María José Montijo: “Quiero que mi música haga a la gente sentirse mejor”
Toca el arpa pero no se define como arpista. Su música tiene un sonido orgánico y digital pero se describe simplemente como cantautora. Dice que su instrumento es la voz, una voz luminosa e hipnótica que logra conectar con la naturaleza y con el cosmos a través de vaivenes afrocaribeños que le dan color y movimiento. María José Montijo, o simplemente Majo, tiene claro que sus composiciones están hechas para sanar y para hacer vibrar las almas. Es esotérica, y también tropical. Con un EP a cuestas (Estrellas, 2014) esta artista boricua espera presentar en 2018 un nuevo trabajo, el que será “completamente diferente” a lo anterior y del cual espera pura “gozadera”. “Quiero que mi música le haga a la gente lo mismo que me hace a mí”, enfatiza. Esto es lo que contó a Neotropikal Sounds.
NS: Dices que tu música son imágenes del mundo natural, ¿cómo es eso?
MM: Ese enfoque viene de escuchar y de salir a caminar en la naturaleza, ir a la playa y oír profundamente el viento, los pájaros, el mar, la lluvia, los sonidos, los ruidos, los carros. Todo eso es música, es sonido. Hay comunicaciones pasando todo el tiempo. A mí me toca profundamente la inteligencia del mundo natural y trato de darle un homenaje a eso, al planeta, a la inteligencia de este planeta que está vivo, a los árboles, a las plantas, a los ríos. Esa es básicamente nuestra Madre Tierra que nos nutre y nos da vida. Somos un planeta en medio de un universo girando alrededor de estrellas. Me gusta recordarme de eso y se refleja en las letras que escribo y en el enfoque que tengo de conexión con la esencia.
NS: ¿Cómo traduces todo eso al arpa y a los beats?
MM: Estar conectada con la naturaleza me inspira, y esa inspiración es creativa, entonces de ahí salen melodías y palabras. Los ritmos son reflejo de la cultura puertorriqueña, de lo afrocaribeño, y también de la música negra americana y de la música coral.
NS: Naturaleza y sabor caribeño.
MM: Los puertorriqueños tenemos la clave por dentro, la clave está presente siempre, no importa que las canciones sean más o menos contemplativas. Hay una sabrosura que tiene que ver con ser del Caribe y con lo que nos ha brindado lo afrocaribeño con ritmos de origen africano como la bomba. La bomba me influencia mucho.
NS: ¿Es intencional esa influencia o te fluyó así?
MM: A veces, depende. Son diferentes influencias y depende de dónde la canción quiera ir. Algunos temas sí y otros no.
NS: Es que hay cosas que se llevan en el ADN y salen sin pensarlas…
MM: Sí, yo creo que la métrica y la síncopa están bien ligadas a la clave, y la clave viene del cuá y de la bomba, y estoy aprendiendo bomba y los diferentes ritmos y canciones. Eso me inspira mucho también.
“La bomba es música de resistencia”
NS: ¿Qué te provoca la bomba?
MM: Me provoca conexión con los ancestros, con mis raíces, con las raíces afropuertorriqueñas. Además, es una práctica espiritual tocar tambores y cantar en un sentido comunitario, y pega super bien con mi música porque mi música está basada en la clave, y la clave está basada en la bomba en mi parecer.
NS: Ese paso hacia la bomba debió haber sido bien natural.
MM: Empecé a estudiar bomba en Oakland hace 3 años. Es como estudiante que me intereso por incorporarla en mi música. Para mí la bomba es música de resistencia, es música de comunidad, de ritual, y creo que va muy bien con la música medicinal que hago.
NS: ¿En qué momento incorporas la bomba?
MM: Incorporo la bomba cuando puedo colaborar con mis amigas Denisse Solís y Julia Caridad Cepeda, que son mis maestras de bomba.
NS: ¿Te influencian también los sonidos indígenas latinoamericanos?
MM: Me gusta mucho el pensamiento indígena y la música como un ritual. Eso es endémico del mundo entero, está en nuestras raíces eso de reunirnos a cantar, a tocar tambores, flautas o lo que sea. Ese aspecto comunitario y ritual que experimento a través de la bomba me llama mucho. Me identifico mucho con eso y se refleja en las canciones que escribo.
“Empecé para sanarme a mí misma”
NS: Tu música también es sanación, según describes. ¿Cómo se logra eso? ¿Es musicoterapia o es otra idea de sanación?
MM: No sé porque no he estudiado musicoterapia, pero de manera intuitiva sé que lo que hago lo empecé a hacer para sanarme a mí misma y cuando lo comparto la gente me comenta que los ayuda también a sanar. Ese siempre ha sido el enfoque, pero ha sido un enfoque personal, no estudiado, bien intuitivo. Junto con ello se informa que he estado en las artes sanadoras por 15 años, primero siendo masajistas, luego aprendiendo terapia craneosacral, después aprendiendo acupuntura, hierbología, y ahora mezclando todas esas cosas, y aprendiendo siempre. Esto se refleja totalmente en las letras y en el enfoque de la música.
NS: ¿Qué implica que la música sea sanadora?
MM: Que evoque emociones, que sea transformativa, que abra espacios en el cuerpo y en la mente, que te haga sentir algo positivo o que te haga sentir algo que tienes que procesar.
NS: En tus sesiones hablas del contacto con el Cosmos. ¿Es necesario ese contacto cósmico para la sanación?
MM: Está relacionado con qué es Salud. Pues salud es conexión, y conexión es sentir que estamos en un Cosmos y que somos parte de la energía universal, y que la energía universal pasa sobre nosotros, que estamos hechos de polvo de estrellas, que estamos en un planeta que está girando en un Universo y que estamos todos conectados, que hay una interdependencia que está pasando queramos o no y que mientras más sentimos esa interdependencia hay una base ahí de espacio y de amor, como un amor bien fundamental que sale de la apreciación de la vida. Para mí eso es amor.
“Yo tocaba sola hasta que empecé a ‘jamear’ con otra gente»
NS: ¿Cuándo comenzaste en la música?
MM: Comencé con 5 años en el coro de niños de San Juan. Años después, cuando me regalaron el arpa, empecé a componer canciones porque me gustaba, porque me daba la gana, sin ninguna intención de compartirlas. Comencé a tocar en fiestas de amistades y mis primeros shows en San Francisco los hice a través de mi amiga Nairem Morales, que era parte de la bohemia en esos tiempos.
NS: ¿Cómo nació la mezcla de arpa con “samples” y sonidos digitales?
MM: Me regalaron un arpa y es por eso que tengo una. La empecé a tocar y a escribir canciones. Yo tocaba sola hasta que empecé a “jamear” con otra gente y a traer otros instrumentos. Actualmente hago shows en vivo con percusión y guitarra, pero producir una canción es bien diferente. Producir es la relación que tengo con el productor, y lo que pasa cuando nos juntamos y nos ponemos creativos. Esto es lo que pasó cuando hice el EP Estrella, que no es solamente mi sabor, es mi sabor junto con el sabor del muchacho que me grabó y las cosas que él se inventó y aportó. Cuando uno está en el estudio puede jugar e inventarse más cosas.
NS: Para uno de tus últimos temas, “Glaciar”, trabajaste con el reconocido productor boricua Héctor StoneTape, ¿cómo fue esa experiencia?
MM: A Héctor StoneTape lo conocí en una feria de Discos Diáspora que se hizo en Casa Ruth. Yo toqué un set y él tocó un solo de guitarra después que yo. Hablamos y dos días después estaba en su casa grabando “Glaciar” antes de irme de vuelta a Oakland. Ha sido de mis mejores experiencias trabajando con un productor. Siento que él respeta mucho quién soy como música, mi identidad musical, le gusta lo que yo hago, no me pide que cambie nada, nada más le añade cosas muy bonitas. Me encanta trabajar con él, es tremendo productor y tremendo “sound designer”. Aprecio mucho su paleta de colores musicales.
“El nuevo álbum va a ser bien diferente”
NS: Sacaste hace un par de meses dos temas nuevos, “Serpientes” y “Mundo Cruel”. Háblanos un poco de ellos.
MM: Esos temas son inéditos. “Mundo Cruel” no está terminado, es como un “work in progress” que he estado trabajando con un productor boricua que se llama Raúl Gaztambide. “Serpientes” por su parte es una versión acústica en arpa que grabé en Cuzco, Perú, cuando estuve compartiendo con músicos allá. Uno de ellos, Omar Vargas, que toca guitarra con su esposa Gladys Conde, me grabó en su estudio. Ambas las quise compartir y por eso lo hice en Soundcloud, porque ahí puedes compartir cosas que no vas a vender, que no es un álbum ni un single que quieres promocionar, sino cosas más íntimas. Quería finalizar el año compartiendo cosas y dejándolas ir, por eso quise hacer regalos de Navidad y de Reyes Magos y saqué las dos canciones.
NS: ¿Piensas sacar un disco pronto?
MM: Estoy pensando grabar en 2018 un disco, entero (risas). Estoy todavía soñando cómo es que lo quiero, cómo quiero que sea el disco, planteando la semilla para que se dé este año.
NS: ¿Lo estás pensando recién o ya lo tienes?
MM: Lo he estado pensando todo este invierno, pero es una sorpresa, vamos a ver qué pasa (risas). Va a ser diferente, definitivamente va a ser diferente. Con Estrella yo no pensé qué iba a pasar, no teníamos un concepto, y ya estoy pensando mucho más en concepto y en las emociones que quiero evocar en la gente. Va a ser bien diferente, va a ser un álbum para empezar, no un EP.
NS: ¿Y qué quieres conseguir con ese disco?
MM: Gozadera (risas).
“Me gusta colaborar con diferente gente”
NS: ¿Cómo trabajas con los productores?¿Son fijos o van cambiando?
MM: Diferentes productores para diferentes temas. Los últimos dos tracks los trabajé con las personas que te dije. Omar Vargas básicamente me grabó, no me produjo, y Raúl me está produciendo “Mundo Cruel”. El single “Glaciar” lo trabajé con Héctor StonTape. Por su parte mi EP Estrellas lo hice con un muchacho boliviano que era su primer proyecto después de tomar unas clases de Pro Tools. Fue como que un “labor of love” porque él lo hizo todo gratis. Lo hicimos en su cuarto por casi dos años, grabando diferentes temas y nada mas salieron cuatro, que son los que están en el EP.
NS: ¿Cómo llegaste a él, cómo lo conociste?
MM: En San Francisco hay un evento que se llama “Mission Arts Performance Project” que se hace en una comunidad latina en la ciudad, y básicamente hay un montón de arte y música en todas partes y es gratis. Entonces tu vas a una galería, a una tienda, a la casa de alguien, y hay “short performances” pasando toda la noche, entonces yo estaba tocando en una tienda hipster que se llama “Artillery” en la 23, y él estaba ahí escuchando y después me habló y me preguntó si yo quería hacer algo con él, y así empezó.
NS: Vas cambiando de equipo contínuamente.
MM: Sí, me gusta colaborar con diferente gente y estoy viendo con quién voy a colaborar ahora.
“El tema ‘Cura’ me lo inventé en la bañera”
NS: ¿Cómo fue la recepción del público del EP Estrellas?
MM: Es un EP que el feedback que me han dado es que es bien sanador, que son canciones más específicas de transformación personal, o de sanar, y que a la gente le ha tocado de esa manera.
NS: Algunos son ícaros (cantos chamánicos de curación).
MM: Sí, un poquito. Definitivamente “Cura” es un ícaro.
NS: “Cura” es un temazo.
MM: Sí. “Cura” yo me la inventé en la bañera, fue mi canción de bañera, de que me estaba bañando y me sale “agüita, agüita”. Me la inventé dándome un baño y un día estábamos bien frustrados grabando un montón de canciones que no salieron en el EP y Cristian, el boliviano, me dice “grábate algo ahí, qué se yo, lo que tú quieras, pero que no sean estas canciones”. Entonces empecé con el estribillo de “Cura” y empezamos a construir juntos el beat electrónico y la melodía, y él le añadía esto y yo lo otro, y así fue que salió. Fue súper espontáneo y no planeado, súper sorpresivo.
“Mi sueño es hacer música más electrónica»
NS: Imagino que la colaboración con diversos productores da una diversidad sonora.
MM: La colaboración es bien enriquecedora. Aprendo mucho de colaborar con la gente.
NS: Actualmente, varios productores están mezclando folclore sudamericano y del Caribe con elementos digitales. Sonidos andinos, o cumbia, por ejemplo, con beats electrónicos. ¿Te sientes dentro de esa corriente?
MM: Lo que mencionas me hace pensar en mucha gente que hace canciones con cantantes indígenas o usan samples de Mercedes Sosa o algo parecido y las reimaginan. Eso está bien chévere, pero en verdad yo me considero una cantautora. Me gustaría decirte que sí, es mi sueño hacer música más electrónica, pero no estoy ahí todavía, tengo que colaborar y llegar a eso de producir más beats, pero por el momento me siento más como una cantautora que colabora con diferentes músicos. El elemento electroacústico me gustaría que estuviera pero en verdad lo que está en un show en vivo mío es más batería y a veces barriles, más bomba.
NS: Dependes de un productor para hacer una base rítmica…
MM: No ha pasado la colaboración más allá del EP Estrellas.
“El arpa descansa en el corazón»
NS: ¿Tu instrumento es el arpa o hay otros?
MM: Mi instrumento es la voz y el arpa me acompaña. A mí me regalaron un arpa y me dijeron “mira, lo haces así”, y ya. Todo ha sido bien autodidacta, entonces no me considero una arpista, por eso más bien me acompaño con el arpa.
NS: ¿Que ves en el arpa?
MM: No sé, me encanta, es un instrumento que descansa en el corazón, literalmente. Me gusta mucho.
NS: ¿Te gusta esa imagen estereotípica de un angelito con un arpa, intentando reflejar su “sonido angelical”?
MM: Sí, ¿por qué no? Me gustan los angelitos y me gustan las arpas (risas).
NS: El sonido del arpa tiene mucha similitud al de las cuerdas andinas, sobre todo al charango.
MM: Sí, hay una tradición de arpa andina. Los colonizadores trajeron el arpa, y si tú vas a Perú, a Paraguay, a México, la gente toca el arpa. Así que sí, se combina con el charango y sí, hay arpa andina.
BONUS TRACK: SANACIÓN, OPRESIÓN POLÍTICA Y HURACÁN MARÍA
“Cuando hay opresión política nos herimos los unos a los otros”
NS: ¿La sanación sonora que tú propones es más importante en el Puerto Rico actual, post Huracán María y con todos los problemas de negligencia política?
MM: Es importante cuidarnos los unos a los otros. Lo que pasa cuando hay tanta opresión política es lo que algunos llaman “violencia horizontal”, que en vez de armarnos contra un gobierno que es corrupto y que no cuida de nosotros nos herimos los unos a los otros, a las familias, a los niños, a las mujeres. Entonces es un momento de mayor alerta en términos de cómo nos tratamos porque con tanta opresión es bien fácil sacarte ese coraje con la persona que tienes al lado.
NS: Saber gestionar el trauma y la rabia…
MM: Es bien importante hacer un trabajo para bregar con el trauma del huracán, con el trauma de ser una colonia, con qué quiere decir todo eso y cómo eso me ha formado como persona. Cómo puedo transformarlo y cómo me puedo liberar yo misma, no pensar únicamente “¡Oh! Yo quiero que Puerto Rico sea libre”. Eso está cool, es una utopía chévere, pero pensar también cómo yo me puedo sentir libre. Creo que es importante tomarse el tiempo para sanar el trauma del huracán María y de todas las pérdidas, las muertes, la negligencia y el coraje. Es algo que podemos hacer colectivamente. Hay muchas personas y agentes de cambio, como el Centro de Apoyo Mutuo de Caguas, que están creando espacios para catalizar esos cambios. Y hay otras personas que vienen de afuera para dar entrenamiento, para crear más consciencia y más educación de cómo podemos bregar con este caos colonial.
NS: ¿Qué rol quieres que juegue tú música dentro de este panorama?
MM: Lo mismo que hace mi música para mí (risas), que la toco y me siento mejor y me da fuerza. Es como una encantación del mundo que me gustaría vivir y de la persona que me gustaría ser. Yo soy bien idealista y eso se refleja en mis letras. En definitiva que mi música haga a la gente sentirse un poquito mejor.