La colección de ensayos La belleza no existe ocupa el quinto lugar entre las publicaciones de la profesora y ensayista Carmen Centeno Añeses. La belleza no existe, que se suma a la lista de Publicaciones Gaviota, consta de dos partes: “Ensayos para provocar” y “Ensayos para leer”. De esta forma se divide el libro en dos vertientes: aquella que busca “producir o causar algo”, seguida por la que nos acerca al entendimiento de un libro de manera contextualizada y crítica invitándonos a una futura lectura. El libro supone un lector activo (no necesariamente iniciado en los asuntos que se abordan) que pueda captar y seguir la mirada atenta y curiosa del sujeto ensayístico. Durante la lectura se asiste a un juego oscilante entre acercarse a asuntos puntuales de la cultura y la realidad puertorriqueña, y distanciarse para considerar a Puerto Rico y al Caribe hispánico desde distintos ángulos. El sujeto ensayístico declara y cuestiona silencios, acercamientos sesgados, parciales, excluyentes sobre asuntos culturales contemporáneos. Mediante una alternancia entre la proximidad de la mirada y un trabajo escritural que dialoga con historiadores, críticos, teóricos, sociólogos, antropólogos se recopilaron 26 ensayos, que como un todo aportan una visión de conjunto, conciliadora y equilibrada, en sintonía con una de las tesis del propio libro: “[…] la defensa de la cultura no está separada de la economía ni de la educación” (“Repensar a Pedreira” 79).
Centeno responde, sin declararlo directamente, a la pregunta ¿dónde colocarse para estudiar la cultura? Esta pregunta que supone una vuelta al lector, a sus contextos (inmediatos, históricos, familiares), a su historia (personal, colectiva) y a su identidad (política, sexual, religiosa, cultural) se encamina en dos direcciones. Por un lado, desde dónde y cómo, el sujeto ensayístico “lee” la cultura. Por otro lado, desde dónde cualquier lector “lee”, piensa y sobre la cultura. Esta colección de ensayos ejemplifica una lectura abarcadora que se vale de un análisis interdisciplinario, donde se cruzan la política, la economía, la educación, las prácticas religiosas, la geografía, la literatura y la cotidianidad habitada por sus respectivos sujetos y prácticas diversas.
¿Por quiénes se aboga en esta colección de ensayos? Algunos de los sujetos que se incluyen son el travesti de la esquina, Ramón Romero Rosa (ensayista obrero) y los negros y los mulatos. El travesti de la esquina es parte de las mañanas de Centeno, ocasión que aprovecha para indagar sobre una serie de prácticas vinculadas a los géneros sexuales: “Allí está, en la esquina, mañana tras mañana como si nos cuestionara qué es eso de la heteronormatividad, por qué tenemos que vestirnos de una manera u otra, por qué hacer el amor de aquella otra, por qué elegir el azul y no el rosa” (“El travesti de la esquina” 15). A partir de la observación cotidiana se establecen conexiones que sintetizan la visión social a la que está sometido el travesti precisamente porque aún no se han internalizado en una praxis cotidiana, justa y equilibrada los derechos de la comunidad LGBTTIQ: “Negro y travesti: dos estigmas que le convierten en residuo humano, en paria de la tierra” (15).
“El travesti de la esquina”, publicado originalmente en la Revista 80 grados, termina con la incertidumbre del paradero del travesti, y con una proyección fisiológica inclusiva: “Con sus tacones lejanos el travesti afroantillano se acercaba a nuestros autos. Hoy no está. No sé si el huracán María lo arrancó de su esquina o si la homofobia lo desvaneció de su espacio. Lo que sí sé es que posiblemente en el futuro el mundo sea andrógino (18)”. Renace el carácter contemporáneo de este ensayo a su vez que se afianza su pertinencia al perpetrarse el asesinato de la transgénero Alexa Negrón Luciano, en Toa Baja, el 24 febrero de 2020. Alexa, víctima de un crimen motivado por el odio y alimentado por la transfobia y la violencia contra la mujer, “Hoy no está”, al igual que el travesti de la esquina. ¿Acaso la transfobia habrá motivado otros asesinatos?
Lamentablemente han ocurrido otros actos violentos motivados por prejuicios y, sobre todo, por racismo durante el año en curso. Menciono dos muertes acaecidas por esos motivos en Estados Unidos: el asesinato de los afroestadounidenses George Floyd, en Minneapolis, y Walter Wallace, en Filadelfia. Ambos fueron víctimas de la violencia policial, desencadenada por la visión prejuiciada, racista y desequilibrada del otro.
Al retomar por quiénes se aboga en La belleza no existe, es necesario señalar cómo se aborda el tema de la raza. Centeno trabaja la africanía en Cuba, República Dominicana y Puerto Rico en el ensayo titulado “Las antillas hispánicas: raza y olvido”. Sobre el caso particular de Puerto Rico, enumera las distintas manifestaciones del racismo institucional, que se han enraizado en la sociedad: “[…] a nivel macrosocial, tiende a invisibilizar y estigmatizar los aportes de la negritud, ocultar denuncias de blancocentrismo, resaltar la hispanidad, promover el mito de la tolerancia a la diversidad y legitimar la degradación cultural folklorizando las raíces afrocaribeñas” (66). Además, detecta aspectos en común con relación a la raza en las antillas hispánicas, que van desde visiones educativas excluyentes, concepciones elitistas hasta desconocimiento, lo que declara que ha contribuido al olvido y al sometimiento de las comunidades negras y mulatas:
“[…] la ausencia de una educación no occidentalista que elimine la representación del negro y de su cultura como primitivos, que enseñe la aportación de mulatos y negros a nuestra historia y la creación de foros, seminarios y cursos que le otorguen unidad dentro de la diversidad a los estudios de la negritud puede sacar del olvido no solo a las poblaciones negras y mulatas sino vencer en parte aquel a que nos condenan los grandes bloques de naciones que en una globalización depredadora pretenden retornar a la época del mal llamado “descubrimiento” (66).
Ve en la educación el camino para lograr la unidad dentro de la diversidad en los estudios de la negritud, pues entiende que se puede consolidar la presencia de las poblaciones negras y mulatas en aras de su permanencia.
La mirada crítica del sujeto ensayístico indaga dónde han quedado los autores del movimiento obrero en las historias literarias tras haber constituido una cultura alternativa que contribuyó con libros y otras publicaciones al mundo letrado. Considera que ha habido una carencia entre los estudiosos de lo obrero al centralizarse “en perspectivas históricas y sociológicas, pero no literarias” (“Ramón Romero Rosa: Ensayista obrero” 69), por eso propone la inclusión de Ramón Rosa Romero en la historia literaria puertorriqueña en un esfuerzo por “[…] hacer que las historias sean más inclusivas y más representativas de las letras nacionales” (73).
Centeno no solo revisa las inclusiones en las historias literarias, si no también el lugar que ocupan la décima y la lengua en Puerto Rico. Destaca el auge de la décima desde que llegó a la isla hasta irse criollizando y sobresalir como vehículo de la resistencia ante el régimen político en el siglo XX. Al reflexionar sobre el lugar de la décima puertorriqueña, advierte que no se puede pasar por alto en el ámbito caribeño ni en el hispanoamericano por el auge de su cultivo en la isla y con relación al Caribe hispánico: “En Puerto Rico la décima tuvo desde su ingreso a la Isla un auge excepcional. Es uno de los países del Caribe hispánico en que más ha sido cultivada” (24).
Se aborda el tema de la lengua en el ensayo “Lengua y poder”, donde se establece una continuidad con otro libro de Centeno: Lengua, identidad nacional y posmodernidad: Ensayos desde el Caribe. En específico, en el ensayo “Subalternidad y lenguaje en tiempos de globalización”, Centeno constata el lugar ocupado por las lenguas imperiales y las lenguas indígenas, y la praxis cotidiana de estas lenguas en el Caribe hispánico, en parte de América central y en América del Sur. Además, identifica y reconoce las apropiaciones subversivas que hacen los subalternos de las lenguas imperiales. En “Lengua y poder” la autora también aborda el lugar de las lenguas en Puerto Rico al cuestionar la metodología de estudio del español, y proponer su protección legal, la planificación lingüística y la revisión de la metodología de la enseñanza del inglés. A todo esto añade la ausencia de una de las variables de investigación que repercute en el desarrollo y la evolución de las lenguas, el poder: “Es ingenuo y epistemológicamente incorrecto soslayar que la hegemonía de los grupos sociales y de los países no incide sobre la formación de las lenguas” (34).
Se aúnan en La belleza no existe la mirada incisiva y el diálogo interdisciplinario en un proceso reflexivo que se corona con una serie de reseñas, cual invitación a la lectura activa y crítica de una variedad de libros. De esta forma se logra una diálogo documentado y pertinente sobre temas contemporáneos.