Plenamente plena
«Ramón López maneja su oficio de artesano-plenero-antropólogo enlazando una sucesión de textos que exigen un nuevo lenguaje para vivir con la plena. Ajeno a los nostálgicos deleites del folclorismo, este lenguaje es un bembeteo de teorizaciones y sabrosuras que constituyen una interpretación barrial de la plena puertorriqueña en la que las iniciativas comunitarias y las intervenciones estatales forcejean en un movimiento de imaginaciones populares y maniobras hegemónicas. La plena es voz-meneo-memoria centrada en una práctica musical que acomoda, enfrenta, resuelve y desordena las incidencias isleñas y diaspóricas del tránsito boricua por la historia subalterna. Por eso la plena vive bien aunque no se venda bien: su merecida localización en la creatividad popular es un diálogo de acercamientos-hibridaciones- vecindades musicales que aseguran la vigencia de su crítica a los ordenamientos del poder. Este libro – como todas las plenas de Ramón López- tiene la música por dentro pero el meneo por fuera«.
Los bembeteos de la plena puertorriqueña, Ramón López. Ediciones Huracán (Edición revisada en el 2010)
Este libro sobre la plena está escrito desde adentro: Ramón López fue profesor de Antropología Cultural en la Universidad de Puerto Rico y dirigió el Centro de Investigaciones de las Artes Populares del Instituto de Cultura Puertorriqueña, pero también fue miembro del grupo Los Pleneros de la 23 Abajo en Santurce, y director del Grupo Bembeteo en Chicago. De manera que cuando pone en la platina del microscopio a la plena, recibe como venidas de un espejo, las vivencias de su propia vida.
En consecuencia su análisis de la plena como género musical y fenómeno social es un relato intenso, vivido y viviente de este particularísimo ente musical, que como señala el autor, “se ejerce con mayor fuerza y diversidad en tiempos de hoy que en tiempos de ayer”. En efecto, surgida en las primeras décadas del siglo XX, como otros fenómenos parecidos llamados ciclones de los que se desarrollan y crecen en el Caribe, la plena optó por tomar rumbo hacia el norte, y no paró hasta llegar a Nueva York, donde desde 1929 se coló en los estudio de grabación, para dejar decenas de acetatos, compitiendo de tú por tú con el boleros y otras perturbaciones musicales.
Los capítulos de este libro no se desarrollan con el dogmatismo y sistematización a la usanza, sino como un repertorio de plenas llenas de sabor y vida: así se titulan algunos “Mapas de golpes de plena”, Breve y ajorada historia de la plena enrojecida” , “Bembeteos del obispo”, “Tanta vanidad, tanto bembeteo”, “Bumbún se muere y después lo matan” , “Elena es mujer de plena” “Pandereteros huelgistas y bembeteos unionados”; pero no se llamen a engaño: Bajo esos sabrosos títulos se va desarrollando un riguroso, certero pero al mismo tiempo amenísimo estudio de la plena. Trae el libro además una atinada Bibliografía y una certera y útil Discografía, que como bien advierte el autor, tiene una finalidad práctica, conteniendo grabaciones obtenibles en CD.
Y es que la plena tiene un atractivo irresistible;entre otras cosas, ocupa en el cancionero boricua el importántisimo papel de relator del acontecer popular, que en otros países como México, cubre el corrido y en Cuba la guaracha; pero tiene un rango además peculiar de elemento esencial en eventos como huelgas y otras protestas de tipo político-social. Y por otra parte, la inmediatez que existe para su uso, basta un pandero y una voz para iniciarla, aunque puede llegar hasta tener rango sinfónico; se sabe fusionar con éxito con otros géneros musicales, como el jazz; es al mismo, tiempo, muy antigua y tan nueva como lo que pueda suceder mañana con ella.
De todo esto habla con pasión y compasión, el profesor López en su libro, que con todo derecho, debía ser texto obligado en los planes de estudio de la escuela elemental en Puerto Rico.