Dark Waters: “que tomen agua contaminada”
En el caso del filme que nos ocupa, la situación fue causada directamente por una compañía, cuya avaricia y desfachatez, han contaminado las aguas de Parkersburg, West Virgina y, de ahí, al mundo. La Dupont, un conglomerado industrial que ha existido desde 1802, está situada en ese condado que yace a orillas del río Ohio y el Kanawha. La compañía es uno de los personajes en este buen thriller que destapa sus maniobras deleznables contra las comunidades de la región.
Unos ganaderos se presentan a las oficinas de Taft, Stettinus & Hollister en Cincinnati, Ohio, referidos allí por la abuela del abogado corporativo, Robert Billot (Mark Ruffalo). Le traen una serie de videos que ilustran los casos de muertes (personas y animales) que, sin explicación, han sucedido en la ciudad. Existe el problema que Billot, defiende corporaciones, pero, por cortesía, va y visita al ganadero Wilbur Tennant (Bill Camp), y lo que ve lo impresiona. Se le han muerto 190 cabezas de ganado y se ha encontrado que tienen tumores, órganos agigantados, y dientes negros.
Las muertes se han precipitado en los últimos tres años y, a pesar de que se ha quejado de que las aguas están contaminadas, veterinarios de la Dupont han achacado las muertes a “pobre nutrición, mal cuido y heno con bacterias”. Al principio, Tom Terp (Tim Robbins) el jefe de Billot solo le permite que lleve un caso de alcance limitado contra Dupont, para que investigue y, si puede, determine si algún químico regulado se ha estado lanzando a los ríos o al aire.
Uno de los abogados de la compañía, Phil Donnelly (Victor Garber), le dice que no sabe nada específico, pero que habrá de colaborar y ayudar, con mucho gusto. Pronto, según Billot comienza a investigar y a encontrase en callejones sin salida, la situación se torna escabrosa y contenciosa. Inevitablemente, involucra a su bufete, donde hay resistencia a hacerle frente al gigante industrial, y visiones encontradas entre algunos de los abogados. Además, Sarah (Anne Hathaway) la esposa de Billot, una abogada que ha decidido dejar la profesión para cuidar a sus hijos, tiene sentimientos encontrados sobre el tema y, en un momento, piensa que, en atacar a Dupont, su marido ha de perder la batalla y tal vez su empleo. Las gentes de Parkersburg, ya la tiene contra él y contra el ganadero Tennant; después de todo, la compañía es el mayor empleador de ese y otros pueblos en West Virginia. Pero se descubre que estos empleados han sucumbido al cáncer, a tumores del riñón, a defectos congénitos, y se han enfermado con una larga lista de condiciones incapacitantes. El culpable parece ser el compuesto PFOA (perfluorooctanoic acid) que Dupont usa en la manufactura de Teflon y que, desde 1961 sabía que era tóxico. Peor, desde 1984, sabía que estaba en los cuerpos de agua de los alrededores que suplían la ciudad.
El filme se va desarrollando teñido de suspenso gracias a la dirección de Todd Haynes y a la edición de Alfonso Gonçalvez, quien usa los flashbacks para enfatizar la capacidad de observación de nuestro héroe abogado, su tenacidad, y la humildad que le permite soportar insultos soslayados o directos de personas que se sienten más poderosas que él.
Esta no es una gran película, pero es una importante. Hay que verla como un recordatorio del desdén que tienen las industrias con el público. Sus eslóganes, que intentan hacerlos ver como movedores del progreso y ayudantes del público que consume o compra sus productos, son una farsa detrás de la cual se esconde su avaricia. El producto de Dupont ha envenenado el mundo entero con su componente más tóxico, que circula por nuestra sangre (lo tiene el ¡99.5% de todos los humanos!).
Es evidente el profundo mensaje que quiere trasmitir el filme. Sabían de sus efectos carcinogénicos y de su capacidad de producir enfermedades, pero entre 1951 y 2003, Dupont descargó a las aguas o al aire 1.7 millones de libras de este tóxico. María Antonieta decía “let then eat cake”. Dupont, los “dumpers “, decían, “que tomen agua contaminada”. Al lado de estos, Monsanto es un bebé travieso. No dejen de ver esta cinta.