Carmen Yulín y su futuro

La participación o no en las elecciones coloniales es un asunto táctico, de categoría secundaria, es un juicio concreto ético, político e histórico pertinente al periodo electoral y estamos muy lejos del 2020. El procedimiento de descolonización es un asunto permanente, constante, estratégico, de mayor alcance y trascendencia. Son muchos los frentes y medios necesarios para adelantar el proceso de descolonización y lograr la plena soberanía de nuestro país.
¿Qué va a hacer Carmen Yulín, cuál es su programa y plan político futuro y el colectivo para empujarlos? Debería contestar estas preguntas lo más pronto posible. Entonces, con esa información, las fuerzas patrióticas y progresistas tendrán mayores elementos y estarán en condiciones de tomar las decisiones de tácticas y estrategias que más ayuden a adelantar un procedimiento descolonizador y plan solidario de país, ya sea en la independencia nacional, que es lo que favorecemos, una tendencia histórica o un régimen de soberanía aceptable en el derecho internacional como lo es la libre asociación, que también tiene seguidores según se constató en el plebiscito del 2012, aunque no es sabio sobre estimar los números porque esa fórmula se valió de la legitimidad en el populismo de la etiqueta ELA soberano, frente a la decisión oficial del PPD de exhortar a votar en blanco en el segundo apartado de la papeleta de votación. Cómo los comicios electorales de índole táctica, participando o no, se puedan interrelacionar con la tarea estratégica de un plan procesal de descolonización del país, es asunto que no está maduro para ser calibrado en este momento de hoy.
Lo que sí está claro hoy y siempre es que si Carmen Yulín decide continuar su carrera política exclusivamente dentro del PPD colonial, para participar en la política colonial electorera tradiciona,l para administrar la colonia, pues corre encima de un cadáver, se embriagaría con el poder, se destruye como líder de futuro y no adelantaría para nada su pensamiento anticolonial. Si se decide a participar activa y públicamente en la construcción de un frente amplio con un programa descolonizador y solidario para terminar con el arreglo colonial y cualquier forma de coloniaje -que debe comenzar pronto si esos son sus planes para que todo el mundo haga su composición de lugar y se puedan iniciar procesos conducentes a acuerdos formales de las fuerzas patrióticas, progresistas y anticoloniales- pues eso añadiría mucho y todas las fuerzas patrióticas y solidarias deberían empujar ese proyecto. Lo importante es educar a los electores a que asuman una postura anticolonial fuera de la cláusula territorial para construir un nuevo bloque histórico que sustituya el bipartidismo servil.
En un procedimiento descolonizador, el inmovilismo colonial, es decir, el ELA y su partido PPD, tienen que estar fuera de la papeleta. El PPD es un lastre irreformable, inservible, no sujeto a renovación. Los soberanistas tienen que romper de cuajo con esa formación política, salirse, fundar otra cosa que sostenga de verdad un cambio en las relaciones políticas fuera del control de la cláusula territorial federal. En ese sentido tienen amplio espacio para enaltecerse, y fundar un movimiento o partido numeroso acorde con nuestro tiempo. Es un contrasentido que un partido cuya razón de ser es el territorio no incorporado colonial, configurado en el ELA, participe en un proceso descolonizador. Sería manipulado por la metrópolis y su élite servil local para continuar perpetuando el colonialismo.