De Todos los días que hacen el día
I.
Nocturno cuatro horas
Nocturno furioso en la mandíbula
que muerdo con hambre a medio sueño
Nocturno arañazo fresco en el hombro
que entumece de todas las violencias
que almacena el retrovisor
Nocturno cuatro horas de tiempo,
tiempo, tiempo
que no recupero ni puedo RECUERPAR
en geometrías impares
Nocturno cuatro horas de dinamita
en los dedos lentos, lentos
Cuatro horas nocturnas
de caracoles en la boca cuyo
único oficio es besar el silencio
II.
No hay fórmulas perfectas
Sólo aproximaciones:
El amor es una señal analógica
Que reparte su puñado de electricidades
En medio de un aguacero
III.
Esa boca perfecta
Esa boca de jaguar reposando
Esa boca boca arriba
Esta boca tumbada sobre el rostro
Como vestíbulo al amor
La boca perfecta que sueña abecedarios
Carnívora selecta, garantía de humo
Su boca perfecta que mueve letras
Mientras tiemblan los dedos de mi mano
Al escribirle un buenosdías