Crónica de un sueño: el Festival de la Palabra
El Festival de la Palabra nació en el 2010. Comenzaron a llegar los escritores a finales de abril. José Manuel Fajardo (español y Director de Contenido del Festival, además de escritor) ya estaba hacía rato reuniéndose y resolviendo detalles de última hora casi 20 horas al día. Poco a poco le siguieron Karla Suárez (cubana, La viajera, 2005, Silencios Premio Lengua de Trapo, 1999, Carroza para actores, 2001), José Ovejero (español La añoranza del héroe (1997), Las vidas ajenas (2005), La comedia salvaje, 2007). Con Karla fuimos a mirar el espacio allá en Ballajá y cuando lo vió se le soltó un cubanímiso “Pero comadre, esto aquí es enorme”. Las cosquillas comenzaron a recorrer la sangre.
Nos habíamos lanzado como si supiéramos lo que estábamos haciendo. “¿Se llenaría el local? ¿Vendrían? Esas eran las preguntas de los días que inmediatamente antecedieron la fiesta. Estábamos conscientes de haber sido atrevidos al pensar que podríamos llenar Ballajá con gente interesada en conocer escritores, comprar libros, enterarse de qué leer. Sobre todo la escritora puertorriqueña Mayra Santos Febres (Sirena Selena vestida de pena 2000, Nuestra señora de la noche 2006) es una atrevida, quien me cuenta que, de tanto viajar a Festivales por todo el mundo, del Hay Festival en Medellín a otro Festival en Cali, a otro en Asti, a las Ferias del libro en Miami o en Guadalajara, se preguntó por qué no podemos ser nosotros los anfitriones. Recuerdo escucharla una tarde luego de regresar de Colombia. Había llevado una ponencia escrita para darse cuenta “Esto no es. El día antes de mi charla tuve que ponerme a pensar en otra cosa. Allí estaba el público pendiente de cada suspiro de los escritores y aplaudían como se aplaude un gol cuando les gustaba lo que se decía. Melanie, en Colombia la gente lee. ¿Por qué no podemos hacer lo mismo nosotros?”. De hecho, los objetivos del Festival son varios. Hacer de la lectura una actividad normal en el país. Poner a los escritores en contacto con los lectores de todas las edades, pero también ponernos a todos al día. Supongo que nadie conoce a todos los escritores que llegarán cada año, un promedio de 80 entre locales e internacionales poblarán San Juan por 5 días. A pesar de los medios masivos, del internet, todavía ignoramos lo que se lee en España, en Colombia, en Venezüela. Entonces, que vengan los escritores a hablarnos de su obra y si nos convencen compramos sus libros, los enseñamos en nuestros cursos, nos los llevamos de viaje para leerlos en un avión. Además, de siempre se ha reflexionado sobre la limitada exposición mundial de la literatura del país. Este Festival inserta nuestra literatura en el mapa del mundo.
El día antes de que comenzaran las actividades que el año pasado fueron del 5 al 9 de mayo y este año serán del 4 al 8 en San Juan, ya habíamos ocupado a Karla, quien además es ingeniera electrónica, para que nos ayudara a montar el sistema de sonido y a Ovejero, quien es diestro en todo, a que nos ayudara a montar la exposición de Daniel Mordzinski; un estupendo fotógrafo argentino, “el fotógrafo de los escritores”. Luego vi caminar por ahí a Edmundo Paz Soldán (boliviano, Río Fugitivo 1998, La materia del deseo 2001, Palacio Quemado, 2006) e Iván Thays (peruano, La disciplina de la vanidad, 2000, finalista del Premio Rómulo Gallegos 2001, Un lugar llamado Oreja de perro, 2009, finalista del Premio Herralde del 2008, y Un sueño fugaz, 2011), quienes comentaban, “Mayra es un fenómeno de la naturaleza. No se le puede decir nada. En un café en Nueva York un día decíamos entre copas ¿Por qué no hacemos un premio literario otorgado por nosotros, de escritores a escritores?” Hoy ya existe el premio, El Premio las Américas (con donativo de Plaza) que se anunciara en un acto público durante el Festival pasado y este año tendrá su primer ganador, con Paz Soldán como presidente del jurado. Y es que Mayra no se lamenta de lo que en el país no se pueda hacer. Se puede. Siempre se pude. Sólo tenemos que hacerlo, el Festival, el Premio, lo que sea. Si alguien piensa y le comenta que el Festival el año pasado fue demasiado ambicioso, eso lo toma como un reto. Entonces el año siguiente lo haremos más grande. Y este año comienza en San Juan del 4 al 8 de mayo y termina en Nueva York del 10 al 12 de mayo ( en el Centro Clemente Soto Velez, el Instituto Cervantes, la Américas Society y en dos bibiliotecas de la New York Public Library).
Obviamente hay razones conceptuales detrás de este montaje. Los escritores que se invitan son internacionales, el año pasado vinieron de Francia, Italia, el Caribe, África, Latino América. Esta año viene una escritora Libanesa y también otro africano. Además siempre están en mesa acompañados de escritores locales. “Esto prueba la calidad de nuestros escritores. En las mesas están de tú a tú con escritores de todo el mundo y no tienen nada que envidiarles”. La expansión del Festival a Nueva York es un gesto que reconoce que la mitad de los puertorriqueños vive en los Estados Unidos.
Tal vez un rotundo éxito del año pasado fue cuando se podía ver alrrededor de 5,000 personas sentadas en torno a Luis Rafael Sánchez y Bryce Echenique, en un silencio absoluto, escuchándolos disertar sobre el humor. Al ver eso, Mayra confiesa que lloró: “Mira lo que hicimos”. Yo lloré cuando escuché a Luis Sepúlveda y Bruno Arpaia hablar sobre la esperanza de que todavía es posible construir una sociedad mejor, si no perfecta (el tema de la mesa eran las utopías).
Lo que hemos aprendido. Este año el montaje fue algo más fácil. Hay menos mesas concurrentes y no hay charlas bajo el sol a la hora del calor. Vienen menos nombres de los que ya se conocen, pero tenemos nombres significativos y muchos otros nombres importantes que tal vez desconocemos y podremos conocer. Entre los grandes, tendremos a Ana María Matute, quien apenas ayer recibía el premio Cervantes, Ernesto Cardenal, a quien todos conocen admiran y respetan, además caminarán por las calles de San Juan dos premios Pulitzer, Junot Díaz y Oscar Hijuelos, Santiago Roncagliolo, quien ganó el Alfaguara. Estará por ahí Jorge Volpi, quien firmó el manifiesto del Crack y el año pasado tuvo que cancelar su participación al último momento; es un caballero y se ha hecho perdonar. Habrá películas basadas en novelas en el Colegio de Abogados y luego habrá un conversatorio con los autores de las novelas, además de las actividades de Ballajá.
El Festival 2011 está dedicado a Magali García Ramis y a los 25 años de Felices días tío Sergio. Entre los escritores del patio se verán los poetas José Luis Vega, Angel Darío Carreo, Jorge David Capiello, el narrador Francisco Font Acevedo, el narrador y poeta Edgardo Nieves Mieles, entre otros.
El año pasado, antes de irse, Daniel Mordzinski donó su entera colección de fotografías al Festival para que su venta generara ingresos a los Festivales futuros; una alegría. Después de que se fueron todos, nos quedamos con la nostalgia. Nostalgia de tener una plaza llena de libros, nostalgia de ver y escuchar las cabezas delirantes de los escritores, de los amigos nuevos que hicimos, de vivir esos cinco días de conversar y soñar, pensar cuáles serán los mejores medios para trepar por los escombros que son el mundo de hoy.
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