911: The Guilty y The Call

Jake Gyllenhaal en
Joe Baylor (Jake Gyllenhaal) es jun policía que ha sido removido de su trabajo en “la calle” porque algo (no sabemos) lo ha sumido en un estrés extremo. Ahora atiende, en el turno de noche en un centro de llamadas al 911, llamadas relacionadas con un gran incendio forestal en Hollywood Hills. Tal parece que los que lo asignaron al trabajo para remediar su ansiedad no saben las cosas que involucran a alguien que responde en 911. Además, Joe está a la espera de una audiencia judicial por el incidente no especificado que ocurrió hace ocho meses, lo que lo tiene también nervioso. Sin embargo, a pesar de que espera volver a su trabajo oficial, ahora se han sumado las llamadas telefónicas de un reportero de Los Ángeles Times pidiéndole una declaración sobre la audiencia.
Poco sabemos si ese tema es el que va a predominar en la cinta y, súbitamente, Nick Pizzolatto, el guionista, y Antoine Fuqua el director, nos lanzan en una trama que se acerca en intensidad a las divagaciones violentas de uno de los carros de la montaña rusa. Creemos que los fuegos y el periodista van a incrementar la angustia de Joe, cuando suena el timbre. Es Emily Lighton (Riley Keough) una joven que no puede hablar libremente, por lo que Joe deduce que ha sido secuestrada y está en un vehículo con su secuestrador. Emily dice que van en una camioneta blanca, pero tiene que colgar antes de proporcionar más detalles. Joe transmite la información al California Highway Patrol (CHP), pero no pueden localizar la camioneta sin más información.
La historia de Emily comienza a complicarse y la tensión del espectador a aumentar según se enmaraña la narrativa que suplen los distintos personajes que tiene que ver con Emily. Las pistas de lo que está sucediendo son complejas y enfatizan cómo una conversación, sin que uno vea a la persona con quien se habla puede ser tomada fuera de contexto. Hay en ello una crítica solapada a las comunicaciones de hoy día que pueden incluir mentiras y medias verdades, o mensajes mal interpretados. La sombra del maltrato de la mujer pesa sobre la situación que estamos viendo, mas, sin saber de qué se trata y qué la induce, lo cual es un punto de vista controvertible.
Resulta que lo que está sucediendo a distintos niveles y bajo circunstancias diferentes tiene que ver con el castigo y la venganza. Gracias a las actuaciones y a la cinematografía de Maz Makhani, y el bien hilvanado guion, la película nos entretiene y nos sorprende con las revelaciones que se nos presentan según avanza a su conclusión. Concretamente, es un thriller que vale la pena y que divierte.
Más oscura y amenazante es The Call, cuya trama también transcurre en un centro de llamadas 911. Jordan Turner (Halle Berry) es una operadora con experiencia en el Departamento de Policía de Los Ángeles. Recibe una llamada de una joven de 15 años, que teme por su vida cuando un hombre irrumpe en su casa. Le aconseja con calma que se esconda, pero, cuando se corta la llamada, Jordan vuelve a llamar. Eso le revela al intruso donde está la niña, y aunque Jordan intenta disuadirlo por teléfono, secuestra a la muchacha. Al otro día se confirma que la chica ha sido asesinada. Afectada emocionalmente por su error de juicio de haber vuelto a llamar revelando así a la asesinada, Jordan decide que ya no puede manejar llamadas de campo. Como el caso de Joe, en The Guilty, el estrés de la heroína la hace alterar su trabajo y seis meses después, su función es entrenar operadores de 911.
Lo está haciendo con un grupo nuevo de reclutas cuando se acerca al escritorio de una de sus colegas y oye la llamada de una adolescente, Casey Welson (Abigail Breslin) que ha sido secuestrada en el estacionamiento de un centro comercial. El hombre la mete a la fuerza en el maletero de un automóvil. Usando un teléfono desechable que una amiga olvidó en el lugar que almorzaron, llama al 911. La operadora es novata, por lo que Jordan se hace cargo. Lo que sigue, como se imaginan, es una odisea por saber el tipo de auto y a dónde se dirige el secuestrador con su víctima.
Si no les hacen caso a los problemas del guion de Richard D’Ovidio, pero siguen la dirección en estacato de Brad Anderson, gozarán del suspenso y de los momentos de guiño en la película. Además, tal vez perdonen que el guionista enfatice la incompetencia de la policía de Los Ángeles. Sin embargo, el thriller funciona si no se aceptan los saltos de lógica y la falta de concentración de los uniformados. Eso sí: Halle Berry se luce.