Un inesperado encuentro con Fredric Jameson (1934-2024): dialéctica, cabras y revolución intelectual
«Una tarde de verano, hace diez años, recibí un correo que pensé era la broma de un amigo. El remitente era Fredric Jameson, un autor a quien admiraba y jamás había conocido. Nervioso, casi cierro la computadora, pero al ver que el mensaje provenía de la Universidad de Duke, comprendí que era auténtico. Jameson, tras leer un manuscrito mío, quería que nos reuniéramos en Connecticut. El encuentro fue una experiencia inesperada: almorzamos sándwiches, charlamos sobre dialéctica y crítica posmoderna, sin defensas ni pretensiones. Me impactó su humildad, viviendo en una granja rodeado de cabras. Esa tarde, Fred me enseñó que el rigor intelectual puede ser profundamente generoso.»