Casa Pueblo depone por un futuro energético
Publicado: 22 de marzo de 2019
Mi nombre es Arturo Massol Deyá*, director asociado de Casa Pueblo, una organización de autogestión comunitaria en Adjuntas, allá en las montañas en el centro de la Isla. Nos dedicamos a programas de educación como el Bosque Escuela, la Radio Comunitaria, el manejo de dos bosques del estado, Bosque del Pueblo y Bosque La Olimpia donde nacen las aguas que precisamente suplen a San Juan. Lo hacemos con economía propia, por la venta de nuestro Café Madre Isla. Ni fondos del gobierno de aquí y ni de allá.
Por generar energía en el lugar donde hace falta y se consume, en el hogar mismo, al día siguiente del huracán María, Casa Pueblo pudo reabrir sus puertas. A diferencia del resto del país que quedó a oscuras, en Adjuntas, Casa Pueblo se convirtió en un oasis energético para la comunidad recibir apoyo mientras la gente recargaba equipos personales o conectaba sus máquinas de terapia respiratoria. De ahí organizamos múltiples tipos de ayudas desde clínicas de salud, medicinas, alimentos, cientos de toldos azules fueron distribuidos mucho antes que FEMA, filtros de agua, motosierras y eventos culturales para la comunidad. Además distribuimos miles de lámparas solares mejorando la calidad de vida en la crisis mientras se aprendía a vivir con una fuente de energía limpia.
Pero el panorama para muchos tras María siguió siendo el mismo de la pobreza. Por ésta y muchas otras razones impulsamos #50conSOL que incluye la creación de comunidades solares. La aspiración es provocar un cambio fundamental que nos aleje del modelo de generación centralizada basada en combustibles fósiles a una de generación distribuida usando el sol en los techos de nuestros hogares, edificios públicos como las escuelas y comercios. La meta inicial es alcanzar 50% de la generación con el sol para el 2027.
En el sector El Hoyo de Ballajá, unas 10 familias recibieron un sistema de energía solar de emergencia con una pequeña nevera para insulina y/o otros medicamentes así como potenciar energético para una máquina de diálisis o equipos de terapia respiratoria, 55 neveras de alta eficiencia energética fueron instaladas en todos los barrios del municipio pensando en seguridad alimentaria y para normalizar la dieta que por la prolongación de la emergencia representaba exposición a comida chatarra alta en sodio. Luego se energizó una barbería buscando construir un modelo de activación económica que reduzca los costos de operación y sea inmune a las interrupciones cada vez más frecuentes del sistema energético tradicional. De ahí a energizar cinco colmados en barrios distantes que representan las primeras líneas de defensa alimentaria para la gente de nuestros campos. En el tema de comunicación se energizó el primer transmisor de Puerto Rico y el Caribe, Radio Casa Pueblo que ahora opera sus estudios y la torre de comunicaciones 100% con energía fotovoltaica. El primer cine solar abrió sus puertas gratuitas al público en abril de 2018 mientras la casa de Doña Martina en la Calle del Agua se transformó a funcionar 100% solar. Desde entonces hemos completado cinco cucubanos en el Callejón del Sapo, otros tantos en el Barrio La Olimpia, Vegas Arriba, Vegas Abajo, Juan González, Pellejas, Tanamá y Guilarte. Casa Pueblo ya no representa un solitario oasis energético para la comunidad, ya son sobre 60 pequeños casapueblos solares.
El Restaurante Vista al Río, la pizzería el Campo es Leña, dos ferreterías, la casa agrícola, los bomberos, la escuela intermedia, emergencias médicas y el hogar de envejecientes también son solares producto de este esfuerzo de transformación. Es decir, atendemos la crisis ahora para estar mejor preparados en un futuro incierto mientras cambiamos la realidad de un modelo de explotación, ambientalmente inseguro y de empobrecimiento a uno que reduce la huella ecológica y convierte a la gente en productores de su energía. El beneficio del servicio es directo y la riqueza que se genera se retiene en nuestra economía. Autosuficiencia energética como parte de un modelo que persigue atender la pobreza y romper el ciclo del mantengo.
En hechos ilustramos el reclamo político de un nuevo consenso social que exige una reconstrucción nacional diferente al modelo energético obsoleto de combustibles fósiles. Siempre nos han dicho que somos pequeños e inferiores sin recursos naturales como el petróleo, que por eso no podemos autodeterminarnos. Ni petróleo, ni carbón ni gas tenemos como materia prima para generar energía, al contrario, nos cuestan sobre $2,500 millones al año estos combustibles que impiden el pleno disfrute de nuestras actividades productivas. Pero sí tenemos mejores combustibles, el sol en abundancia, viento, agua y biomas. Como colonia, mantener una relación de dependencia y explotación, donde el país es consumidor en lugar de motor propio de su trabajo es parte de una configuración de subyugación económica, social y ambiental. Gasificar las islas como pretende la Junta de Control Fiscal con el apoyo del gobierno local no representa ningún paso de avance, al contrario, perpetúa el mismo modelo obsoleto y vulnerable que existía antes del paso del huracán María.
Ustedes tienen poder dictatorial sobre Puerto Rico y aunque se esconden de que los puertorriqueño no alcanzamos consenso sobre el destino final que merecemos, le invito a pensar en esa responsabilidad política y moral que tienen por un poder impuesto, a que comencemos a descolonizar la Isla construyendo ahora un modelo de autosuficiencia energética, nuestro, sin hipotecar al país, con el derecho a energía limpia para todos.
*Ante vista de la Comisión de Recursos Naturales del Congreso de Estados Unidos
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