Cubierta sindical: un contrapeso a la agenda neoliberal
En casi todas las crisis económicas de casi todos los países emerge un ala conservadora reclamando una reducción en las protecciones laborales ya que, aunque las causas de la depresión económica sean otras, siempre impiden la creación de empleos. En Grecia se han removido varias protecciones (OECD, 2012), pero la economía no produce los resultados esperados. En España, que ya había reformado sus leyes laborales en 1994, se volvió a reclamar otra “reforma laboral” implementada en 2010 y 2012 para crear empleos (Serrano, 2012). Sin embargo, la tasa de desempleo de España no ha bajado del 20% desde el año 2010 a pesar de que antes de 2010 la tasa era menor. Tal parece que hay otros factores determinando la creación de empleos más allá de las reformas laborales.
Note que siempre las reformas laborales son promocionadas para crear empleos, no para transferir ingresos de unos grupos a otros que -de ser el caso- pudiesen contribuir a aumentar la desigualdad económica. Puerto Rico fue en 2012 el quinto país más desigual del mundo (Caraballo, 2015), por lo que hay que examinar cuidadosamente si una reforma laboral en Puerto Rico causaría una transferencia de ingresos entre grupos que pueda desembocar en un aumento en la ya alta desigualdad económica.
La ley federal llamada PROMESA incluye al menos dos propuestas del paquete llamado “reforma laboral” que tanto han solicitado ciertos grupos en Puerto Rico: reducir el salario mínimo a las personas menores de 25 años y eliminar el pago de horas extras a las personas que devenguen más de $455 (reduce el umbral federal nuevo a los empleados exentos en Puerto Rico). El resto del paquete pendiente de aprobación incluye: reducir los días por maternidad (ni se mencionan los días por paternidad), reducir periodo para demandar por despido injustificado, remover algunos de los protocolos que se le exigen a las empresas tales como el protocolo de violencia doméstica o el protocolo de hostigamiento sexual, reducir las licencias de enfermedad y vacaciones, entre otras. Algunas de estas medidas fueron radicadas en la legislatura en este cuatrienio y en el anterior, y la frase “reforma laboral” aparece en varias plataformas de gobierno de los partidos políticos tradicionales y de personas a puestos electivos. Note que el argumento siempre es que a nivel federal no existen tales medidas “paternalistas”, sin hacer mención en que a nivel estatal existen regulaciones similares y, en algunos casos, mayores a las de Puerto Rico. Estados Unidos no tiene unas protecciones laborales que van a tono con su nivel de riqueza; si así fuese, entonces habrían algunas disposiciones federales que no deberían aplicarse en una economía en desarrollo como Puerto Rico.
La agenda neoliberal, que busca regresar al régimen de laissez faire que existió en el siglo XIX en busca de mayores rendimientos para la clase capitalista, crece mundialmente desde la década de 1980 exigiendo menos protecciones laborales, un gobierno minimalista en términos de empleo público y de intervención en la economía. En Puerto Rico se vio con la reforma laboral de los noventa, con el auge de las privatizaciones, con la remoción de los beneficios al empleo parcial que causó que se duplicara la proporción de personas pobres que trabajan (ICADH, 2016) y con la eliminación de la paga doble a las personas que trabajan los domingos, entre otros. Mientras, el contrapeso político que pudiesen representar los sindicatos se reduce cada vez más ya que su matrícula mengua con un gobierno minimalista y con un pueblo trabajador privado des-unionado y desunido que se torna cada vez más conservador y que no ve en los sindicatos un aliado político. ¿Hay alguna solución ganar-ganar para ese pueblo y para los sindicatos?
Propongo una cubierta sindical para los trabajadores y trabajadoras privadas que no cuentan con un sindicato en sus lugares de trabajo, la cual ofrezca los servicios de representación y orientación legal, cabildeo para la defensa de protecciones laborales y servicios misceláneos como el acceso a tarifas de planes médicos negociadas por los sindicatos. Esta cubierta sindical no es para negociar convenios colectivos en el sector privado ya que eso podría crear conflictos con la jurisprudencia. Sin embargo, la trabajadora ordinaria estaría dispuesta a pagar una cuota reducida para pertenecer como miembro extra muros a los sindicatos para obtener estos beneficios que actualmente no recibe en lugar alguno. Sería como pertenecer a una asociación profesional pero con mejores frutos para el trabajador desamparado cuyo único auxilio actual es parcialmente provisto por el Departamento del Trabajo.
Imagine que las maestras afectadas por el cierre arbitrario del plan de retiro en los colegios católicos tuviesen un ente que las represente en la palestra pública, que a fin de cuentas es donde se dilucidan estas luchas de clases, ¿no cree que ese patrono hubiese tenido que buscar otras soluciones y, cuanto menos, negociar con los afectados? Imagine que los trabajadores a tiempo parcial tuviesen un cabildero organizado con peritos de su lado para hacerle frente a los opositores del proyecto pendiente de aprobación para restituirles los beneficios marginales, ¿no cree que fuese más fácil su aprobación? Para casi todos los empleados una membresía como esta sería beneficiosa pero sobre todo para los empleados en precariedad cuyos salarios están en la vecindad del salario mínimo (alrededor de 300,000 personas de acuerdo a la Encuesta sobre la Comunidad).
Aunque la cuota que le cobrarían a estas nuevas integrantes debe ser menor a los miembros actuales (ya que no negociarán convenios), los sindicatos saldrían beneficiados al ver su movimiento fortalecido ante una matrícula nueva y creciente a la vez que logra una mejor acogida entre ese trabajador -otrora conservador- del sector privado. Su poder de convocatoria no se limitaría, entonces, a un sector reducido de la fuerza laboral.
Esta propuesta, ¿aumentaría el desempleo? En el libro Fighting Unemployment, Howell (2004) no encontró relación significativa alguna entre las protecciones laborales (mejor conocidas como instituciones laborales en economía) y el desempleo entre muchos países de ingresos medios y altos (Puerto Rico es un país de ingresos medios, según el Banco Mundial de “ingresos medios altos”). Por ejemplo, Suecia tiene casi todo su pueblo trabajador como miembro de una unión o con cubierta sindical y su tasa armonizada de desempleo promedio (7%) es menor que la de Puerto Rico. Islandia, que acaba de salir de una depresión económica severa, tiene una tasa promedio de desempleo menor a Puerto Rico (4%) aún teniendo una cobertura sindical por encima del 85%. Ambos, Suecia e Islandia, tienen costos laborales muy superiores a Puerto Rico.
Aún si esta cubierta sindical propuesta enfriase un poco el crecimiento económico, a la postre es preferible un crecimiento económico inclusivo de 1-2% -donde todas las clases sociales se beneficien- que un crecimiento económico alto exclusivo para ciertos sectores como ocurre en la República Dominicana (Caraballo, 2016).
Ambos, el pueblo trabajador privado como los sindicatos se juegan su futuro ante la fuerza que ha cobrado el neoliberalismo. Por un lado, la reforma laboral reducirá aún más los pocos beneficios que goza el pueblo trabajador privado. Los sindicatos, por otro lado, verán su movimiento languidecer ante el despido masivo de su matrícula y el cierre de nuevas contrataciones en el gobierno. Habrá aspectos procesales por dilucidar como lo es el pago de la cuota, el cual puede manejarse mediante una cuota reducida anual para estimular su pago o una mensual regular. Sin embargo, no hay razones mayores para que esta asociación voluntaria entre ese trabajador del sector privado y los sindicatos no se dé. Es un juego ganar-ganar si se unen y perder-perder si se desunen. Ojalá sirve este esbozo como una exhortación para hacerle contrapeso a la agenda neoliberal.
Referencias
- Caraballo-Cueto, J. (2015). Socioeconomic Determinants of the Changes in Homicides over Time: A VAR Analysis. International Journal of Business and Economic Sciences Applied Research, 8(2).
- Caraballo, J. (2016). Free trade zones, liberalization, remittances, and tourism, for what? Jobless growth in the Dominican Republic. International Journal of Development Issues, 15(2).
- Howell, D. R. (Ed.). (2004). Fighting unemployment: the limits of free market orthodoxy. Oxford University Press.
- ICADH (2016). Deuda Públlica, Política Fiscal y Pobreza en Puerto Rico. Recuperado en: https://noticiasmicrojuris.
files.wordpress.com/2016/04/ final-informe-audiencia- pucc81blica-pr-4-de-abril- 2016-2.pdf - OECD (2012). “Economy Policy Reforms: Going for Growth”. Recuperado en: https://www.oecd.org/greece/
49655546.pdf - Serrano, C. G. (2011). Observatorio*: DÉJÀ VU? CRISIS DE EMPLEO Y REFORMAS LABORALES EN ESPAÑA. Revista de Economía Aplicada,19(56), 149.