De trova y lutería (décimas para un seis viequense o lelolai)

foto por Isabel Corti
A la memoria del trovador y abogado Casiano Betancourt.
El lutier con su cepillo,
Su escuadra y cartabón,
El martillo y el formón,
Saborea un tempranillo.
Está muy claro y sencillo:
Que en cosas de la madera
No se escogerá cualquiera
Para hacer un doce cuerdas.
Es así. ¿Ya no recuerdas
El sistema y sus maneras?
Cosas de la lutería,
de maderas y clavijas,
de fibras, nudos, rendijas
y la décima en porfía.
El trovador desafía
A un posible contrincante
Y echa hacia adelante
Con su métrica y su rima
Por si la Musa le mima
Dándole voz de cantante.
Quiero cantarles de cuerdas,
De cuatros y de pajuelas,
de tiples y de vihuelas,
Y de Maso. ¿Te acuerdas?
Si mis manos son más lerdas
Que mi mente en poesía,
Les haré la melodía
Al son de güiro y guitarra
Y este trovador les narra
Con su ritmo y armonía.
Con su ritmo y armonía:
Aguinaldos, seises, sones;
Luego valses y danzones
Por la noche y por el día.
Controversias y porfía
Entre dos grandes poetas
Les darán muchas recetas
contra el aburrimiento,
Cantarán con gran portento
Por un palo y tres pesetas.
Suena el acordeón
Junto al güiro y la guitarra
Y el trovador que nos narra
De plectros y diapasón.
Esa rítmica canción
Festiva y sandunguera,
pueblerina y bien sincera
sobre un ritmo de raspazos
nos restablece los lazos
con tradición verdadera.
Los tiples y los requintos
Con varias afinaciones,
Hechuras y dimensiones:
Cada uno es distinto.
Mi canto será sucinto
sobre las encordaduras,
acerca de las más duras
cuerdas que son de acero,
los cuatristas y treseros
las tañen con gran dulzura.
La marímbola y vihuela
Con prima, tercera y cuarta
Cuerda y que no se parta
Por el pulso de pajuela.
Si usas bien la cejuela,
Capotasto o cejilla
Surgirá la decimilla,
Aguinaldos y cadenas
Que traten de las faenas
en coplas de seguidilla.
Berbiquíes y barrenas
Utilizan los lutieres.
Utilízalos si quieres.
Muy bien te valdrá la pena.
Con una mente serena
Las charanchas descartaste.
Acerrín por el desbaste
ya cayó y cubre el piso
Ya hiciste un brazo liso
Para empezar con los trastes.
Con la lija y escofina
Se pule bien la madera
Con paciencia verdadera
Mas las destrezas bien finas.
Si aciertas, si lo atinas
Lograrás un instrumento.
Dará frutos ese intento
De hacer con ambas manos
Instrumentos borincanos
Para que estés bien contento.
Escofina y el formón,
La lija con su cepillo,
La escuadra y un martillo,
Lápiz, regla y cartabón.
Hachuela y un limatón,
Berbiquíes y barrenas.
Cántame una cadena
Con coplas de seguidilla.
¿Escuchas qué maravilla
Con sus coplas tan amenas?
Son otras las maravillas
Que veréis en el taller
Y que escuchéis al tañer
Cabayos y seguidillas.
Las jácanas y las jabillas,
Jaguas, caobos y guanos:
Árboles que el artesano,
El lutier y el ebanista
Valoran cual el cuatrista
Y el músico borincano.
¡Cómo me gusta el tres!
La verdad es que me encanta.
Se acompaña y se canta
Todos los días del mes.
Con sus huesos de la res
En el brazo y en el puente,
Con su boca siempre al frente
Para pulsar con un plectro;
Tengo el más dulce proyecto
para una plena caliente.
Aguinaldo y seguidilla,
Seis tumbao y el seis viequense
Y un conjunto salinense
¡Que toca de maravilla!
Bajo el árbol de jabilla
Con su gran copa imponente,
Acudirá allí la gente
Con pandero y sinfonía
Para hacerle una armonía
De una plena bien caliente.
Colas, pegas y las prensas
sirven para ensamblar
Piezas que han de pegar
Antes de las cuerdas tensas.
Esas labores intensas
Del lutier y el trovador
Se complementan mejor
En los seises y en las plenas,
En cabayos y cadenas
Que interpretan con amor.