¿Hasta qué punto el arte puede significar una ruptura con el oficialismo estético institucional?
[A continuación hago pública una carta cursada al Decano de Humanidades, Dr. José Luis Ramos Escobar, sobre puntos de vista estéticos y semióticos que afloraron a partir de una amonestación suya hacia unas manifestaciones artísticas en el Edificio de Bellas Artes de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Debemos indagar qué verdaderamente está detrás de dicha represión estética. ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones, agendas o motivaciones? Si bien es cierto que el arte es transformador, sus mensajes individuales o dentro del contexto institucional molesta en demasía a la Administración Universitaria. Les dejo con la carta al Decano].
… en respuesta a su carta del 13 de abril de 2011.
Señor Decano Ramos Escobar:
Primeramente agradezco la oportunidad de apertura de un dialogo intelectual hacia las artes visuales que, a pesar suponemos debiera ser parte de las gestiones del decanato de humanidades, es la primera vez que ocurre. Menos intencional que necesario pero no menos importante.
Su carta hace referencia a una supuesta vandalización de mi parte hacia el Edificio de Bellas Artes, que dio paso a una querella por daños a la propiedad, en un evento ocurrido durante mi clase de Fundamentos de las Artes Visuales I el sábado, 9 de abril de 2011. La violación la describe como: “manchas de pintura en el piso del pasillo y la pared frente al taller de pintura” en el Edificio de Bellas Artes.
Usted cita el Reglamento de Talleres donde observa:
- Ningún estudiante podrá sacar equipo de los talleres sin la debida autorización.
- Cada estudiante es responsable por el orden y limpieza de los talleres, baños y áreas circundantes.
- El profesor velará porque sus estudiantes dejen el área de trabajo limpia y en orden.
Pienso que no he incumplido con el Reglamento anterior por las siguientes razones. La primera es que dí la autorización para que sacaran sus pinceles y sus canvas del salón de pintura (no sabía que era un crimen); la segunda el ambiente posterior a la clase estaba limpio, despejado de cualquier desorden con los materiales recogidos y guardados y tercero el pasillo y taller estaba recogidos, no hubo ningún evento en el baño que sepa. Es importante resaltar aquí que no considero manchas de pintura en el piso de un edificio de artes plásticas como algo “sucio” pero luego expandiré ese concepto.
Lo siguiente en su misiva reza para que no entremos en los pormenores del ocurrido e insta a que yo, con mis estudiantes, limpiemos el 16 de abril, el área donde ocurrieron las manchas de pintura, removiendo cualquier resquicio de pintura del piso y pared. Discuerdo de Usted, pienso que es una gran oportunidad y muy enriquecedor entrar en estos pormenores y debatirnos intelectualmente extendiendo el debate a la comunidad por lo que me interesa hacer pública nuestra controversia.
Para empezar dicha discusión, quisiera reiterar de que si me hubiese consultado antes de hacer la querella le hubiese explicado que tales manchas eran el resultado de un proceso creativo descrito en el silabus del profesor como un ejercicio de pintura en grandes formatos (más de 6 pies a lo largo y ancho) teniendo a Jackson Pollock y los expresionistas abstractos como reyhanac principal referencia. Dicho ejercicio consta en al menos tres de los silabus de los profesores que impartimos dicho curso. Es importante para la experiencia sensorial y conceptual de los estudiantes el formato grande para que puedan experimentar y entender los postulados del movimiento expresionista abstracto y para su propia formación personal universitaria y artística. Las pinturas de Pollock eran elaboradas directamente en el piso y este factor es justamente lo que hace de Pollock una importante referencia de la pintura contemporánea en su rompimiento con la perspectiva euclidiana. En un ejercicio de matemática simple, un espacio de 40’ X 20’ no pueden caber más de diez estudiantes con sus canvas de 6’ X 6’ por lo tanto parte de la clase se trasladó al pasillo del edificio de arte. No es la primera vez que eso ocurre, de hecho en pasados semestres “manché” varias veces el piso del taller de pintura y del pasillo del edificio. Como todo en la vida, las manchas desaparecen o dan paso a “nuevas” manchas en un eterno heracletismo.
Consideremos que ese no es el punto y que seguimos teniendo las manchas en el piso, que supongo, es lo que le incomoda. Pienso que posiblemente después de esa elucubración yo puedo entender mejor toda la represión hacia actividades artísticas visuales como las “Pintatas” en los banquitos de la Plaza Antonia y las que varios de nuestros estudiantes fueron agredidos por la fuerza de choque frente a la Biblioteca donde se “manchaban” el piso. Cuántos significados, cuánta vida se proyectaba en aquellos banquitos que luego fueron cobardemente cubiertos con el color de la intolerancia y represión.
Señor decano, quizás nuestras concepciones del arte disten significativamente y le explico sin demora.
Creo que tenemos un problema en la esfera de la estética y la semiótica:
Empecemos de nuevo con la definición misma de la mancha, que Usted la cataloga en su comunicado como algo que podría atentar en contra de “mantener un ambiente de trabajo en armonía”. Pensemos y repensemos el lugar de los hechos. El Edificio de Bellas Artes. ¿Cuántos significantes y significados existirán en dicho lugar? ¿Una mancha de pintura en una escuela de arte significa lo mismo que en un edificio de ciencias o de derecho?
Quizás estos cuestionamientos le parezcan obvios o básicos, pero no lo son. Le cuento una anécdota: En ese mismo grupo de Fundamentos I, a principios de semestre, en el calor de las discusiones teóricas, un estudiante me reta diciendo que éste no le parecía un edificio de arte, y que cuando llegó por primera vez al edificio pensaba estar perdido, que se había equivocado de dirección. En el vaivén fama de las cuestiones de significantes y significados les pregunté qué les transmitía ser el edificio de Bellas Artes y la mayoría señaló que parecía un Edificio de Botánica. Me quedé pasmo. Entonces pasé al ejercicio de cómo visualizaban a un edificio de artes y las imágenes eran opuestas a la realidad, se imaginaban un sitio lleno de paredes y pasillos pintados, vivos y con imágenes variadas.
Entonces en otra clase de un grupo más avanzado les lancé la pregunta de porqué no hacían arte en los pasillos o paredes del edificio que siempre están vacíos… varios me contestaron que temían las represalias o los regaños y otros me decían que al día siguiente sus obras iban a estar en el zafacón o pintados por encima (como ya ocurrió) y por eso no hacían nada. Les dije entonces que lo normal en un edificio de arte es que existan manifestaciones artísticas de las más variadas índoles en todos los lugares posibles incluso en los baños.
La realidad es que el Edificio de Bellas Artes parece un edificio fantasma, vacío de contenido, como un libro sin texto, como un marco sin obra, un teatro sin actores…
Y eso afecta la productividad y formación de nuestros estudiantes. Quisiera resaltar, de igual forma que Usted, la meta numero ocho del Plan de Visión 2016 que dice “se mantendrá instalaciones y espacios que promuevan la labor intelectual y creativo” Un ambiente como lo que tenemos actualmente, con sus paredes vacías y pasillos muertos, no añade en nada a esta visión.
¿A qué se debe esto?
Lo esperado en un edificio de ciencias es que las pizarras estén llenas de fórmulas, de experimentos múltiples, que estén tan llenos de anotaciones que repasen las paredes del aula y invadan las mentes brillantes. Lo esperado en un edificio de artes es que exista una invitación constante a la creación, a la intervención artística, a las manchas, líneas, dibujos e intercambios constantes entre estudiantes y profesores, se espera que esa creatividad no sea restringida solo a “las cuatro paredes del taller” (ref. Bauhaus).
No es lo que tenemos en Bellas Artes, pasillos brillados con cera, pisos limpios a manguera de presión, como si fuéramos un Mueso de Arte; restricciones exageradas de uso y talleres cerrados, paredes inmaculadamente “protegidas” sin ninguna fema obra (vacías) parecen querer aniquilar la semilla de la creatividad, del estimulo y la curiosidad, del atrevimiento y la esperanza, hace de nuestro Edificio un edificio de ciencias (en apariencia) pero estéril cuanto a la creación se refiere.
¿Dé dónde viene esa dictadura estética?
En las escuelas de arte que he frecuentado alrededor del mundo, incluyendo algunas de las más importantes, sin querer mencionar nombres, en los pasillos del ala de pintura era difícil ver el “blanco” de la pared. Murales sobreponían murales, y se trasformaban en transmurales a veces mutantes por las innumeras capas de pintura, estudiantes pintaban y dibujaban en los pasillos cuando en los salones se daban clases. Claro, habían espacios neutrales como las galerías de arte por obvias razones pero infelizmente no es el caso de nuestros pasillos muertos.
Una de las observaciones de la consultora de la Agencia Acreditadora NASAD que nos visitó en septiembre de 2009, era la poca obra de arte visible en el edificio y eso que nos esforzamos por “llenar” todos los pasillos (artificialmente) con obras de estudiantes antes de la visita. Ella nos dijo que los trabajos de los estudiantes y el ambiente artístico de la escuela son dos de los criterios más importantes para medir la eficiencia del currículo. Posiblemente Usted no considere importante nuestra acreditación pero le digo que es el pasaporte para competir por importantes fondos externos federales en el área del arte, principalmente después de que la Escuela de Artes Plásticas de San Juan lograra la acreditación de NASAD..
Pero consideremos que estos no son argumentos suficientemente fuertes para que Usted considere una mancha en el piso como algo más que una violación a la propiedad pública. Volvamos entonces a la dialéctica de la mancha.
Cézanne, considerado padre del arte moderno, decía que la mancha era el factor decisivo en una obra de arte. En sus cuasi paisajes la figura iba poco a poco desapareciendo para dar protagonismo a la mancha. A partir de sus manchas fue posible el surgimiento de la pintura abstracta y por consiguiente todos los movimientos modernos.
Una mancha, entonces, puede significar cosas distintas en lugares distintos, puede incomodar pero también estimular los sentidos. Las manchas en el piso significan actividad, son registros de que algo pasó y una invitación. Una invitación a romper el silencio, a conquistar espacios, a hacer arte.
Como humanistas e intelectuales, antes de entrar en la esfera jurídica a causa de una mancha, deberíamos concentrarnos en la esfera teórica y sacar provecho de la discusión para beneficio de nuestros estudiantes y de nosotros mismos. Al final, ¿No es esta la finalidad de nuestros quehaceres académicos?
Si nada de eso le convence, he decidido darle sentido a la mancha y, con mis estudiantes, hicimos en el día de hoy una intervención conceptual a las manchas del piso y pared. Una estudiante de otra clase pasó, miró el resultado, y dijo: “wow, esto sí me motiva a hacer cosas” Entonce pensé… ya surtió efecto. De esto se trata el arte, señor decano.
Muchas gracias,
Prof. Fernando Paes