Crimen y castigo: Unbelievable
Nadie, a menos que no sea una víctima, sabe del trauma que debe ser una violación. Ese tema sobre la respuesta compleja a la situación en la que resultan encontrarse las personas que lo han sufrido es uno de los temas que manejan con meticuloso respeto los capítulos de la serie. Otro aspecto que se presenta es la influencia que indebidamente ejercen sobre la víctima, la policía y el público personas que creen saber cómo otra ha de responder a la violencia del ultraje y a sus consecuencias.
Evitaré dar detalles que revelen las partes del programa que tensan la atmósfera de los personajes y de los espectadores. Tengo, sin embargo, que narrar algo de la situación de Marie Adler, el personaje que es el centro emocional de la obra. Abandonada desde muy joven por su familia, la adolescente ha pasado muchos años en casas cuna y es en el centro en el que vive ahora (en el 2008) que se comete el crimen. El lugar es Lynnwood, en el estado de Washington. Un policía la entrevista para que narre lo que recuerda del asalto, que sucedió en su habitación en la noche. Ella da la información en gran detalle y recuerda mucho de lo que sucedió, incluyendo que el hombre estaba enmascarado y era alto y fuerte. Que la ultrajó durante varias horas y que la amenazó con un cuchillo. Además, usó los cordones de unos tenis de ella para amarrarla y tenía puestos guantes y un condón durante la violación. Los estudios forenses dan al traste, pues poco se encuentra en el apartamento y en el cuerpo de la joven.
El caso se le asigna a dos hombres detectives: Parker (Eric Lange) y Pruitt (Bill Fagerbakke). Ambos enfrentan el caso con el escepticismo que proviene de la falta de conocimiento. En la vida real, Parker venía de narcóticos y no tenía ninguna experiencia tratando o investigando casos de ultraje. Sus sospechas de que algo “no está bien”, crean la sospecha de que la joven está mintiendo, se enfatizan cuando una de las madres asignadas (foster mother) cuestiona la reacción de Marie y dice que “es inapropiada para estos casos”. En otra palabras, está decidiendo cómo se debe sentir otra persona con una experiencia que tiene que ser muy distinta a cualquiera que ella haya tenido (hace muchos años atrás, la mujer también fue violada). Lo peor es que comparte esta opinión descabellada con los detectives. Lo que resulta de eso, es parte del suspenso de la serie. Añade a empeorar la situación de Marie que alguien le pasa su nombre y sus señas a la prensa y a los medios de comunicación, y que no pasa mucho tiempo antes de que todo esto aparezca en las redes sociales y el acoso publicitario afile sus colmillos hacia Marie. La incomprensión ha conducido a que la víctima del crimen sea la castigada.
Un caso de violación ocurre en Golden, Colorado en 2011 y se le asigna a la detective Karen Duval (Merritt Weaver). El asunto adquiere un interés mayor cuando el marido policía de la detective le indica que el caso de Amber Stevenson (Danielle Macdonald), la joven violada, tiene similitudes con un caso cuya investigación conduce Grace Rasmussen (Toni Collette) de Westminster (otro pueblo de Colorado), y le sugiere que la vaya a ver. La serie entonces establece un ritmo de thriller psicológico en el que la sagacidad de las dos detectives y su equipo se dedican con todo su esfuerzo e inteligencia a buscar la información necesaria para encontrar al culpable. El secreto más grande es cómo la narrativa une esta investigación al infortunio de Marie y cómo se van ligando los hilos para hallar al culpable. El mayor mensaje es que hay que prestarle atención a los detalles sin distraerse y ser lógico y tenaz en una investigación.
No es solo la profundidad con la que se enfoca el trauma del ultraje o los detalles de las investigaciones policiales lo que nos adentra en el programa, sino las actuaciones del grupo de actores que el jefe de elenco y los productores han reunido para hacer de esta historia real algo palpable, desgarrador y conmovedor. Collette y Weaver son maravillosas: el personaje de la primera es brusca, compulsiva, simpatizante, profesional y brillante; la segunda también, pero tranquila, y melosa cuando se necesita. Las víctimas Amber (Macdonald) y Lily (Annaleigh Ashford) parecerían verdaderas perjudicadas y es evidente que se prepararon extensamente con los problemas físicos y psicológicos que resultan de un crimen tan horrendo como lo es el ultraje.
Nada, sin embargo, compara con la actuación compleja y extraordinaria, de la joven actriz Kaitlyn Dever como Marie Adler. Uno agoniza por ella y sufre junto a ella por las fuerzas que no puede controlar pero que le han arruinado su vida hasta que no se resuelva el caso. Cuando todos se ponen en su contra y la adolescente logra sobrevivir el castigo que se le está infligiendo por un crimen contra ella, uno no puede hacer otra cosa que detestar con todo su ser la violencia que es la violación y los que no se horrorizan ante el crimen.