Grandes músicos de Puerto Rico: compositor, pianista y educador Alfonso Fuentes
“La educación es el arma más poderosa que usted puede usar para cambiar al mundo.”
—Nelson Mandela
Considero que es muy importante para los músicos la exposición constante a la buena música desde muy temprano en sus vidas. La familia, el hogar, la comunidad, la iglesia y la escuela contribuyen muy positivamente a la formación del músico y del artista. Claro está que no todos los estudiantes de música tienen que llegar a ser músicos profesionales. Lo que se debe tener en cuenta es que la música, además de las otras artes, es una materia importante para una educación completa. Una lectura de las experiencias vitales del maestro Fuentes aporta pruebas para estas aseveraciones.
“La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo.”
–Platón
Alfonso Luis Fuentes Colón, mejor conocido como el maestro Alfonso Fuentes, nació el 15 de febrero de 1954 en Santurce. Vivió y creció en Canóvanas. Sus padres fueron Isaura Colón Salgado, natural de Canóvanas, y Alfonso Fuentes Matos, loiceño. Relata Alfonso Luis que sus padres no eran músicos aunque cantaban frecuentemente en la casa u hogar. El abuelo paterno, Pablo Fuentes, era comerciante, político y músico de bombardino. Ese abuelo era amigo del prócer Jesús T. Piñero.
Alfonso Luis fue expuesto al teatro desde muy pequeño. Su mamá lo llevaba a San Juan y a Santurce para presenciar temporadas enteras de teatro en el Teatro Tapia, el Ateneo Puertorriqueño y el Teatro de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Frecuentaban los museos, eventos de ballet y conciertos.
Además, sus padres lo llevaban a los bailes de bomba que se celebraban en el local y muelle desde donde zarpaba el bien recordado ancón a orillas del Río Grande, en un lado del casco urbano de la entonces aldea de Loíza. También acudían a los bailes de bomba en el sector Las Cuatrocientas en el barrio Medianía Alta. Presenció al menos un velorio real para un niño difunto, baquiní o velorio de angelitos, con toda la música y el ritual. También fue testigo de representaciones teatrales del baquiní. Esos eventos dramatizados fueron interpretados en el Teatro de Medianía Alta y en las escuelas de Loíza.
“Para los niños trabajamos porque ellos son los que saben querer, porque ellos son la esperanza del mundo.”
–José Martí
Desde pequeño tocó piano aunque fue trompetista de la Banda del Club Ciclista Juvenil, organización fundada por su padre. Ese club hacía actividades diversas como manualidades, equipos y juegos de béisbol, viajes en bicicletas a pueblos vecinos, excursiones a espectáculos de los circos además de las reuniones, ensayos y conciertos de la banda dirigida por el maestro Jaime Rivera. El Club Ciclista Juvenil duró desde el 1963 hasta el 1966 aproximadamente. Alfonso Luis fue integrante de una agrupación denominada Los Beatles. Ésta se presentaba en los eventos del Club Ciclista Juvenil. La agrupación hacía mímica de los famosos Beatles británicos.
“Las pasiones del hombre ¡cómo nacen, cómo crecen!”
–Eugenio María de Hostos
Alfonso Luis tomó clases de piano durante dos años con la Hermana (Sister) Isabel Zarabozo. Esta monjita era maestra en el Colegio de Nuestra Señora del Pilar en el pueblo de Canóvanas. Ella fue su primera maestra de piano. Ya en ese tiempo Alfonso Luis contaba con nueve o diez años de edad. Esa base fue cimiento firme para estudios posteriores a nivel universitario subgraduado y graduado. En el Colegio de Nuestra Señora del Pilar fue que Alfonso Luis hizo sus estudios hasta el octavo grado. Desde el noveno hasta el duodécimo grado estuvo en la escuela pública Andrés Flores López del pueblo de Canóvanas. Fue miembro de la banda de dicha escuela. El director de la banda fue el maestro David Franco. Alfonso Luis tocó saxofón alto y llegó a ser un asistente del maestro. Esa banda del profesor Franco hizo dos viajes a Nueva York para participar en el Desfile Puertorriqueño. La primera vez que viajaron a dicha urbe fue para amenizar el homenaje que los organizadores del desfile le hicieron a Marisol Malaret cuando ella ganó el certamen de Miss Universo. Durante ese período también tocaba el piano para el coro de la escuela. La directora del coro era la profesora Ruty Franco, hermana del maestro David Franco.
“Una vida que no ha sido examinada no merece ser vivida.”
–Sócrates
“Pensar es el diálogo del alma consigo misma.”
–Platón
Durante su niñez, Alfonso Luis se pasaba mucho tiempo solo, trepado en un árbol, para pensar e inventar instrumentos musicales. Afinaba botellas que percutía. Le dijo una vez a sus padres que escuchaba la rotación de la Tierra. Años después, cuando ya era estudiante graduado de música, pudo estar dentro del espacio artificial donde se aísla cualquier individuo de los sonidos exteriores. Ese lugar de silencio casi perfecto es denominado la cámara anecoica. Ahí fue que Alfonso Luis pudo entender que lo que escuchaba cuando niño no era la rotación del planeta. Era su propio flujo sanguíneo y su propia actividad nerviosa.
Durante su adolescencia Alfonso Luis organizaba bandas para los cortejos fúnebres. Tocaban marchas fúnebres que él mismo componía. También reunía y ensayaba con músicos para formar bandas para las procesiones de los Viernes Santos.
El mismo Alfonso Fuentes proveyó una secuencia de los hechos. Con los diez años de edad tocó trompeta en la banda que dirigía el maestro Jaime Rivera. Durante ese período hacían mímicas con las grabaciones de Los Beatles. A los trece años escribía música para los cortejos fúnebres y para las procesiones del Viernes Santo. Organizaba las bandas para esos eventos del calendario litúrgico católico.
A los quince años tenía su agrupación The Latin Ambassadors. Tocaban diversidad de géneros bailables. Él mismo hacía los arreglos musicales para ese conjunto.
A los diecisiete años organizó y dirigió un grupo del movimiento “Viva la gente”. Alfonso tocaba el piano y hacía los arreglos musicales. Tocaban en el templo. Esa actividad duró alrededor de dos años. Ya a los dieciocho años había organizado su conjunto denominado Al Fuentes y su orquesta. Empleaba a músicos profesionales como el gran trompetista Elías Lopés. Tocaban salsa y alguno que otro merengue dominicano. El 80% de su repertorio era de canciones originales del mismo Alfonso Fuentes. El 100% del repertorio fue arreglado por Alfonso Fuentes.
Alfonso Fuentes fue admitido como estudiante al Conservatorio de Música de Puerto Rico. En esa institución estudió con los profesores Nellie Justicia, Amaury Veray, Héctor Campos Parsi, Luis Antonio Ramírez y Alfredo Romero. Recibió mentorías de la maestra Cecilia Negrón de Talavera. Tomó un semestre de piano complementario con la profesora Vanessa Vasallo. Tomó algunas clases adicionales con Ignacio Ocasio Lomba. Solicitó un examen para aprobar los tres cursos de piano complementario que le faltaban por aprobar. Por medio de ese examen cumplió con el requisito del CMPR.
Alrededor de 1976 fue admitido al New England Conservatory of Music en Boston, en el Departamento de Composición. Durante ese período Alfonso Luis hizo sendos grados de maestría en composición y teoría. Hizo estudios adicionales de La Tercera Vertiente y Composición de Jazz. Mientras fue estudiante graduado tocaba en agrupaciones estudiantiles y en conjuntos u orquesta profesionales. Tocó con una charanga cubana. Tocó en universidades como Harvard, Berklee y el Conservatorio de Música de Nueva Inglaterra.
Ya de regreso en Puerto Rico, el maestro Fuentes fue profesor de piano en la Escuela Libre de Música Ernesto Ramos Antonini alrededor de cinco años. Tocó con varias orquestas, solistas y agrupaciones incluyendo el excelentísimo cuarteto vocal y conjunto instrumental Los Hispanos, Nydia Caro y Oscar Solo. Ha tenido sus propias agrupaciones. Grabó temas comerciales o jingles. Fue el profesor Roberto Sierra quien lo invitó a trabajar en el Conservatorio de Música de Música c. 1986. Fuentes fue Decano de Asuntos Académicos durante la incumbencia de Raymond Torres-Santos como rector de dicho conservatorio. También fue docente en el Departamento de Música de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Fue el profesor Luis Manuel Álvarez Santana, entonces director del mencionado departamento, quien le invitó a enseñar en UPR-RP c. 1994.
Alfonso Fuentes trabajó para fundar el Sindicato de Músicos. Participó en la redacción de proyectos de ley para la protección de las oportunidades de trabajo y de los ingresos de los músicos puertorriqueños o residentes en el País. Otro proyecto de ley fue para proteger a los compositores puertorriqueños. Ambos proyectos fueron suprimidos y engavetados por razones mezquinas e injustas. Como parte de las actividades del sindicato, Fuentes organizó una impresionante orquesta denominada Las Estrellas de la Salsa. Presencié una función de esta gran orquesta frente, al lado norte, del Capitolio de Puerto Rico.
En el Conservatorio de Música de Puerto Rico, Alfonso Fuentes enseña los cursos de orquestación y de composición para estudiantes de niveles preparatorio, complementario y de especialidad. El maestro Alfonso Fuentes se siente muy orgulloso de haber participado y contribuido en la formación de excelentes compositores muy exitosos en la actualidad como Angélica Negrón, René Boscio, Luis Quintana, Iván Rodríguez y Luis Sanz González, entre otros.
En distintos momentos de su vida el maestro Fuentes hizo al menos quinientos viajes desde Puerto Rico al extranjero con el propósito de tocar su música y de acompañar a artistas y orquestas diversas. Acompañó a vocalistas puertorriqueñas, o radicadas en Puerto Rico, tan destacadas como Ednita Nazario, Lucecita Benítez, Sophy, Las Caribelles, Lourdes Robles, Carmita Jiménez, Yolandita Monge y Flor de Loto, entre otras. Fue pianista para Lissette y Rocío Jurado. Tocó con Glenn Monroig, Antonio Cabán Vale (El Topo), Chucho Avellanet, Danny Rivera, Wilkins y Hugo Leonel Vaccaro, entre otros. Fue el pianista de salseros y boleristas tan influyentes como Santos Colón, Andy Montañez, Gilberto Santarrosa, Willie Colón y Willie Chirino. Fue pianista de las orquestas que acompañaron a José Luis Rodríguez (El Puma), Sandro, José José, Emmanuel y Marco Antonio Muñiz, entre otros.
Cuenta el profesor Fuentes que tocaron tres veces durante el mismo día. Fue con Yolandita Monge y Ricardo Montaner. Primero presentaron un concierto en el Coliseo de Mayagüez. Los transportaron en helicóptero hasta el Estadio Paquito Montaner en Ponce y después al Estadio Hiram Bithorn en Hato Rey (San Juan). El profesor Fuentes tocó con conjuntos y orquestas diversas como las de Pedro Rivera Toledo, Jorge Laboy, Quique Talavera, Ito Serrano, Babó Jiménez, Tony Sánchez Prado, Iris Chacón, Amuni Nacer y Gina María Hidalgo. Para ocasiones especiales fue pianista de la Orquesta Panamericana de Lito Peña y para la orquesta de César Concepción. Acompañó a artistas con las orquestas del baterista Walter Rodríguez y Wisón Torres Jr.
El gran pianista, jazzista y director de orquestas, Óscar Galéndez recomendó a Alfonso Fuentes para tocar piano como un personaje de una telenovela. En una segunda telenovela tocó el piano mientras que un actor hacía del pianista. Toda la música para esa segunda telenovela fue improvisada. Además, Fuentes grabó alrededor de ciento veinticinco comerciales para televisión, acompañó a diversos artistas y le puso acompañamientos al piano a declamaciones de poesía. Hizo mucha televisión. Tocó más de cuarenta veces en la República Dominicana. Presentó su arte en España, Israel, Venezuela, Argentina, Brasil, México, Guatemala, Panamá, Costa Rica, Colombia, Cuba, Aruba, Curazao, Saint Thomas, Jamaica, Haití, los Estados Unidos y Gran Caimán. Debe quedar claro que hizo más de un viaje a algunos de los países mencionados.
“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica.”
–Aristóteles
Durante el año 2017 el maestro Fuentes produjo un disco de carácter único y muy original. Hace años que improvisa al piano melodías con sus armonías y ritmos en distintos estilos históricos desde el Barroco hasta el dodecafonismo, desde el Clasicismo hasta el jazz, desde el Impresionismo hasta la salsa. Puede emular el estilo de Mozart, de Beethoven o de Stravinski pero con obras originales de Alfonso Fuentes.
El disco compacto titulado Plenas del maestro compositor y pianista Alfonso Fuentes es una cápsula concentrada de la música de nuestro tiempo en Puerto Rico. El compositor recogió y plasmó sus variadísimas experiencias como músico ejecutante y compositor. Usó la improvisación como modo espontáneo de composición. Su dominio de la técnica pianística es más que asombroso. Su conocimiento y dominio de la armonía, del contrapunto y ritmo es de orden superior. Me atreveré a decir que es genial. Comentaré brevemente las obras incluidas en la mencionada recopilación.
Montuno no. 1: El inicio de la pieza es reminiscente del son grabado por Larry Harlow y su Orquesta hacia 1969, El Malecón. Cita un fragmento de la pieza Ahora vengo yo grabada por Ricardo Ray y Bobby Cruz con las Estrellas de Fania. Se asemeja a ciertas piezas salseras basadas en un acorde de dominante séptima con un bajo sincopado. En algunos compases puede ser reminiscente de los pasajes oscuros y disonantes de Eddie Palmieri. En otros momentos puede ser brillante e iluminado como Ricardo Ray (Richie Ray, Richard Maldonado). Fuentes usa efectos percusivos basados en toques del timbal cubano o criollo. Se oye el ritmo de clave en la mano izquierda, la clave de rumba. Al final de la pieza se oye un campaneo de timbal (todo al piano) basado en el re dorio adornado con una llovizna suave de las notas propias de una escala de tonos enteros. La métrica de la coda fluctúa entre un 12/8 y un ¾. Puede estar claramente en compás de ¾ por momentos aunque puede fluctuar entre un 2/4 y ¾ de la forma más natural y orgánica. Es reminiscente, al menos a mi parecer, de la pieza Anabacoa de Juanchín Ramírez. Esta primera pieza con esa cita de Ahora vengo yo es muy significativa. Inicia su recopilación con ese planteamiento de personalidad clara y definida de un pianista y compositor maduro. Tiene una voz propia e inconfundible. Además expone pleno dominio de sus facultades pianísticas y creativas.
Canción para Thaïs: Parece una balada sumamente rítmica con un lirismo maravilloso. Fluctúa entre un 12/8 y un 2/4 con efecto de cuerdas rasgadas en un arpa. No hay palabras que puedan describir la belleza y la genialidad de esta pieza. En realidad, no hay palabras que describan a pieza alguna de esta recopilación.
Cortaron a Elena: La introducción a esta pieza es muy reminiscente del muy conocido aguinaldo-guaracha La aspirina de Nati Rivera. Se oye la exposición del tema de Cortaron a Elena seguido de diversas variaciones sobre el mismo tema. El tema es desarrollado y variado de múltiples maneras. Con la mano izquierda el pianista y compositor hace efectos de percusión propios del complejo rítmico de la plena. En cierto momento surge una variante, en modo mayor, de la guaracha Tú eres la causante por Nito Méndez. Tiene un desarrollo con variaciones y pasajes montuneados seguidos de puentes cromáticos ascendentes y descendentes. Vuelve a la tonada semejante a La aspirina como tema recurrente. Se oye una plena lenta con efectos de percusión además de frases atonales y vuelve a melodía, o una variante, de La aspirina. Emplea un bajo sincopado y variaciones puntillistas del ritmo, variaciones múltiples de plena. Hay aceleración del tempo. Ocurren varios compases en 12/8. Reaparece melodía semejante a La aspirina fragmentada y variada, amalgamada con el ritmo de plena. Se oye una plena lenta, fuerte y grandiosa seguida de un pianísimo con un gradual decrescendo hacia la coda. La música nos recuerda a la obra del gran plenero Manuel “Canario” Jiménez Otero (1895-1975). Esta composición es un estudio profundo de lo que caracteriza al género de la plena. Está trabajado con técnicas pianísticas propias de un virtuoso. Ya hacia el séptimo minuto de la obra las melodías mencionadas empiezan a parecerse al ser integradas, variadas y desarrolladas por el maestro Fuentes.
Memorias campesinas: Basado en los seises Celinés y milonga transformado de modo menor a modo mayor. Durante la obra el compositor va transformando estos temas de maneras asombrosas e inesperadas
Es reminiscente de la música de Frédéric Chopin (1810-1849) o Manuel Gregorio Tavárez (1843- 1883) por la armonía romántica empleada por el pianista Fuentes. El intérprete emula los sonidos del cuatro y de la guitarra. Ocurren cambios de modo menor a mayor. El final recuerda a la Sinfonía Pastoral o Sexta por Ludwig van Beethoven (1770-1827); se asemeja al cuarto movimiento de esa obra sinfónica con todo y la luz, paz, deleite y alegría que le causa a los oyentes.
Audabe: canción para este día: Esta pieza tiene una melodía y armonía muy bellas. El ritmo es ajoropado durante gran parte de la obra. El ritmo es arpegiado; el pianista juega con el teclado cual si fueran cuerdas de un arpa llanera de Venezuela y Colombia o tal vez como un arpa jarocha del sur de Veracruz en México.
Walking Bass Studio: Las primeras notas sugieren una sonoridad stravinskiana para luego cambiar de efecto en busca de sonar más como Leonard Bernstein (1918-1990) o Henry Mancini (1924-1994) amalgamado con Ígor Stravinski (1882-1971) y con Alfonso Fuentes (¡por supuesto!). Se aprecian cromatismos ascendentes y descendentes con el bajo caminante en la mano izquierda. Utiliza la escala del blues. Con esta improvisación el pianista y compositor manifiesta otros aspectos de las influencias sonoras recibidas durante una vida musical muy activa y productiva. Si este álbum es una síntesis de su tiempo y de su vida y obra, con esta pieza Fuentes expone otras influencias no escuchadas hasta el momento en esta recopilación. Manifiesta una mente musical muy contemporánea, muy del siglo XX y lo que va del XXI.
La Ponchinela: dedicado a la célebre bailadora de bomba de Santurce. La introducción es en un tempo libre para luego pasar a un golpe de bomba en la mano izquierda. Ese golpe de bomba es enriquecido luego con la mano derecha. El compositor-intérprete hace un desarrollo con variaciones para pasar nuevamente por el golpe de bomba que muchos denominan sicá. Fuentes amalgamó sonoridades muy contemporáneas con los ritmos propios de complejo del sicá. Mantiene la mano derecha igual mientras que la izquierda se mueve constantemente. Luego desvanece todo.
Montuno 2: Empieza de modo vibrante y mágico con una escala ascendente. El pianista pasa a un lirismo rítmico. La improvisación es reminiscente de la conocida pieza Anabacoa de Juanchín Ramírez.
Crea tensión al repetir una nota aguda para luego regresar al lirismo rítmico. Recurre al motivo inicial en el primer minuto con quince segundos de la obra (1:15) para luego manifestar más lirismo rítmico al estilo de Alfonso Fuentes. El pianista está muy consciente de su papel como compositor. Es económico con su material temático aunque deriva constantes variaciones. El motivo inicial vuelve en el segundo minuto con cincuenta y seis segundos (2:56) de la obra que describo. Nunca es predecible. Mantiene al oyente sorprendido por lo que presenta, claro está, sin arrojar material motívico ni temático inconexo ni incoherente. Se aprecia la clave propia del guaguancó, una de las denominaciones de la rumba matancera. Se aprecia un 12/8 hacia el cuarto minuto con veintisiete segundos (4:27) de la pieza; ocurre un cambio de compás (o de métrica). En el 4:40 se regresa al motivo inicial. La coda es un rasgado precioso cual si fuera con un arpa. Es digno de los mejores compositores impresionistas.
Mapeyé dulzura: Fuentes plasmó su versión personal del seis mapeyé. Utiliza disonancias con muy buen gusto. Se aprecia una nota repetida con ritmo de clave. Embruja. Es hechizante. Nos lanza un mapeyé con otras armonías. Hace variaciones del motivo inicial del mapeyé. Por estar en modo mayor es reminiscente del seis de Montebello. La obra es exquisita y hasta épica: es un canto al antepasado y a su legado cultural. Fuentes dice todo en un lenguaje musical propio del siglo XXI. Tiene la dulzura y carácter cristalino de los Gymnopédies de Eric Satie (1866-1925) aunque Mapeyé dulzura es de innegable carácter puertorriqueño.
Plena al pensamiento crítico: Es una plena atonal sumamente rítmica y osada. Es juguetona sin dejar de tener algún misterio. El compositor hizo un auténtico estudio del complejo percutido de la plena sin obviar la música occidental de los siglos XX y XXI. La mano izquierda del pianista parece tener una mente propia. Crea tensión por un movimiento ascendente junto a un crescendo en sonoridad. Puede ser reminiscente de Béla Bartók (1881-1945) y de Ígor Stravinski. Hace una manifestación abstracta con contornos ondulados y fragmentados.
Recapitulación y coda
Es importante decir y recalcar que Alfonso Fuentes es mayormente autodidacta como pianista. Sí tuvo una excelente base con la Hermana Isabel Zarabozo. Desde entonces al presente se ha cultivado como instrumentista por su disciplina, talento e insistencia. Sus padres no eran personas adineradas pero le suplieron experiencias muy valiosas de eventos musicales y culturales importantes.
El disco compacto que les he comentado, Plenas, improvisaciones para piano, fue publicado durante el 2017. Esta producción discográfica fue presentada al público por primera vez en mi programa radial MVSICA MVNDI (Radio Universidad de Puerto Rico). Luego ocurrió una segunda entrevista con el maestro Fuentes, en MVSICA MVNDI, con motivo de un Festival de Radioamigos de la estación mencionada. Es una producción excepcional y extraordinaria. El pianista y compositor ha hecho transcripciones de algunas de las piezas improvisadas. Así se plasman sobre el papel pautado las composiciones para ser reproducidas por él y por quien se interese. El mismo compositor ha dicho que al transcribir ha corregido o alterado algunas piezas. Es natural que quiera mejorar lo que en principio fue una improvisación. Considero que esta producción discográfica recoge las experiencias e influencias de un gran músico puertorriqueño. Él presenta esas influencias, las de su vida y tiempo, en una recopilación de obras originales y asombrosas porque fueron improvisaciones genialmente concebidas. Con todo y ese hecho de la naturaleza de la obra, no se repite, no parece redundante ni agotado en sus concepciones o engendros musicales. Con cada obra hay algo nuevo, fresco, dinámico y surgido de una mente excepcionalmente musical. No creo que exagere al decir que el maestro Alfonso Fuentes está al nivel de excelentes pianistas y compositores como Béla Bartók o un Ernesto Lecuona aunque su obra es muy de su tiempo, contemporánea y original. Es un compositor contemporáneo puertorriqueño muy al día en cuanto a lo que ocurre en el amplio universo de la música. ¡Enhorabuena, maestro Fuentes!
Referencias
Alfonso Fuentes, 20 feb. 2012, 0:52
Alfonso Fuentes-Cortaron a Elena, 4 mar. 2018, 9:09
Alfonso Fuentes- Página Oficial
Nathaniel Hoshal, Mejunje del Fagobongo, 29 mar. 2017, 9:37
Puerto Rican Soundscapes: Alfonso Fuentes, 30 jun. 2016, 46:48
Puerto Rican Soundscapes: Welcome Reception with Alfonso Fuentes, 30 jun. 2016, 15:25, https://youtu.be/Ne59yOq4Wfw
Primer Intercambio China-Puerto Rico de Música y Cultura en el Conservatorio de Música http://www.80grados.net/primer-intercambio-china-puerto-rico-de-musica-y-cultura-en-el-conservatorio-de-musica/