Danza de la lluvia
(del poemario inédito El palacio de la memoria)
Danzo con Tauro
salto en la arena
divergente en el agua que me corre los tejidos
agua llama agua
este fuego busca hermanarse con el vapor
ser uno con la negación del universo
con la humedad pudorosa de las piernas juntas
abiertas
juntas
abiertas
el aire debe fluir
y el polvo de las muchas arenas
debe seguir su camino al mar.
Danzo en la casa de Tauro con cuernos
porque este mito debe terminar
para aprender la realidad:
hoy he sido ruin
muy ruin
y dadas las circunstancias, eso está bien.
El calor es el vestigio nacionalista del agua
esta agua me hierve y quiero que caiga
Ramaga Secuga Suraga ―conjuro para la lluvia o el diluvio―
Surarus, espíritu del agua
Uvukuvuku, pequeño cemí langosta
Ruieiur, dama de las burbujas
Avereva, loa mujer de los ríos y puente con los cielos
No creo en ninguno pero igual los llamo:
el calor trae la falsa afirmación de las creencias negadas
el calor es antítesis de la razón.
Lluvia, ven.
Vaguada, frente frío,
vientos alisios que traen ejércitos de niñas que se perdieron en los astros
vacíen el océano sideral en los anillos de Urano, Saturno y Neptuno
en esta tierra que clama a los dioses como imaginación de lluvia
eso: la imaginación es fuerte
y los talismanes son pura expresión de mana(´)
del que se come y del poseso de los fetiches
porque este cuerpo es mana(´)
y me doy a las naciones
como puta de tiempos mejores
porque la lluvia caerá
de julio en adelante, lo juro,
Surarus, Uvukuvu, Ruieiur y Avereva
siete veces siete en sudoku infernal
hoy danzo en Tauro y clamo por mi agua.