Universidad en la web
Las comunidades más desventajadas de Puerto Rico sufren de falta de acceso a recursos tecnológicos y a la universidad pública. Para el 2004, los estudiantes de las escuelas públicas del país admitidos a la Universidad de Puerto Rico (UPR) representaban el 66% del total de estudiantes que solicitaron a dicha institución, según nos indica el profesor Walter Díaz en el cuaderno del Centro Universitario para el Acceso (CUA) de la Universidad de Puerto Rico recinto de Mayagüez titulado “Universidad y Capital humano: Clase social y logro educativo en Puerto Rico”. Por el contrario, los estudiantes provenientes de las escuelas privadas de la isla estaban sobrerepresentados, siendo admitidos el 76% del total de estudiantes de escuela privada que solicitaron al sistema UPR.
Promover un mayor acceso a los jóvenes en desventaja a la universidad pública es un gran reto que tiene la UPR. A su vez, la institución cuenta con el equipo tecnológico necesario para navegar en el internet, obtener y compartir información, pero la modificación del aula educativa y la minimización de costos tecnológicos son áreas que falta atender para que la institución llegue a una era digital más completa y eficiente, que a su vez redundaría en mejores oportunidades para esos alumnos.
En entrevista con Prensa Comunitaria, el catedrático de psicología de la UPR-Mayagüez, señala que los recintos de la UPR invierten alrededor de 175 mil dólares en licencias para poder utilizar las aplicaciones y programas de computadoras. “En tiempos de una crisis económica, me parece que eso tiene que ser repensado. La ventaja principal no es el valor económico, no es el único”, manifiesta Núñez. “Es un asunto de filosofía, de actitud hacia el mundo, hacia los demás”, añadió. Para este profesor, la universidad debe revisar sus currículos y su enfoque para comprender que la función de un educador dentro de esa institución no debe ser únicamente la de ofrecer contenido. Núñez asegura que ésta práctica era válida hasta antes de la llegada de internet. Pero por medio de ésta herramienta, se lee y analizan una serie de contenidos muy parecidos a los que se recibe en el salón de clase hoy día. “Estamos repitiendo lo que hay a través de internet, estamos leyendo lo que el estudiantes puede acceder del internet, y lo puede hacer desde su casa. El profesor tiene que redefinir su función dentro del salón de clase. Este es un facilitador, un guía, alguien que promueve la discusión y la reflexión crítica sobre los contenidos que deben conocer. Ese asunto de funcionar como si el internet no fuese una realidad, afecta mucho el desarrollo de la universidad”.
Por su parte, los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (UPR) que fueron protagonistas de un año de huelgas, incluyeron entre sus reclamos uno en relación al tema del uso de herramientas de código abierto. Para Núñez, el reclamo de los estudiantes es muy válido, ya que existe la necesidad de establecer políticas claras en relación al uso de programas y aplicaciones de código abierto en las universidades que beneficien a la misma. De alguna manera los gastos de la universidad pueden reducirse y por otra parte, el uso de herramientas de acceso abierto permiten una mayor interacción educativa para los estudiantes. “El uso de programas y aplicaciones de “Open Source” se puede ir reforzando hasta llegar el momento de decir que nosotros somos una universidad de acceso abierto”. Se puede comenzar con el manejo de cursos en línea y el uso de programas operativos y de oficina con código abierto (gratuitos). Según el profesor, no se estarían adoptando nuevas estrategias ni se estaría entrando en prácticas arriesgadas ya que en otras universidades alrededor del mundo han tomado acción con la práctica del acceso abierto y han tenido mucho éxito.
Entre los ejemplos de éxito, se encuentra el Massachussetts Institute of Technology (MIT). Esta universidad cuenta con un “Open Course Ware (OCW) lo que representa la publicación virtual del contenido de los diversos cursos que se ofrecen en dicha universidad. La página contiene alrededor de 2,000 cursos en línea con herramientas educativas como videos del curso que pueden ser vistos en vivo o grabados después de ofrecido el curso, transcripciones de lo discutido en clase y ejercicios de práctica. El servicio es gratuito y de libre acceso para todos los usuarios alrededor del mundo. Esta plataforma tiene varios beneficios y entre ellos permite que los estudiantes matriculados en MIT puedan repasar sus notas y aclarar dudas de sus cursos accesando a los mismo en tiempos alternos a la clase y en la comodidad de sus hogares u otros espacios preferidos. Otra ventaja de tener un OCW es que personas que no están matriculadas en MIT, porque están a distancia o no pueden pagar por la educación formal de ésta, pueden de manera autónoma tomar los cursos que deseen porque cuentan con todos los recursos necesarios. Es un intento por democratizar el conocimiento.
Otro ejemplo del uso exitoso de herramientas de acceso abierto lo vemos dentro del mismo sistema de la UPR con el uso de Moodle. Este es un recurso en línea abierto que permite que las universidades lo adapten de acuerdo a sus necesidades para que integren material educativo de sus cursos y los mismos sean compartidos con sus estudiantes. Los recintos de Mayagüez y Cayey son algunos de los que hacen uso exitoso de Moodle. Núñez indica que en el recinto de Mayagüez los administradores del recito le han podido hacer cambios a la plataforma de acuerdo a sus necesidades, y esto ha sido posible porque el código de Moodle es abierto. “El apoyo que se obtiene a través de Moodle es un apoyo muy bueno. Hay también cientos de foros de desarrolladores para el mismo. Hay un mundo de posibilidades cuando empiezas a explorar y a integrar Moodle como un sistema para manejar los cursos, tanto para los presenciales como para los cursos a distancia”, añadió el catedrático.
Los reclamos de los estudiantes de la UPR relacionados a los beneficios del acceso abierto van tomando fuerza cuando encontramos historias exitosas que evidencian la validez de los recursos de acceso abierto. Se observa que la universidad cuenta con escasos recursos educativos en las bibliotecas, se paga una cuota a causa de la crisis económica de la universidad, mientras que los profesores no ven ascensos en más de tres años. Por tales razones, “uno tiene que mirar y decir qué cosas yo puedo integrar del acceso abierto, que nos convienen en ahorros económicos, por ejemplo, y otras razones válidas. Y eso se tiene que dar a nivel del gobierno”, asegura Nuñez.
* Este texto fue publicado en Prensa Comunitaria, aliado de 80 Grados.