Los 60 de Charly García
A Gilberto, Jorge, Ezequiel, Mabel, Charlie, Diana Beatriz, Pedro Iván, Yussef, Juanpi, Natalia, Chibi, José Enrique, Enrique M y Enrique G, Ángel , Yael, Laura y todos los «Charlystas» boricuas…
«Charly es dios» es una frase que yo y miles de latinoamericanos hemos pronunciado a lo largo de más de tres décadas. Y sí, Charly García, el polémico, el excéntrico y el oído absoluto llegó los 60 años el pasado domingo 23 de octubre, en contra de muchas expectativas, say no more.Ni siquiera Gustavo Cerati, casi una década menor que Charly, pudo con el empuje de envejecer siendo un rockero argentino. Pero lo cierto es que Carlos Alberto García Moreno (o García Lange, como suele llamarse a sí mismo) llegó, y por lo visto parece que al igual que un Jagger o Dylan un McCartney no tiene ninguna intención de parar. Ya anunció una serie de recitales que comienzan esta semana en el teatro Gran Rex de Buenos Aires en los que revisará sus cuatro décadas de carrera con más de 60 temas- son tres shows distintos: «La Vanguardia es así», «Detrás de las Paredes» y «El Ángel Vigía» repartidos en seis noches-.
Aquí en Puerto Rico quizás muchos conocieron a Charly más por su carácter que por su música. Durante la década de los 90 y gran parte de la pasada, Charly era prácticamente una máquina de rituales provocadores y mediáticos dirigidos a la prensa, los fanáticos y las instituciones que siempre ha declarado detestar. Desde bajarse los pantalones cuando un miembro de la audiencia de uno de sus conciertos le grito: «puto» (1991) hasta tirarse de un noveno piso de un hotel al vacío directo a la piscina…y sobrevivir (1999). Lo que muchos de sus fanáticos entendíamos que era claramente una expresión más de sus inquietudes creativas el tipo estaba viviendo como le daba la gana y aprovechando su fama para demostrarlo. Gran parte de la opinión publica lo condenaba como un excéntrico, un loco, un drogadicto pasando por encima toda su innegable y valiosa obra creativa- dos ejemplos apartados en el tiempo: en la UHS cité una canción de Charly en un trabajo y la maestra me preguntó qué hacía yo citando canciones de ese drogadicto, esto en la que se supone que es una de las escuelas mas progre de este país.
Y lo cierto es que el argumento de su genialidad quizás no sea suficiente para justificar tantos incidentes de shows cancelados, arrebatos en escena, insultos en público y una voz quebrada y que en más ocasiones que en menos no pudo ni sostener un concierto completo- la fenecida María Gabriela Epumer, Hilda Lizarazu y Fabiana Cantilo se encargaron en más de una ocasión de tapar ese vacío- sí, al menos justifica su «demasiado ego». Después de todo Charly ya ha hecho en la vida muchísimo más de lo que la gente que lo critica sueña con hacer en su vida: Sui Generis, Serú Girán, La Máquina de Hacer Pájaros, su alianza con otros grandes músicos como Mercedes Sosa, Nito Mestre, Pedro Aznar, Luis Alberto Spinetta, León Gieco, Fito Páez, Joaquín Sabina… sus casi 400 canciones grabadas, hay argumentos de sobra para que el bigote bicolor argentino tenga su sitial bien plantado en el «inconsciente colectivo» de tantos, como un genio, como un músico vital y visionario.
Sé que casi toda persona que ha escuchado a Charly García no olvida su música, y es un vicio al que te quedas pegado de por vida. Yo lo descubrí como muchos hijos de mi generación indirectamente a través de mis padres, es decir, por Mercedes Sosa, su amiga del alma con la que tuvo quizás la alianza más inusual del pentagrama latinoamericano. Cuando ya por mis medios me hice del disco que grabaron juntos Alta Fidelidad (1997) me voló la cabeza, en esa época pensé que aparte de Los Beatles, esa era la música más bizarra y poderosa que había escuchado en mi vida. Luego llegó a mis manos una de esas tantas compilaciones de éxitos- que abarcaba desde el humor de «Peluca Teléfonica» y «Dos Ceros Uno» a la paranoia de «No me Dejan Salir» a la solemnidad de «Inconciente Colectivo»- y luego La Hija de la Lágrima (1994) y Say No More (1996) hasta llegar a la majestuosidad de Serú Girán y ya era demasiado para mi cabeza de 16 años- Los Beatles fueron la banda sonora del paso a la adolescencia y Charly del paso a la adultez- . Tan solo Los Beatles, Los Stones, Los Mutantes y La Velvet Underground me han volado la cabeza de la manera que me la ha volado Serú Girán, son definitivamente mis grupos de cabecera.
Conozco a amigos músicos que dicen preferir a Fito o a Spinetta. Creo que al ser músico quizás es mas fácil identificarte con ellos, por ser más complejos musicalmente. Charly es un compositor y es por eso que ha logrado trascender generaciones y gustos. Es un compositor completo cuyas letras, cuan siempre más llenas de poesía e imágenes son accesibles y cohabitan de una forma extraordinaria con la música para las que fueron escritas- Charly, Joni Mitchell, Tite Curet Alonso, Caetano Veloso son ejemplos de compositores de música popular contemporánea que mas a mi entender dominan eso, Dylan, Cohen, Chico Buarque, Spinetta, Silvio, Sabina, todos ellos letristas soberbios, a veces lo son sacrificando la música misma-en la música de Charly una cosa no domina sobre la otra, las dos son una.
Aunque siempre ha producido música genial- Influencia en 2002, los discos ya mencionados de la década de los 90- de 1977 a 1987 estamos ante el que posiblemente fue el músico pop más brillante del mundo- y fuck it con eso de decir del rock en español cualquier disco de Charly se le para al lado a uno de The Police, Talking Heads o incluso Michael Jackson, por hablar de algunos de los músicos más destacados del pop/ rock anglosajón de esa época- es una racha comparable a la que tuvo Stevie Wonder de 1972 a 1976 o Caetano Veloso del 1969 al 1975. Todo lo que hizo en esa época Charly fue oro: los 2 discos de La Máquina de Hacer Pájaros, los 5 de Serú Girán y sus discos solistas: Yendo de la Cama al Living, Clics Modernos, Piano Bar y Parte de la Religión , todos ellos son ejemplos de discos perfectos- y también son prueba de que Charly fue uno de los músicos que con mas dignidad sobrevivió los 80, sin sonar charro o «dated» ahora cuando los escuchamos-. Y eso es solo musicalmente hablando. Sin contamos que en ellos, el nos sintetiza la historia de la nación argentina de esa década como nadie- la resistencia ante la junta militar, la paranoia, lo prohibido, la hostilidad, la vuelta a la democracia, la vida urbana…según me cuentan los que han residido en Buenos Aires, nadie ha descrito tan bien como Charly lo que es vivir en esa ciudad- nos damos cuenta de que si Silvio Rodríguez es el Dylan latinoamericano, definitivamente Charly García es el Lennon y McCartney.