2020;
- Travis Waldron, The Battle For Florida´s Latino Voters Could Decide The Entire Presidential, Election, Huffpost, sept 2, 2020
- David Badash, Watch: Trump threatens to ´put down quickly if he wins re–election, The New Civil Rights Movemente, Rawstory, sept 11, 2020.
- Nicquel TerryEllis, Ryan W. Miller & Yaney Bragg, This dream is still alive: thousands rally for racial justice at march on Washington, USA Today, agosto, 2020.
- Lee Drutman, Why There Are So Few Moderate Republicans Left, Five ThristyEight, agosto24, 2020.
- Oma Seddiq, Mark Zuckerberg says he personally told President Trump that some of his rhetoric was problematic, Business Insdider, sep 4, 2020
Referencia general
- Paul Ricoeur, “Althusser´s theory of ideology” (p.44–72) en Althusser a Critical Reader, ed.
Gregory Elliott, Blackwell Oxford UK & Cambridge USA, 1994, USA.
2. Johnny Kilman & George Costello, (eds) The Constitution of the United States of American Analysis and Interpretation, https:// web. archive.org
3. CRS Annotated Constitution: Article 2, https://www.lab.cornell.edu
4. Karl R. Popper, El universo abierto: un argumento a favor del indeterminismo, Post Scriptum a la Lógica de la investigación científica, (volumen II), 1954, Ed. TECNOS SA, Madrid, 1994.
5. Alfred Jarry, Ubú Rey; Ubú Cornudo, Joyas del Teatro, Longseller, Buenos Aires, 2002
Documentales:
- The Great Hack, –––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––
- #Unfit: The Pscicology of Donald Trump, agosto 30, 2020, https://www.rawstory.com
[1] Demokratia: el kratos del demos. La autoridad de la ciudad, ejercida por sus ciudadanos. Cada ciudadano con derechos al demos, aunque esos derechos excluían a la mitad de la población.
[2] Aprobaron en Asamblea Nacional la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, 1789; El Sufragio Universal, 1792 (solo para ciudadanos hombres) y la Abolición de la Esclavitud en las colonias francesas, 1794.
[3] Me baso en los planteamientos de Paul Ricoeur en su ensayo crítico “Althusser´s theory of ideology” (p.44–72) en Althusser a Critical Reader, ed. Gregory Elliott, Blackwell Oxford UK & Cambridge USA, 1994, USA
[4] Lo vemos en el crecimiento de los partidos de derecha en Europa, Latinoamérica y en Estados Unidos.
[5] Vea el experimento en el documental The Great Hack, sobre la manipulación electoral a través del internet de la empresa Cambridge Analytics en Inglaterra.
[6] Ver artículo de John Naughton, Biden´s path to the White House could hit a dead end on Facebook, The Guardian, Julio 26, 2020
[7] No obstante, la democracia hay que defenderla, protegerla y sobre todo, mejorarla. Han sido muchos los avances positivos y las contribuciones progresistas vis a vis otros sistemas de gobierno en la historia política.
[8] Son muchas las demandas e investigaciones legales que recaen sobre los hombros de Trump. Uno de estos casos, que lleva la Oficina en la Corte Superior de Nueva York, (Distrito 1) es el de los Impuestos. Parte de su defensa para no entregar las planillas del Income Tax se basó en que el Presidente tiene inmunidad legal. Ver el artículo de Ray Suarez Just How Much Legal Trouble is Trump In?, Slate, sept. 3, 2020.
[9] Referencias indirectas tomadas de “La hermana de Trump, sobre el presidente en una grabación: no tiene principios”, en La Vanguardia, agosto, 24, 2020. Y del manual Diagnostic and Estatistical Manual of Mental Disorders. Ver el artículo de Ray Suarez “How much legal trouble is Trump in?”, Slate, sept. 3, 2020.
[10] Ver un análisis psicológico de Trump en el documental: “#Unfit: The Pscicology of Donald Trump”, https://www.rawstory.com
[11] El sonado caso durante las primarias de 2016 de negar que John MacCain fue un héroe porque se dejó capturar, entre otros comentarios públicos sobre este tema.
[12] En la cumbre de Helsinky (2018) llegó a decir que le creía más a Vladimir Putin que a sus agencias de inteligencia.
[13] Ver el artículo de José Muratti Toro, Trump y el complejo militar–industrial y el Acta de Insurrección, Punto de Vista, GFR Media, sept. 2020
[14] Ver más adelante la maniobra de intento de desmantelamiento del US Postal Service.
[15] El periodista Scaramucci de CNN comentó que cuando salga el libro en octubre va a ser una bomba “Trump Rank Criminality and Steep Illegality to be Exposed in Bomb Shell Book, Scaramucci says”, Chris Riotta, Independent, agosto 25, 2020
[16] John Bolton, The Room Where It Happened: a White House Memoirs, Simont& Shuster, New York, 2020.
[17] Llama la atención que Zuckerberg informó limitar anuncios violentos, de información falsa y de retórica de odios pro–Trump, de grupos de conspiración y de milicias políticas extremistas. Lo que demuestra el aumento de seguidores de estos grupos extremistas. También notificó que iba a detener los anuncios políticos una semana antes de las elecciones. (Una semana antes ya es muy tarde).
[18] Para entender porqué se mantiene vigente: la base de su partido es blanca, compuesta por una parte de multimillonarios y de clase media baja, de poca escolaridad por otra.
[19] Sobre la burla a la prensa me remito al texto Trump isn´t Building a Case Against Biden. Hes Running a Convention to Troll the Press de Lachlan Markay y Asawin Swebsaeng, en Daily Beast, agosto, 26, 2020.
[20] Idem
[21] La pantomima que montó Trump en Lafayette Square, llevó al general Mark Milley, Joint Chief of Staff del Pentágono a declarar en el Congreso que las fuerzas armadas no tendrán ningún papel en las elecciones. Esto desde luego, podría tener doble filo. Sobre este tema ver artículo de Lolita C. Baldor, Top General Says No Role for military in Presidential Vote, Associate Press, agosto 28, 2020.
[22] Basado en el artículo de Harry Enten en Why Democrats Are Worried About Kenescha, CNN Politics, agosto, 29, 2020.
[23] Ver. Teen charged in Kenosha, Kyle Rittenhouse, has a history of praising police, de Jaweed, Los Angeles Times, agosto 26, 2020
[24] Este artículo de Cydney Henderson Tucker Carlson defends Vigilante shooter, says he “had to maintain order when no one else would”, USA Today, agosto, 27, 2020, ilustra la hipocresía y el cruel cinismo de algunos evangélicos republicanos.
[25] Como propone el artículo, hay cierto acuerdo implícito de votantes republicanos que no contestan encuestas. En: Could Donald Trump´s so called “silent minority” mean a November victory? de Rachel Bucchino, The National Interest, julio, 2020
[26] El Congreso de Abraham Lincoln en 1861, si bien declaró la abolición de la esclavitud, no es menos cierto que en la Post–Reconstrucción los terminó explotando en aras del desarrollo industrial del Norte y durante la Guerra Civil, el Ejército abolicionista de la Unión mantuvo la segregación de los soldados negros.
[27] Información más amplia sobre el movimiento de estos grupos armados en: Ben Collins & Brandy Zadroszny, QAnon Hit by Facebook Crackdown, NBC, Tech News, agosto, 19, 2020; Lolita C. Balder, Associate Press, agosto, 28, 2020; Amelia Thompson– De Vaux & Maggie Koerth, How Trump and Covid 19 have reshaped the Modern Militia Movement, FiveThristyEight, sept. 9, 2020; US Attorney General Barr Says Antifa Flying Around to Incite Violence, Yahoo News, sept 3, 2020; Betsy Woodruf Swan, DHS Draft Documents: White Supremacists are Greater Terror Threat, Politico, sept, 9,2020; Robert Reich, Voters Can Replace a Party that Knows How to Fight With One that Knows to Goverrn, The Guardian, agosto 29, 2020.
[28] Para el Homeland Security estas milicias, hoy por hoy, representan una amenaza mayor para la seguridad nacional que los grupos terroristas extranjeros.
[29] Karl R. Popper, El universo abierto: un argumento a favor del indeterminismo, Post Scriptum a la Lógica de la investigación científica, (volumen II), 1954, Ed. TECNOS SA, Madrid, 1994.
[30] Esa movida ya está en función con la reciente nominación de la mayoría del Senado a la Jueza ultra conservadora Amy Coney Barrett para sustituir en la Corte Suprema a la jueza Ruth Badder Ginsburg.
[31] Donald Trump, discurso de Inauguración en la Convención del Partido Republicano.
[32] Los estados tienen sus propias leyes en este asunto, por ejemplo hay 34 estados que por ley no cuentan los votos si llegan después del día de las elecciones.
[33] Hay un amplio corpus de información primaria sobre la presunción del robo de las elecciones en la que basamos nuestras premisas. Estos son algunos de los trabajos sugeridos: Chauncey De Vega, investigative reporter Greg Palast: Trump´s plans to steal the election go well beyond the mail, Salon, agosto, 3, 2020; Justine Coleman, Trump says he will send law enforcement, US attorneys to in November to prevent fraud, The Hill, agosto 24, 2020; Rep. Ted Lieu Just One Sentence To Insult Bill Barr´s Legal Skills, CNN Politics, agosto 25, 2020; Molly Redden, Trump´s Handpick Postal Service Chair Has a Long History of Voter Suppression, Huffpost, agosto 17, 2020; Pete Williams, Trump´s off base about what happens if there´s no clear winner. Here´s is the deal, NBC News, agosto 24, 2020; Inaec Om, Trump makes official: he´s sabotaging the Post Office to rig the election, Mother Jones, agosto 13, 2020; Soman Sheth, Twitter flags Trump´s Tweets encouraging people to vote twice. For “violating our Civic Integrity Policy”, sep. 3, 2020.
[34] Revisar artículo de Lee Drtman, Why There Are So Few Moderate Republicans Left? en FiveThristty Eight.
[35] En el excéntrico sistema de votación del Colegio Electoral norteamericano, solamente votan directamente 538 personas por el presidente y vice–presidente. El voto popular no cuenta para declarar un ganador.
[36] Hace tres meses el D.J. compró misteriosamente 9.3 millones de armas anti–protestas.
[37] Ver en particular el artículo del periódico Independent Election night will be a mirage: analysts warm Trump could appear to have won on election night, only for him to lose days later, sept. 16, 2020.
[38] Ver la noticia US Attorney General Barr Says Antifa Flying Around to Incite Violence, Yahoo News, sept 3, 2020;
[39] La premisa de la periodista Goldberg es que los progresistas se han organizado para defender el voto. Ver Michelle Goldberg en Trump might cheat. Activist are ready, The New York Times, agosto, 17, 2020.
[40] No en balde desde hace tres años, Mitch Mac Connell ya se estaba preparando atucuñando las cortes con más de 300 nombramientos de jueces de apelación de distritos.
[41] No entro a explicar la intervención del Congreso, en especial la Cámara de Representantes. Ni el papel clave de la Corte Suprema –con una mayoría ideológica de 6 a 3– que en última instancia es la que habrá de decidir a favor de una de las partes. Tampoco es el espacio para la crítica al llamado “Check and Balance” del sistema democrático norteamerican
[42] Los periodistas William Dowell y Donkey Hotey exponen en –An Attempted Coup In Slow Motion; Who, What, Why, org. agosto 23, 2020– que el desmantelamiento del servicio postal –que hace un mes comenzó– es solo un daño colateral, aunque serio, pues el desastre verdadero es en la supresión de votos a las minorías demócratas pues tiene a sus pies el control del Departamento de Justicia para trastocar los resultados.
[43] Idem; ver también en Daily Kos, Burn it to the ground, agosto, 24, 2020, sugiere que el racismo es ideológicamente elemento principal del GOP.
[44] El trumpismo, como el coronavirus, son dos plagas del siglo 21 que llegaron para quedarse. Pero el trumpismo es peor, es la democracia bestial, una enfermedad terminal de la política honesta.