Adál, in memoriam
Look at the clouds
Look at the size of the breeze
–Pedro Pietri
Adál Maldonado nos deja una obra variada, imprevista siempre. La misma queda como regalo para nuestra posteridad, pues su arte obtuvo más reconocimiento en los Estados Unidos que en su nación de origen. Por lo que a Puerto Rico respecta, es justo coincidir con Frances Negrón-Muntaner de que con Adál, “la historia del arte no se ha puesto al día”; mucho nos queda por descubrir de su labor, particularmente, destacar los lazos que lo hermanan con el quehacer isleño.
La fotografía fue su medio principal, pero no el único. Adál se distinguió igualmente en la producción de libros de arte, objetos de arte, vídeo y, para no dejar de hacer, el teatro musical. Se movió con igual soltura entre artistas activos en los márgenes como entre las celebridades del espectáculo. Reconoció que la labor de todos los artistas –plásticos, literatos, teatreros, danzantes, músicos– forma parte de una misma acción: afirmar la nación boricua que, en su obra, Adál plasmó en mapas, pasaportes, objetos e imágenes, para no dejar duda de su existencia concreta.
De su numerosa y diversa obra, nos inclinamos por una en particular, aquella en la que Adál se dio a la tarea de retratar a la comunidad artística en Puerto Rico. Ya había hecho lo propio en Nuyorico, pero en Puerto Rico ese proyecto adquirió dimensiones inusuales. Dos series principales salieron de este proyecto: una de artistas plásticos, coleccionistas y curadores; otra de poetas. Ambas pueden pensarse como una sola.
Superficialmente, estas series conforman un catálogo de artistas y literatos contemporáneos. Su terminación, una publicación en forma de libro. Pero Adál le dio un giro al proyecto que lo trocó en uno más complejo. Los retratos fueron hechos todos en el mismo lugar y cada artista o escritor posó con el mismo fondo gris/azulado. Las imágenes fueron impresas en tamaño 90 x 90 centímetros, de tal modo que cada retrato tiene el tamaño aproximado de su sujeto. La serie no se ha exhibido, por lo que aquí conjeturamos a partir de piezas vistas individualmente. Imaginamos, con ninguna dificultad, la fuerza que en sala tal muestra tendría: sobre un fondo uniforme igualmente compartido, el junte celebratorio de una comunidad de creadores, en lo que no sería otra cosa que una poderosísima declaración de resistencia e inteligencia de una colectividad que niega su desaparición. Un potente retrato de nuestra nación, en el que comparten un mismo espacio seres con evidentes diferencias de clase, edad, fenotipo, género, manifestadas todas sus contradicciones, concordias y discordias. Un junte que en la vida real probablemente sería imposible. Estremecedora utopía que Adál materializó y nos lanzó como provocación, uno de esos proyectos que permanecen, que nos es imperativo ver.
En estos últimos meses, Adál trabajaba El libro de las nubes. (Tres de esas fotografías acompañan este escrito.) Las nubes no son ajenas al arte puertorriqueño. (Véanse Francisco Oller, John Balossi, Quintín Rivera Toro.) Lo resumió Pietri:
The clouds we at night become
will always be wide awake
on the tropical dance floor
to keep Boleros on the map
of the hometown we never saw
Las nubes de Adál se configuran elegíacas, la despedida de quien se sabe herido de cuerpo, vigoroso de espíritu. Tras toda una vida de mirarse y mirarnos, Adál al final levantó sus ojos para una vez más recordarnos lo que somos: El Spirit Republic de Puerto Rico.
Obras citadas:
Pietri, Pedro. 1992. Illusions of a Revolving Door. Río Piedras: Editorial de la UPR.
—. 2015. Pedro Pietri: Selected Poetry. Eds. J. Flores, P. López Adorno. San Francisco: City Lights Books.