Barras Bravas : la pasión por el fútbol
Pasión: acción de padecer;
Sentimiento muy intenso que domina la voluntad y
puede perturbar la razón, como el amor,
el odio, los celos o la ira.
Aunque he estado siguiendo los juegos de postemporada de la NBA y la noche del jueves 14 de mayo era el sexto juego entre Cleveland y Chicago, una serie que había estado bien buena, sabía que también era el tercer enfrentamiento en dos semanas entre los archirrivales River Plate y Boca Juniors de Argentina. Mi plan era estar cambiando entre el baloncesto y el fútbol, pero cuando puse el partido de fútbol y vi la entrada de Boca Juniors a su mítico estadio La Bombonera, ya no lo cambié más. Si me impactó cómo el público recibió a su equipo entre bengalas, confeti, bombas y cánticos lo cual hacía que La Bombonera literalmente resplandeciera, lo que vino después, desafortunadamente al comienzo del segundo tiempo, hizo que me quedara pegada toda la noche y ahí mismo decidir escribir sobre este tema. Aunque el tema de la violencia en el deporte, sobre todo en el fútbol, es uno que llevo tiempo dándole vuelta y, ver esa noche a los jugadores de River Plate afectados por el gas pimienta que le tiraron cuando se aprestaban a salir al campo a jugar el segundo tiempo, me impactó muchísimo, y a la vez me entristeció (sigo siendo una romántica del deporte y esa extraña relación entre el aficionado y su amor por un equipo), también me prendió la curiosidad de investigar más a fondo este tema. No solo es la violencia per se en el deporte, sobre todo entre fanáticos, sino lo que significa la pasión, ya que lo más que me sorprende es la aparente contradicción de ese aficionado que ama tanto a Boca, que supuestamente sin pensarlo le echa gas pimienta a los jugadores del eterno rival, pero que con sus actos le causó un gran problema a su equipo.
Pasión Xeneize
Siempre me gustó Boca, no se, quizás porque fue donde brilló Maradona que tanto me apasiona, quizás porque es uno de los grandes de América Latina y porque tiene una historia mítica, llena de anécdotas fascinantes. Aunque la historia de Boca Juniors no es el motivo principal de este escrito es importante señalar algunos datos. Por ejemplo, es uno de los muchos equipos de fútbol en América Latina que fueron creados por inmigrantes europeos que llegaban en barco a los puertos latinoamericanos. En el caso de Boca fueron italianos, en su gran mayoría provenientes de Génova, por lo que a los aficionados del club se le conocen como “xeneizes”, que es el gentilicio para los genoveses en este dialecto italiano, que llegaron al barrio portuario de La Boca. Desde que fue ascendido a Primera División en 1913 (fue fundado en 1905), Boca nunca ha descendido y es uno de los equipos más exitosos no solo en Argentina, sino en América Latina, incluso a nivel internacional, ganando algunos títulos importantes. Es uno de muchos equipos de fútbol que cohabitan en la ciudad de Buenos Aires, la ciudad del mundo con más estadios de fútbol, por eso las rivalidades son tan intensas, pues son entre vecinos. Aunque la composición de su vasta fanaticada ha variado, la impresión generalizada del fanático de Boca es uno proveniente de clases populares, ya que es así el barrio en el que se encuentra su estadio en el sur de la ciudad y como toda identidad, se refuerza su construcción con un opuesto, en este caso el archienemigo River Plate, que aunque también fundado en el mismo barrio, ahora juega en el barrio acomodado del norte llamado Núñez y cuyo apodo son los millonarios.
Los aficionados de Boca son de los más famosos, su hinchada es conocida como “La 12” (en referencia al duodécimo jugador, además de los 11 jugadores que componen el equipo de fútbol) y sus canciones y pasión al animar son de fama internacional. La Bombonera, como se le conoce a su estadio, se dice que “late”, pero realmente es que cuando está lleno, la hinchada no para de cantar, bailar y saltar, y hace que “vibre”. Como decía, siempre me gustó Boca y cuando fui a Buenos Aires por primera vez puse entre las prioridades junto a ir de librerías, escuchar tango y comer empanadas y asados, ir a un juego de Boca como local. A la alegría de saber que jugarían como local en esos días se sucedió inmediatamente una tristeza al saber que estaba clausurado por una sanción por un incidente que había ocurrido semanas antes, también en la Copa Libertadores. Era la vuelta contra el equipo mexicano Chivas de Guadalajara y en la ida Boca había perdido 4-0. En la vuelta, con un 0-0 que los eliminaba, al faltar diez minutos, el jugador mexicano Bofo Bautista hizo gestos a la hinchada, el delantero de Boca Martín Palermo lo increpó y expulsaron a ambos jugadores. Luego un aficionado saltó y entró a la cancha para golpearlo y cuando el delantero mexicano trató de salir del estadio, le cayó una lluvia de proyectiles. También el entrenador de Boca, Jorge Benítez, lo escupió. El partido no terminó y la Conmebol suspendió el estadio por tres partidos. Así, en medio de este relato, llegué a Buenos Aires y tuve que presenciar el partido en la cancha de San Lorenzo, Boca jugando como local. Aunque quedé fascinada por la variedad de canciones, cómo no pararon de animar ni antes ni durante ni después del encuentro, y por la pasión y energía vibrante que se vivía, también me impresionó que, por ejemplo, antes de entrar nos dividieran a las mujeres y hombres para el cateo. También que nos pedían que abriéramos el abrigo para ver de qué color era nuestra camisas y si coincidían o no con las del equipo donde nos sentaríamos, etc. Aunque en ese momento yo solo había ido a dos encuentros de fútbol en mi vida y habían sido en Brasil, donde también se vive la pasión intensamente, me impactó este nivel, pues sentía que era pasión raspando en locura o delirio y muy cerquita de la violencia. De hecho, el tema de las similitudes/diferencias con las que se vive el fútbol en los dos gigantes latinoamericanos es uno que me interesa mucho y quisiera seguir explorando. Luego en el viaje pude visitar La Bombonera y su museo, pero me quedé con las ganas de presenciar un partido allí.
Fútbol en Argentina
Una vez alguien me comentó que los más apasionados del fútbol en el mundo eran los italianos y argentinos, lo cual no me sorprendió dada la influencia italiana en Argentina. En estos años en que llevo siguiendo el fútbol como aficionada y académica, he constatado esta pasión, con muchos matices. Desde las cosas más lindas, como el privilegio de presenciar cómo enloquecen por sus equipos profesionales o la selección nacional al punto de llorar de emoción1, hasta los aspectos negativos, como el de la violencia o las implicaciones políticas y económicas de las barras.
Hay varios ejemplos de lo que podría determinarse como locura en el fútbol (y por el fútbol) de los argentinos, como el video que se hizo viral del aficionado de River que presencia cuando su equipo desciende2, que demuestra la pasión a unos niveles cercano a la locura. Pero más sorprendente aún es escuchar a un narrador de la televisión insultar a un árbitro usando palabras soeces, y que lo haga recurrentemente, esto ya es sintomático de cómo la pasión desarbolada permea todos los niveles y es impune, todo vale y está justificado por “la pasión”3. Aunque no es violencia física, esta violencia verbal es una expresión importante que no se aleja mucho de la violencia que sí es física y que tantos problemas le ha causado al fútbol argentino.
El tema de la violencia en el fútbol no es exclusivo de Argentina. En Europa fue un problema de graves proporciones en algunos países, el cual se ha controlado bastante, por ejemplo en Inglaterra, con medidas muy estrictas a nivel nacional y de la UEFA (el organismo que rige el fútbol en Europa). Aún así, en España hubo un muerto recientemente (la rivalidad era principalmente por motivos ideológicos, entre barras de derecha e izquierda), y en Italia hay incidentes frecuentes, aunque no tanto como antes. Pero en países como Rusia, es un problema actual y en crecimiento. En Argentina, a diferencia de Rusia, la violencia no la desatan diferencias raciales o étnicas o entre nacionales y extranjeros, sino que es un problema entre rivales, con la peculiaridad de que mientras lo normal es que sea entre rivales de equipos diferentes, en Argentina, el fútbol es un negocio tan poderoso y millonario, que acaban a veces peleando entre barras e hinchas del mismo equipo por tener control de la barra4, claro, también pelean muchísimo entre los fanáticos de equipos contrarios. La lista de problemas de violencia en el fútbol argentino es vasta y ha llegado al punto de que hace varios años los partidos se juegan sin aficionados de los equipos visitantes, porque simplemente la presencia de ambas fanaticadas en un mismo espacio, aún con las divisiones físicas con verja, policía o espacio sin que se puedan tocar, no era suficiente para garantizar la seguridad. O sea que gracias a la violencia se ha perdido parte del espectáculo deportivo que es la rivalidad entre hinchadas, cantarse de unas a otras, etc.
Otro aspecto que es peculiar del fútbol argentino es la politización del deporte a todos los niveles. Por ejemplo, las elecciones para elegir los presidentes de los clubes más importantes se vive con pasión similar a las elecciones presidenciales. Más aún, los personajes se pasan entre los clubes y la política con mucha facilidad; por ejemplo, el actual alcalde de Buenos Aires durante ocho años y futuro candidato a la presidencia del país, Mauricio Macri5, fue presidente de Boca por doce años y usó el club como plataforma y trampolín para su carrera política, sobre todo por la exposición y visibilidad que le provee la actividad más popular en Argentina. Pero él no es el único, es muy común, y actualmente pasa en la izquierda y la derecha, en el kirchnerismo, los líderes del movimiento obrero y los del mundo empresarial, todos buscan su espacio en la vida pública a través del fútbol. Por ejemplo, el jefe del gabinete Aníbal Fernández preside el club Quilmes y otro de los candidatos presidenciales, Sergio Massa, presidió Tigres, mientras que uno de los sindicalistas más conocidos, Hugo Moyano, lidera Independiente. El entramaje entre fútbol, política y poder económico crea un cocktel explosivo que ha ido deteriorando el fútbol argentino en muchas facetas.
El aspecto económico es muy importante pues las barras han pasado a controlar la reventa de las entradas, plazas de estacionamiento y parte del merchandising, lo cual les da un control económico que muchos estiman en 100,000 dólares por partido. Ellos a su vez tienen mucha influencia en el liderato de cada club y éstos, por una combinación de temor y conveniencia, los dejan operar con impunidad, lo cual imposibilita su control y la eliminación de las mismas es algo lejano, por la falta de injerencia del gobierno.
Barras bravas
Aunque no soy sicóloga, me interesa mucho la psiquis del hincha, desde el que es pacífico pero sumamente apasionado, hasta el violento. Hay muchos trabajos escritos sobre este tema6, tanto genéricos como de países específicos. Me remonto nuevamente al jueves 14 de mayo, en casa cambiando entre el juego de la NBA y el de la Libertadores. Sin duda los aficionados de Chicago sienten una inmensa pasión por su equipo y se lo hacen saber gritando y aplaudiendo y a su vez abucheando a la estrella principal del otro equipo, LeBron James, en este caso. Comoquiera, es inevitable que cuando cambio el canal y veo la entrada de Boca a La Bombonera, se me pone la piel de gallina (con perdón de los aficionados de Boca, ya que le llaman a los de River “las gallinas”), es simplemente un ruido ensordecedor, que el propio narrador se le hace difícil de describir. De hecho, justo hace varias semanas, con motivo del primero de los tres clásicos, un escritor del diario español El País hizo una crónica del partido, en la que afirmaba que el verdadero espectáculo estaba en las gradas7. Recuerdo, que viendo esta entrada, le envié un mensaje de texto a mis padres y esposo diciéndole que de regalo de 40 años quisiera ir a un Boca-River. Así, ya no cambié más, y aunque honestamente en términos futbolísticos el partido no era bueno, me divertía con la pasión que bajaba de las gradas. Hasta que regresaron del medio tiempo y cuando los jugadores de River salieron del túnel (en muchos lugares en América Latina los jugadores del equipo visitante salen del vestuario a la mitad del campo a través de un túnel por motivos de seguridad) y ahí mismo veo a algunos afectados por una sustancia que parece gas pimienta. Por la próxima hora y media no lo cambié, atónita y con la expectativa de ver que pasaba y saber cómo había pasado. Después de la espera, y con los jugadores aún afectados por el gas pimienta en sus rostros y espaldas, suspendieron el partido. Al otro día leí que los jugadores de River tuvieron que esperar más de una hora luego de suspendido el encuentro para poder salir, pues las veces que lo habían intentado les habían lanzado cosas y habían tenido que retroceder. Y también, que cuando los jugadores de Boca salieron, antes se dirigieron a “la 12” y les aplaudieron, lo cual para muchos fue una señal de aprobación de lo sucedido, aún cuando luego se vio que no fue uno de ellos el que causó el acto de agresión.
“No pensé que había cámaras”
Desde que sucedió el incidente con gas pimienta, habían dos preguntas importantes: quién lo hizo y qué sanción se le daría a Boca. Como este partido era de la Copa Libertadores (la versión latinoamericana de la UEFA Champions League), la CONMEBOL (Confederación Sudamericana de Fútbol) y no la AFA (Asociación de Fútbol Argentino) eran los responsables del castigo al club. A Boca le confiscaron el partido, o sea, lo dieron por terminado en el primer tiempo, y como iba 0-0 y River había ganado la ida 1-0, pasó River a cuartos de final. Además le dieron cuatro partidos de penalidad que tendrá que jugar a puerta cerrada y 200,000 dólares de multa. Para muchos, las sanciones contra el club debieron ser más severas, sobre todo respecto al estadio, ya que se trata de un problema de seguridad. Y hay rumores que la FIFA está molesta por la suave sanción de la CONMEBOL que le quitaría media plaza a Suramérica del Mundial del 2018 en represalia. El presidente de Boca, Daniel Angelici, apeló la sanción en la Conmebol y dijo: “No creo que sea problemas de barras…creo que es un armado interno político que aprovecha la intencionalidad de un año electoral en Boca… Podemos enumerar muchas cosas que sucedieron en el último año en el club y saben que tienen trascendencia en la política nacional”. También él justificó la falta de seguridad como algo que es inevitable, al menos en América Latina: “¿Qué más tiene que hacer el dirigente? ¿Revisar a los 50.000 personas? También pagamos operativo y seguridad privada y entran banderas, las bengalitas que están prohibidas y, como en el reglamento no hay un artículo que permita la descalificación, la Conmebol lo hizo por la sumatoria de infracciones a ese reglamento, que está muy bien para competir en Suiza pero no en el fútbol sudamericano. Sería ideal ir hacia eso, a jugar como en estadios europeos, pero hay que ver de dónde salen esos recursos para lograrlo.”
Cuando comenzaron a salir los videos del incidente, se ve que en el área detrás del túnel no hay seguridad, que es lo que permite que aficionados se acerquen a la valla, la rompan y luego rompan la goma de la manga del túnel, a través de la cual echan el gas pimienta. También, en medio del incidente, sobrevuela un dron con un fantasma con la letra B, en referencia a cuando River descendió, esto obviamente también presenta un problema de seguridad.
En los videos se identifica al autor de los hechos, un hincha conocido como el Panadero Napoligtano, un socio de Boca, conocido por su fervor al estar siempre identificado con los colores del club, que viaja frecuentemente con ellos a compromisos internacionales. El llamó a un periodista y dijo que cuando se dio cuenta de lo que había hecho “se quería morir”, pero la referencia que hace es “que no sabía que habían cámaras”. Y es aquí que me pregunto, este aficionado de Boca que ha dicho que respira su pasión, que nació siendo de Boca, no pensó que el principal afectado de sus actos sería el club de sus amores? Me pregunto si al no tener la posibilidad de agredir al hincha rival (al no haber aficionados de River en el estadio) cargó su furia contra los jugadores rivales. Esto es un acto que es premeditado y aún hay interrogantes, algunas de ellas que apuntan a la posibilidad de algún cómplice en el estadio, pues él salió de allí sin que nadie lo increpara. Ya un juez firmó que no hay prisión para él, y el delito es uno leve, por lo cual probablemente no cumpla cárcel en el futuro. Ahora habrá que ver cuál será su sanción verdadera, para él me refiero, probablemente le quiten su carne de socio y no pueda volver a entrar a La Bombonera. Además de que los hinchas de “La 12” y otros grupos no deben estar muy contentos con él, pues con la eliminación de la Libertadores perdieron mucho dinero y la posibilidad de que Boca ganara un titulo continental importante.
De la passio al pati
La etimología de “pasión” viene del latín passio y éste a su vez del verbo pati o patior, que significa padecer, sufrir, tolerar. Muchas veces viendo estos aficionados de la manera que enloquecen por sus equipos, me da la impresión que viven su lealtad y afición como un padecimiento, y que incluso el goce es siempre al borde del sufrimiento. Volviendo a esa noche, viendo los aficionados de los Chicago Bulls, no es que no estuvieran sufriendo la cercana eliminación de su equipo ni sientan pasión por su equipo, pero hay algo que no es igual. Yo he vivido rivalidades fuertes en Estados Unidos, por ejemplo en primera persona la de los Yankees versus Red Sox.Aunque es intensa, he visto cómo se mezclan fanáticos de ambos equipos, sentados unos al lado de otros sin causar problemas y ni siquiera dividiendo la fanaticada dentro del parque en los juegos de estos equipos tan rivales. No se si haya una explicación, pero para mi lo que hizo el Panadero Napolitano y muchos de los hinchas del fútbol argentino solo se puede abordar entendiéndolo como una pasión, un sentimiento, un padecer que va desde lo sublime a lo inexplicable, como tirarle gas pimienta a los rivales y así, incitado por un amor incontrolable, eliminar a tu equipo amado del torneo…
- Narradores lloran cuando Argentina pasa a la final de la Copa del Mundo en Brasil, luego de la tanda de penales contra Holanda, a partir del min 7:40https://www.youtube.com/watch?v=Syy9Uni84eQ [↩]
- https://www.youtube.com/watch?v=dGzNtWQF8nQ [↩]
- https://www.youtube.com/watch?v=pJSVLswPGQw [↩]
- Este es un documental sobre las barras bravas en Argentina del Canal +https://www.youtube.com/watch?v=FyhpFOLnMSQ [↩]
- Hay un excelente artículo del Profesor Carlos Forment sobre este tema, “The Democratic Dribbler: Football Clubs, Neoliberal Globalization, and Buenos Aires’ Municipal Election of 2003”. Public Culture 19:1 [↩]
- La bibliografía sobre este tema es amplia, quien le interese el tema le puedo referir algunos textos. [↩]
- Carlos E. Cué. “El espectáculo está en la grada” publicado el 5 de mayo de 2015 http://deportes.elpais.com/deportes/2015/05/04/actualidad/1430709126_741400.html [↩]