Angelina Jolie: Arrebatadora y Antorcha de Fuego
Cada cuerpo con su propio cáncer en su propio espacio, público o privado, pero como a mí el cáncer se me sube inevitablemente a la cabeza con memorias llenas de delgados films y gruesos libros de papel añejado, quiero desplazar el acto performativo de Angelina Jolie para desempolvar los pechos que imaginara Giovanni Boccaccio en los cuerpos de Marpesia y Lampedo. Conocidas respectivamente como la Arrebatadora y la Antorcha de Fuego, son dos amazonas que ocupan un capítulo entero del libro “Mujeres famosas” (De mulieribus claris)1 , en el cual mi autor medieval predilecto proyecta un imaginario sobre el poder que sugiere una ruptura con el orden patriarcal que relegaba a la mujer al espacio nutricio de la casa para criar y amamantar a los hijos, mientras asignaba al hombre el poder público y su defensa mediante el diestro dominio de las armas. Cuenta Boccaccio que Marpesia y Lampedo fueron hermanas que compartieron el reinado de las amazonas y se llamaban a sí mismas hijas de Marte por su fama y gloria en la guerra. Con la excusa de que la historia de estas hermanas fuera “tan peregrina” a la experiencia de sus lectores, decide comenzar con un preámbulo que contextualiza la “historia” de sus protagonistas (51). Es así como introduce a dos nobles de sangre real, Sylisios y Scolopicus, quienes tras ser exiliados de Scythia, su centro de poder dinástico, se dedican a invadir territorio extranjero ocupando el Río Thermodon en Cappadoccia y llegando a tomar tierras de los Cyrios mediante el robo y el ultraje de sus mujeres (latrociniis, raptu) (51).
Estos dos hombres de “noble” linaje contrastan con Marpesia y Lampedo, cuya fama y nombres serían adquiridos y automodelados (self-fashioned) por medio del valor guerrero. Aún más, el poder real patriarcal que representan Sylisios y Scolopicus se asocia desde el comienzo de la historia con el imperialismo y la agresión, también raíz y fin del poder de la Arrebatadora y la Antorcha de Fuego. Asegura Boccaccio que el asesinato de los maridos y la violación de las mujeres, incitan la venganza de las viudas ultrajadas tomando ellas mismas las armas contra Sylisios y Scolopicus junto a los poquitos hombres sobrevivientes (53). Pero al vencer al enemigo, estas viudas no aceptan dar marcha atrás, negándose a volver a los viejos roles que el patriarcado les asignaba a las mujeres.
Según cuenta Boccaccio, las mujeres deciden entonces matar a los hombres sobrevivientes para remover la idea de que algunas de ellas tuvieran mejor fortuna que otras por haber sobrevivido sus maridos ante los ataques de Sylisios y Scolopicus (53). Sin embargo, al asesinar a los maridos sobrevivientes, la comunidad de viudas no solo evita regresar a un espacio doméstico de subordinación, sino que extirpa cualquier posibilidad de sucesión de poder de orden patriarcal.
Boccaccio afirma que la furia de estas mujeres fue dirigida contra el enemigo “como si” estuvieran vengando a sus maridos (53). No obstante, también es claro que el pillaje y ultraje proveniente de dos hombres, supuestamente “nobles”, van a mostrar que el patriarcado priva a las mujeres del poder público con argumentos sobre una supuesta debilidad física que las relega exclusivamente al mando y cría de los niños. La irrupción en el espacio público de este grupo de mujeres viudas, ultrajadas y guerreras, tendrá que reinventar no solo su rol de mujer en el espacio público, sino la forma de reproducir y continuar el papel maternal para asegurar simultáneamente la continuidad del poder adquirido en el espacio público sin que perezca la especie.
¿Se trata entonces de simplemente ocupar el poder del espacio público negándose a volver al espacio reducido de la casa? ¿Hay alguna diferencia entre la forma en que se configura este nuevo poder de mujeres? ¿Qué las diferencia del poder patriarcal? ¿Qué las hace semejantes? Primero que nada, al eliminarse a los hombres que por fortuna habían superado y sobrevivido la invasión de Sylisios y Scolopicus, las mujeres asumirán ambos roles, el masculino y el femenino. Copulan siempre con extranjeros, manteniendo solo la crianza de las niñas, a quienes educan para asumir un rol andrógino. Con este propósito, todas conservarán el seno izquierdo para lactar, mientras reducen el derecho con fuego y medicinas para que no impida el ejercicio de la arquería (53). El canastillo de hilo y aguja es echado de lado en favor del ejercicio físico marcial, la arquería, para desarrollar a plenitud la fortaleza física del hombre (53).
Sin embargo, las amazonas no se conforman con recuperar las tierras perdidas con la invasión de Sylisios y Scolopicus, sino que adquieren por derecho de conquista una gran parte de Europa y Asia convirtiéndose en el terror de todos (53). El privilegio predominante del ejercicio y fortaleza física masculinos incita a la agresión imperialista. Aun así, habrá también una diferencia radical respecto al ejercicio de poder patriarcal previo, pues la autoridad será delegada en Marpesia y Lampedo por su valor guerrero y no por una herencia basada en el linaje (54-55). Ambas hermanas alternarán los espacios de poder: mientras una se queda vigilando el reino a nivel doméstico, la otra se dedica a subyugar a sus vecinos (misión imperial) (55). ¿Será que para arrancar la violencia imperialista no basta con erradicar el poder jerárquico masculino basado en el linaje? ¿Puede una meritocracia conseguir y preservar el poder asumiendo la feminidad y masculinidad al mismo tiempo, sin supeditar los pueblos vecinos, extranjeros?
Cuenta la historia de Boccaccio que en una ocasión, mientras Lampedo sale a la guerra, Marpesia, demasiado confiada, es invadida por vecinos bárbaros. Aunque sucumbe a la domesticidad descuidando la defensa guerrera y fortaleza física, Marpesia (la Arrebatadora) sobrevive en sus hijas, ahora subyugadas bajo dominio extranjero, pero nunca se supo nada del destino de Lampedo (la Antorcha de Fuego). ¿Cómo ocupar el espacio público y el privado sin rayar en la violencia física que quema al otro ni la pasividad maternal que arrebata lo propio?
Angelina Jolie ha ocupado el papel de Antorcha de Fuego como protagonista de varios filmes de Hollywood. A fuerza de belleza y talento nos arrebató a Brad Pitt sin posibilidad de competencia alguna, pero su “opción médica” de amputarse ambos senos, lejos de ser un arrebato para abrirse con fuego un espacio en las pantallas de Hollywood, es una apuesta a la supervivencia propia y al disfrute de sus críos en un espacio semi-público-privado.
Se trata de una lucha que desde cuerpos y espacios diversos, libramos casi todas las mujeres. En cambio, las pacientes de cáncer compartimos un secreto que apenas atisbó la niña que fue Angelina Jolie ante el cuerpo moribundo de su madre. Porque, de haber sobrevivido, la misma quimioterapia que le hubiese salvado, le habría matado los óvulos lanzándola a una postmenopausia prematura. La debilidad de los huesos no habría alcanzado para cargar ni la “pechonalidad” ni el sujetador que contuvieran las que una vez fueran las dos fuentes nutricias de una futura diva. Una doble mastectomía para evitar el cáncer es tan radical como la decisión de una paciente de cáncer que triza óvulos y huesos con tal de estarse un ratito al lado de sus seres queridos. No importa cuán buenos sean el Brad Pitt o la Angelina con quien criamos nuestros hijos, amputaríamos lo que fuera no con tal de ganar un reino, sino una antorcha de fuego que le arrebate un minuto a la vida.
Ni las canas entintadas, ni las cremas más exquisitas, pueden devolverle a una paciente de cáncer la lozanía nutricia de su cuerpo. Un simulacro de hormona, contenido en una píldora, es la opción que tiene una sobreviviente de cáncer para que no la arrastren sus propios huesos. Pastilla que deberá dejar de tomar treinta días antes de cada viaje en avión, porque aunque sufra nuevamente calentones menopáusicos, evitará un espectáculo tromboflebítico en medio de su próximo glamoroso vuelo transatlántico. Angélica bonita, su madre murió para que usted sea, además de madre y actriz Arrebatadora, emperatriz y Antorcha de Fuego de su propio cuerpo. Sin haber pisado jamás su espacio público fílmico, ni habitar su glamoroso cuerpo, Angelina Jolie, yo la comprendo.
Obras citadas
Amazon Warriors: Female Warriors Grave of Eurasia. 8 Sept. 2010. Monty’s World. Blg. 10 Nov. 2012.
“An ancient Greek vase…” The Persian Lioness: Iranian Women in History. N.d. Kaveh Farrokh.com. Web. 10 Nov. 2012.
Boccaccio, Giovanni. “De Marpesia et Lampedone regines amazorum”. Famous Women (De mulieribus Claris). Ed. y trad. Virginia Brown. Cambridge; London: Harvard UP, 2001.
File:Woodcut illustration of the Amazons Lampedo and Marpesia – Penn Provenance Project.jpg. 3 Jul. 2012. Wikimedia Commons. 10 Nov. 2012.
Jolie, Angelina. “My Medical Choice”. 14 May. 2013. The Opinion Pages. The New York Times. Web. 15 May. 2013.
- Virginia Brown identifica las siguientes fuentes medievales como las más cercanas a la narración de Boccaccio.
-Justinus. Epitoma Historiarum philippicarum Popei Trogi II.4.1-16.
-Orosius. Historiae adversus paganos I.15.1-6. [↩]