72 horas con Vicky
Vicky es un maniquí que durante tres días permaneció atada a una farola en el centro de la ciudad española de Córdoba simulando ser una prostituta. En sus «carnes» ha vivido la vulnerabilidad de las mujeres explotadas sexualmente, una experiencia que una ONG ha documentado en una grabación realizada con cámaras ocultas durante 72 horas, informa EFE.
Mientras algunos viandantes, sorprendidos al encontrarse a Vicky en la calle, le hacían caricias e incluso le daban besos, otros la sometían a vejaciones y humillaciones, tocamientos obscenos o quitándole la ropa.
Y es que a «Vicky, una joven nacida en una pequeña aldea del sur de Brasil, a quien le ofrecieron un contrato para trabajar en un hotel de Córdoba, y al llegar a España le quitaron todo», nadie le devolverá su vida «anímica y psicológicamente desgastada», ha afirmado en conferencia de prensa la presidenta de la ONG Mujeres en Zona de Conflicto, Mila Ramos.
Las 72 horas de vida de Vicky en la calle quiere reflejar la crueldad del oficio de la prostitución y el comportamiento de la sociedad ante este fenómeno de «violencia de género».