De la tecno-sexualidad al desencantamiento del mundo
Quiérase decir, que, si seguimos lo antes expuesto, observamos que esa frase célebre que nos presenta Max Weber (1919) puede entroncarse con el planteamiento de Zizek quien también afirma, que hoy estamos situados en el “desencantamiento del mundo”. Por tal razón, es que la reinvención pornográfica y general actualmente ha hecho de la ética social del cuidado de sí toda una imperativa implosión propagandística acerca de cómo podríamos auto-satisfacernos e incluso ser “felices” inminentemente. De ahí es que reside la lógica de la supervivencia de los más fuertes o aptos, cosa que viola a su vez los mismos principios éticos del buen civil y militar (Zizek, 2020). Ante dicha problemática de carácter panóptica comestible es que la tecno-cultura cobra mayor vigor, captura y revestimiento ante el entorno pornográfico y del entretenimiento. Los mejores escenarios que ilustran esta situación más claramente no son las páginas pornográficas como RedTube, XVideos, YouPorn, XHamster, entre otros, sino que las aplicaciones como Facebook, Twitter, y el mismo PornHub ostentan la capacidad de producir contenido autogestionado. Cabe señalar, que este tipo de porno en la década de los 90’s fue muy mal visto ante la misma sociedad de consumo, dado que su denominación postulada como post-porno tuvo mala recepción en sus inicios.
Según Preciado (2002) apostar por el post-porno es velar por la contrasexualidad y transformación de los cuerpos, ya que da apertura a todo tipo de interactividad corpórea, técnica, homo-erótica e inclusividad de todo tipo. Con este advenimiento se despliega toda una nueva incursión teórico-práctica del sexo en la que tiene como objeto de estudio las transformaciones tecno-sexuales (Preciado, 2002). Así que, si analizamos bien todas estas múltiples construcciones tecnológicas como la dildotectónica como nos diría Preciado (2002) notamos que la aparición, formación y utilización del dildo en sus diversas dimensiones en los entornos del cibersexo o ciber-burdeles propone desencadenar otros tipos de subjetividades ante el mundo de lo “real”, lo imaginario y lo simbólico. Esta incorporación de lo prostético y a su vez cibernético a nivel macro atraviesa las capas más finas de la psique, efecto que logra allanar nuestro aparato psíquico. Tal situación es tan efectiva, que se reviste bajo ese estadio de goce y demanda inmediata de plenitud efímera el cual es el verdadero síntoma en el sentido psicoanalítico, ya que éste se adentra en nuestro inconsciente de forma lúdica y fantasmagórica. De hecho, es el mismo Lacan (1971) el que nos subraya, que el síntoma funciona a base deseos condensados, por lo que éste busca jugar a las escondidas revistiéndose bajo el imaginario del juego que produce a su vez goce. Son en estos los detalles particulares los que hacen evidenciar, que muchas de las situaciones tecno-sexuales hagan que las personas no quieran soltarse del síntoma, porque si seguimos la línea de Lacan (1971) se refleja que el porno-consumidor extrae un beneficio.
Evidentemente, dentro de este escenario desierto de “lo real” bajo estado pandémico hoy se ha propagado toda una innovadora agenda sociopolítica cargada de una serie de inoculaciones que meramente no corresponden al fenómeno COVID-19 sino más bien a viruses ideológicos. Mediante este hecho el cual se retroalimenta de teorizaciones de conspiraciones paranoides, falsas noticias e histeria colectiva en el entorno, tanto mediático como digital como nos diría Zizek (2020) el mundo pornográfico tautológicamente ha desplegado sus sortilegios de contenido y marketing. La lógica del mercado utilizada en este medio es sencilla la cual estriba en el uso pragmático y ganancial de la demanda de satisfacción impulsada por ese medio ciberespacial. Es por este motivo, que eso que Weber nos señala como desencantamiento podría interpretarse como la expulsión del asombro o del mismo sentimiento de pulsión de vida a partir del uso de la técnica capitalista dentro de las esferas del porno-consumo. A pesar de que éste presente otras propuestas de re-encanto, nunca termina del todo estar desencantado según Maffesoli (2009) ya que sus focos están conducidos a la economía cultural, puesto que para Weber la modernidad trae consigo un alto impacto de diferenciaciones en lo que atañe a lo social, económico, político, psicológico, etc.
Por tanto, el estado pandémico en el cual nos situamos según Zizek (2020) podría definirse como un estado anímico de “¡Calma y pánico! dado que hoy coexiste un estadio de interines entramados por una lógica formal. Estos detalles son articulados y engranados a base de acumulación de capital cuya finalidad es tantear el manejo de su consumo a nivel macro dentro de todas las esferas mercantilistas. A través de esta situación particular, podemos observar que actualmente no nos estamos enfrentando a una sola amenaza viral, sino también a otras catástrofes que asoman al horizonte o que ya están sucediendo (Zizek, 2020). El mejor ejemplo es la misma pérdida del contacto con el lazo social, cualidad que ha reapropiado y reconceptualizado muy bien el mundo pornográfico cuyos fines hoy van más focalizados a lo cibernético. Muchos podrán decir o teorizar que la gran responsable de toda esta problemática y estremecimiento mundial es el COVID-19, pero en realidad todo este estallido ya venía acumulándose entrópicamente desde varios entornos como el financiero y salubrista en el sentido biopolítico. Son estos factores socioculturales y económico- políticos los que han hecho posible jugar con las dimensiones espaciotemporales sobre el escenario tecnológico y sexual bajo pandemia.
Ahora bien, es a partir de estos sucesos psicosociales en específico, que deberíamos hacernos las siguientes preguntas para repensar por dónde es que realmente va corriendo la maquinaria humana de deseos y la sujeción de captura hoy día, ¿Ha sido fructuosa la búsqueda de ese faltante u otro bajo estado pandémico? ¿La lógica del mercado ha mutado para progresar o retrasarnos tecno-sexualmente? ¿Es una distopía tecno-sexual la que estamos viviendo vía imaginaria, simbólica y real? O; ¿Es más bien una simulación estupefaciente recreada de lo real lo que estamos transitando?
Referencias
Basso, A. (2015). El desencantamiento del mundo y de lo sagrado. Un espacio común para Max Weber y George Bataille. FLACSO Argentina.
-Deleuze, G & Guattari, F. (1972). El Antiedipo. Vol I. Esquizofrenia y capitalismo. Paidós Básica. Buenos Aires, Argentina. (pp- 11-13).
-Foucault, M. (1984). Historia de la sexualidad. Vol. II: El uso de los placeres. Siglo XXI editores. Buenos Aires, Argentina. (pp- 36-38)
-Lacan, J. (1971). Seminario XVIII. De un discurso que no sería del(semblante). Paidós. Buenos Aires, Argentina. (pp-9-11, 18-20)
-Maffesoli. .M (2005). El instante eterno. El retorno de lo trágico en las sociedades posmodernas. Paidós. Buenos Aires, Argentina. (pp- 42-44).
-Preciado, B. (2002). Manifiesto contrasexual. Anagrama. Madrid, España. (pp- 15-18, 41-43, 137-138)
-Preciado, B. (2008). Testo Yonqui. Espasa. Madrid, España. (pp- 20-21, 58-61, 129-131)
-Weber, M. (1919). El político y el científico. Paidós. Buenos Aires, Argentina. (pp. 21-25, 34-38).
-Weber, M. (1964). Economía y sociedad. Esbozos de sociología comprensiva. Fondo de cultura económica. Nuevo México, México.
Zizek, S. (2011). El acoso de las fantasías. Akal. Madrid, España. (pp. 141).
-Zizek, S. (2020). Pandemia: La COVID-19 estremece al mundo. Anagrama. Madrid, España. (pp- 45-46, 61-63, 67-68).